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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Trabajadores del Infoex extinguiendo un incendio.
La campaña de incendios empezará con el monte húmedo pero muchos pastos

La campaña de incendios empezará con el monte húmedo pero muchos pastos

La Junta asume que los protocolos de seguridad por la COVID-19 serán «una dificultad añadida» para el día a día de los bomberos forestales

A. A.

Martes, 19 de mayo 2020

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Mucho pasto en el campo pero el monte más húmedo. Son las dos características principales con las que Extremadura iniciará el 1 de junio la campaña de riesgo alto de incendios. «Como consecuencia de las lluvias primaverales, hay una gran carga de combustible fino, herbazales, que a medida que vayan perdiendo el verdor constituirán un importante medio de propagación de incendios y dificultarán la extinción», explica la Junta, que añade que como contrapartida, «el monte acumula una buena cantidad de humedad».

Esto significa que al inicio de esta época de mayor peligro, las condiciones naturales favorecerán más los fuegos de pastos que los de superficies forestales. Los primeros pueden afectar a grandes extensiones de terreno porque este combustible fino facilita el avance rápido de las llamas, pero castigan áreas de menos valor medioambiental. Entre otros motivos, porque el material que arde no necesita años para regenerarse, como sí ocurre con los árboles, que según la especie llegan a requerir décadas. «Así, a priori, parece que al menos en la primera parte de la campaña, los incendios más importantes serán en zonas llanas, adehesadas y de pastizales», vaticina la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio. No obstante, precisa que se trata de un análisis teórico, expuesto siempre a que se produzcan episodios meteorológicos que rompan las previsiones.

En este sentido, la mayor preocupación son las olas de calor, que tienen la capacidad de reducir drásticamente en unos días el nivel de humedad del monte. La consecuencia de esto es que ese combustible grueso (árboles y arbustos, principalmente) pasa a tener unas condiciones muchos más favorables para arder con rapidez.

La comunidad autónoma lleva dos veranos seguidos sin siniestros que superen las quinientas hectáreas

Duración e intensidad, claves

«Evidentemente, a medida que la campaña avance –previene el Gobierrno regional–, la situación evolucionará en función del tiempo que vaya haciendo, esencialmente de las olas de calor del verano, y más específicamente de la duración y la intensidad de cada una de ellas».

Un factor que condicionará el trabajo del personal del Infoex (plan de lucha contra los incendios forestales en Extremadura) serán los protocolos de seguridad que habrá que implantar para reducir el riesgo de propagación de la COVID-19, y que se irán actualizando en función de cómo evolucione la pandemia. «Se están elaborando, en conjunto con el servicio de salud y prevención de riesgos laborales», informa la Consejería, que anticipa que «abarcarán desde cuestiones relacionadas con la seguridad en los centros de trabajo hasta otras que tienen que ver con la movilidad, la limpieza o la desinfección de los espacios de trabajo». Está por ver, por ejemplo, cuántos trabajadores podrán ir en un mismo vehículo. «Es evidente –valora la Junta– que representará una dificultad añadida, igual que para cualquier otro sector, pero no deberá suponer una merma en el servicio».

No es el único factor relacionado con el coronavirus que puede influir en el desarrollo de la campaña de riesgo alto. Otro es que en los núcleos urbanos y sus alrededores hay más pasto que otros años, porque el estado de alarma ha retrasado los habituales desbroces y no todos los ayuntamientos han sido igual de diligentes a la hora de limpiar esos espacios en los que ha crecido la vegetación. La orden de confinamiento también obligó a paralizar las labores preventivas que desarrollaban los trabajadores del Infoex durante la época de peligro bajo, que es la que rige a día de hoy. No pudieron realizarlas del 15 de marzo al 7 de mayo, aunque sí se mantuvieron en esas fechas los trabajos que podía hacer un único operario en una máquina. También se siguió actuando sobre los cortafuegos, al catalogarse esta tarea como servicio esencial.

La campaña que comenzará el día 1 concluiría –previsiblemente el 15 de octubre– con un balance positivo si sus números se parecieran a los del año pasado. Ardieron 3.485 hectáreas, el 93% de ellas de matorral, monte bajo y pastos. Y por segundo año consecutivo, ningún incendio quemó más de 500 hectáreas.

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