Las sanciones muy graves se duplican y Fedexcaza culpa a las mafias del furtivismo

La última temporada de caza en Extremadura concluyó con un récord: el de sanciones muy graves impuestas. Fueron 115, es decir, más del doble que en la campaña anterior, que terminó con 54, según los datos de la Junta incluidos en el informe 'La situación de la caza en Extremadura', editado por la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza) y la Diputación de Cáceres.

El motivo de este incremento, según la Federación, es el furtivismo. «No de cazadores individuales, sino de mafias organizadas que buscan una rentabilidad económica», explicó Manuel Gallardo, vicepresidente del colectivo, durante la presentación de ese estudio que recoge las grandes y las pequeñas cifras del sector cinegético en la comunidad.

En el capítulo dedicado al régimen sancionador se hace un recorrido por los últimos seis años, diferenciando entre los diferentes tipos de multas. A lo largo del año pasado se pusieron en la región 485. De ellas, 298 sanciones -o sea, más del sesenta por ciento- fueron graves, 72 leves y las referidas 115 muy graves. Mientras que las leves y las graves suponen el menor número del periodo 2012-2017, la cantidad de muy graves constituye la cifra más alta de la serie.

En el análisis a este capítulo concreto de la realidad cinegética extremeña también se destaca la diferencia que hay en este aspecto entre una provincia y otra. «Continúa la desproporción existente -detalla el informe- entre el número de denuncias en Cáceres (fueron 345 en el año 2017) y las de Badajoz (230 en ese mismo ejercicio), pese a que el número de cazadores es mucho mayor en la provincia pacense».