Solo los trabajadores y las mercancías pueden cruzar la frontera portuguesa

La Guardia Nacional Republicana y la policía de frontera portuguesa dan el alto a todos los vehículos que se dirigen a Portugal en la explanada donde está la oficina de turismo que da la bienvenida a los turistas que ingresan en Portugal.

Unos metros antes, todos los conductores tienen que abandonar la autovía utilizando un vial que conduce a la antigua frontera. Los camiones que transportan mercancías pueden continuar el tránsito sin problemas, pero no sucede lo mismo con los vehículos ligeros, obligados a detenerse para indicar cuál es el motivo por el que ingresan en el país vecino. A los ciudadanos lusos no se les pone ningún inconveniente para entrar en su país pero al resto solo se les permite si van a trabajar y pueden acreditarlo con un documento. En caso contrario, son acompañados hasta una rotonda próxima para que regresen a España.

Ese mismo protocolo está siendo aplicado por los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional con sede en Badajoz. Ellos cortan el acceso a España poco antes de la rotonda de acceso al centro comercial El Faro y obligan a dar la vuelta a quienes no cumplen los requisitos exigidos.

Las mercancías tienen el paso abierto y también los trabajadores que viven en Portugal pero trabajan en España, pero este martes obligaron a regresar a territorio luso a decenas de portugueses que se dirigían a Badajoz para hacer compras o repostar.

Varios médicos españoles que trabajan en Portugal confirmaron que no tuvieron ningún tipo de problema para atravesar la frontera dado que la Guardia Nacional Republicana estaba actuando con eficacia.

Cuando se estaban montando los controles hubo pequeñas retenciones que se repitieron este martes en algunos momentos del día. A las 13.00 horas apenas había que esperar un par de minutos para entrar en España.

La nueva situación afecta a cientos de españoles. Entre ellos, María Ignacia González-Pecellín Ramiro y Daniel Serrano Collantes, que viven en Badajoz y son médicos en el centro de salud de Borba. Este martes por la mañana no tuvieron problemas para cruzar, pero sí tuvieron que mostrar un certificado que acredita dónde trabajan.

González-Pecellín cree que el paso incluso sería más ágil si se creara una cola para los trabajadores transfronterizos y otra para quienes no cumplen este requisito. De momento, los camiones sí disponen de un itinerario distinto en la frontera portuguesa para no tener que esperar.

Las fuerzas de seguridad realizan controles similares en todos los pasos fronterizos de la región.

González-Pecellín confirmó que en Portugal se han comenzado a aplicar medidas importantes para prevenir el contagio del coronavirus, aunque ayer al mediodía todavía no se había declarado el estado de alerta. «El lunes cerraron los colegios, pero las medidas son menos drásticas. Hay personas que todavía no entienden por qué es conveniente quedarse en casa, pero otras ya han comenzado a no salir de casa», afirma.