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Alumnas de un colegio madrileño durante una actividad del programa 'En sus zapatos'. :: hoy
Teatro contra el acoso escolar

Teatro contra el acoso escolar

La iniciativa desarrollada en Casas del Castañar parte de una premisa: al niño agresor no se le denuncia, porque antes él ha sido víctima Un colegio rural extremeño participa en un proyecto que rompe con los cánones establecidos sobre la violencia en las aulas

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Sábado, 17 de marzo 2018, 09:02

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El punto de partida es rompedor: al niño agresor no se le denuncia. O sea, vuelan por los aires los cánones establecidos sobre qué hacer ante la violencia en las aulas. El inusual planteamiento es una de las bases del programa 'En sus zapatos', una iniciativa contra el acoso escolar que esta semana ha llegado a Extremadura de la mano de la asociación Teatro de la Conciencia.

Un equipo de este colectivo ha estado durante tres días en el CRA (Colegio Rural Agrupado) Riscos de Villavieja, de Casas del Castañar (en el Valle del Jerte, a 21 kilómetros de Plasencia), al que regresarán pasado mañana y el martes. Su presencia en este centro al que acuden estudiantes de cuatro municipios (Casas del Castañar, Cabrero, Barrado y Valdastillas) ha permitido a los alumnos de quinto y sexto de Primaria (once y doce años), y también a sus padres y profesores, experimentar en primera persona un modo diferente de encarar el problema de la conflictividad en las aulas.

La premisa número uno, no denunciar al menor que agrede, tiene su explicación. «Partimos -explican los impulsores de la propuesta- de la idea de que él previamente ha sido víctima de dolor emocional provocado por algún tipo de violencia». Y este argumento abre la puerta a otro de los pilares de la iniciativa: hay que ir a la raíz del problema, que son las emociones. Ira, rabia, tristeza, frustración... «Con nuestro método, los niños aprenden primero a identificar estas emociones, y aprenden también a gestionarlas», resume Pax Dettoni Serrano, creadora de 'En sus zapatos' y directora de Teatro de la Conciencia.

EN PRIMERA PERSONAPax Dettoni Antropóloga social «El niño que agrede no lo hace por ser malo, sino porque detrás hay un dolor emocional que no ha sabido manejar»

Ella es licenciada en Antropología Social, Ciencias Políticas y Administración Pública, además de en Ciencias Empresariales y máster en Estudios Teatrales. Ha trabajado en el campo de la cooperación internacional en América Latina y Asia, y en los últimos dos años ha impartido varios cursos en el CPR (Centro de Profesores y Recursos) de Plasencia, donde conoció a algunos de los docentes que ejercen en el CRA en el que ella ha estado esta semana y al que volverá el lunes. «En este centro hay un equipo directivo y un claustro que lleva tiempo trabajando sobre las emociones de los alumnos, por eso lo elegimos», explica Dettoni.

«Alfabetización emocional»

Ella detalla que el sistema persigue la «alfabetización emocional» de los escolares, es decir, enseñarles a manejar el enfado, la alegría, el disgusto, el éxito o el fracaso. Y no solo eso, sus emociones, sino también las de los demás, en un desafío que trasciende lo académico y que implica a sus docentes y a sus progenitores. Cómo lograrlo pasa por tres aspectos. El primero es la gestión emocional, o sea, aprender a identificar sus emociones y a controlarlas, para que no sean ellas las que les controlen a ellos. El segundo, bautizado como empatía activa, pasa por identificar y comprender las emociones del otro. Y el tercero es la resolución positiva del conflicto. «Normalmente -explica Dettoni-, los enfrentamientos entre niños suelen resolverse con un 'haced las paces'. Los niños las hacen, pero al rato pueden estar de nuevo enfrentados, porque desconocen el significado real de eso que llamamos 'hacer las paces'».

Estos tres pasos se pueden completar con una serie de herramientas, entre ellas una que en este programa resulta básica: el teatro. «Lo que hacemos con él -expone la creadora del programa- es exteriorizar lo que ocurre dentro de la persona, sacar fuera las emociones». «Y los niños todo esto lo captan, de manera que aunque pueda sorprender, verdaderamente aprender a identificar y controlar sus emociones». Y también, añade, a comprender qué le sucede al compañero. «Les explicamos por qué el agresor ha llegado a ese punto, al de agredir», resume la antropóloga social, que llama la atención sobre el rol que desempeñan los padres. «El niño repite el modelo de convivencia que ve en su casa, de modo que si es armónico, él será armónico en su relación con los demás, pero si se le corrige a base de gritos o se maneja mal su dolor, también afectará a su modo de relacionarse fuera del ámbito familiar».

En lo que va de curso, 'En sus zapatos', que está financiado por el Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa, adscrito al Ministerio de Educación, se ha desarrollado en tres CEIP (Centros de Educación Infantil y Primaria) madrileños: el Vicente Aleixandre (Torrejón de Ardoz), el Dulcinea (Alcalá de Henares) y el Costa Rica (Aluche). «No combatimos el 'bullying' (acoso escolar), sino que construimos espacios de convivencia y solidaridad que dejarán fuera cualquier tipo de violencia», resume Teatro de la Conciencia. Y su directora completa el argumento. «El niño nunca es malo», deja sentado Pax Dettoni. «Con el programa 'En sus zapatos' -resume- le damos herramientas para que aprenda a gestionar sus emociones y a resolver de forma positiva sus conflictos, pero también para que comprenda que aquel niño que agrede o tiene intención de hacerlo, no lo hace por ser malo, sino porque detrás hay un dolor emocional que no sabe manejar y que le lleve a ello». «Con compasión -concluye-, hay que tener siempre presente que un niño es mucho más que un comportamiento».

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