Un salvavidas para las aves agroesteparias de Extremadura

No hay en Extremadura una estepa en el sentido estricto de la palabra, pero sí un buen número de paisajes de agroestepa, o sea, terrenos abiertos con cultivos que atraen a especies emblemáticas y ayudan a mantener a la región como un referente mundial en ornitología. «Y si queremos que siga siendo así, que siga visitando gente desde muy lejos para ver aves aquí, hay que cambiar algunas cosas», plantea Marcelino Cardalliaguet, delegado autonómico de SEO/Birdlife, que acaba de renovar con Fundación Iberdrola la Campaña de salvamento de aves agroesteparias.

Ese acuerdo rubricado ayer en Trujillo da continuidad al del año pasado, y permitirá que estas aves encuentren mejores hábitats en puntos estratégicos del mapa regional. «Actuaremos sobre 452.550 hectáreas que hemos dividido en nueve zonas», explica Cardalliaguet, que entre los lugares especialmente sensibles cita La Serena, la Campiña Sur y Los Llanos de Cáceres, de Trujillo, de La Albuera, de Alcántara y de Brozas. «Además –añade–, en la región hay otras áreas agroesteparias que están decreciendo, como las de El Gordo y la orilla norte del embalse de Valdecañas, el entorno de Guijo de Coria, el de Villanueva del Fresno o áreas en Zafra, Bienvenida y Usagre».

Dentro de esas 452.550 hectáreas, la asociación ha localizado 140.866 que reúnen las principales zonas de nidificación. Y el año pasado contactó con los dueños de 16 fincas, para acordar un retraso en las cosechas o la modificación de algunas prácticas agrícolas peligrosas para los nidos, pues estas aves se refugian y anidan en cultivos o pastizales maduros. Varios titulares recibieron una compensación económica de la Junta por el perjuicio que les ocasionaba cambiar esos aprovechamientos, una fórmula en la que se seguirá trabajando en este ejercicio. Además, este año se marcarán con emisores satélite uno o dos ejemplares de sisón para hacer un seguimiento a largo plazo.

«Es una campaña de salvamento –resume el delegado de SEO/Birdlife–, para evitar que mueran las pocas parejas que quedan de especies como el sisón, ya en peligro de extinción, la avutarda, con una tendencia negativa fuerte, o el aguilucho cenizo, también en regresión». En el caso del sisón, su censo ha menguado a la mitad en los últimos años, y un 60% el de avutarda, precisa Cardalliaguet, que define el trabajo como «uno de los mayores sobre distribución de especies hecho en España, y que permite a Extremadura ser la región con mejor información sobre esas tres especies y también sobre otras cinco: la ganga ibérica, la ganga ortega, el alcaraván, el aguilucho lagunero y el cernícalo primilla».