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Rogativas. Un grupo de vecinas de la localidad de Siruela está celebrando un novenario para que la sequía termine pronto. JAIME SEVILLA
Rezos extremeños para pedir el fin de la sequía

Rezos extremeños para pedir el fin de la sequía

Fe ·

En Siruela hacen rogativas para que las lluvias vuelvan y en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz el arzobispo animará a los sacerdotes a orar de un modo especial por esta necesidad

Sábado, 19 de febrero 2022

Dice Jaime Sevilla que desde el día 1 de enero en Siruela apenas se han recogido 8 litros de lluvia por metro cuadrado. Es uno de los registros más bajos que se recuerdan y las consecuencias ya se hacen notar. «La gente no es consciente pero en una localidad como la nuestra en la que tenemos 120.000 ovejas hacen falta muchos sacos de alfalfa para alimentar al ganado cuando el campo está seco. ¡Esto es una ruina!», exclama este vecino que tiene la oportunidad de expresar sus opiniones en la emisora del pueblo.

Jaime fue pinchadiscos y ahora es uno de los encargados de contar la realidad de Siruela, un pueblito de 1.852 habitantes perteneciente a la comarca de La Siberia que apenas dista unos kilómetros del límite con la provincia de Córdoba.

Los rebaños de ovejas y las explotaciones dedicadas al olivo definen buena parte de su economía, al igual que su proximidad al embalse de la Serena, considerado la segunda mayor bolsa de agua de la Península Ibérica y la tercera de Europa.

Pero esa posición en el ranking no se corresponde con la situación actual puesto que ese enorme embalse apenas está se encuentra al 14% de su capacidad. «Da mucha pena ver la situación», confiesa Jaime, que desde comienzos de esta semana no para de atender las llamadas de periodistas que se interesan por el novenario que ha organizado un grupo de mujeres del pueblo para pedir que llueva.

La primera novena se celebró el lunes y desde ese día cada tarde se reúne un nutrido grupo de vecinas en la capilla de la Virgen de Belén, donde hacen unas rogativas ante una pequeña imagen de la Virgen de Fátima y tres cuadros: uno del Sagrado Corazón, otro de Jesús Nazareno y el tercero de la Virgen de Belén.

Tanto la imagen como los cuadros son de propiedad particular y después de rezar ante ellos son trasladados calle abajo hasta el arroyo de la Horca, donde hay un abrevadero de animales en el que Brígida, una de las vecinas, introduje su mano para coger un poco de agua con la que humedece los cuadros y la imagen, un gesto simbólico que expresa el deseo compartido de que llegue la ansiada lluvia.

Cuenta Jaime que el lunes participaron 60 personas. Todas eran mujeres salvo él, un ganadero y un periodista. «Esto es cosa del pueblo, siempre se ha rezado cuando ha llegado la sequía y aquí ha sido este grupo de vecinas el que se ha puesto en marcha».

En el pueblo se viven las rogativas con el máximo respecto. «Hay gente que cree y gente que no, eso es lógico. Pero yo no me canso de pedir en las redes sociales que se respeten las creencias de todos». En su caso sólo asistió a las rogativas del lunes y dice que no le desagradó lo que allí vio. «Lo que más me impresionó es la amistad que había entre todas las mujeres, me alegró ir a un lugar de convivencia en el que todos se unen para pedir algo que deseamos que ocurra».

Petición. En la misa que se celebrará este domingo en la ermita de Bótoa de Badajoz se pedirá por el fin de la sequía. HOY

Rogativas en Bótoa

En las rogativas de Siruela, localidad que pertenece a la Archidiócesis de Toledo, no ha participado por el momento el sacerdote del pueblo, que ha dejado hacer a los vecinos por tratarse de cuadros e imágenes particulares. Pero en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz ya se prepara un documento que será remitido a los sacerdotes para que recen en sus templos por el fin de la sequía.

El propio arzobispo, Celso Morga, firmará ese texto en el que se animará a incluir esta petición en las misas, un oficio lirtúrgico donde se pide cada semana por cuestiones tan diversas como el fin de los conflictos bélicos, el recto obrar de los representantes públicos o el bienestar de las familias. «Siempre se ha pedido por el fin de la sequía, es algo que nos afecta a todos», afirma monseñor Morga.

Justo eso es lo que se hará este domingo en la misa al aire libre que se celebrará en la Ermita de Bótoa de Badajoz. «La última vez que trasladamos a la Patrona a la ciudad fue en 2001 y aquel año pedimos que lloviera, hacía mucha falta», recuerda Gonzalo Robles, hermano mayor de Bótoa.

Este año ya han orado por la lluvia en las misas de enero y febrero, pero ahora invitan a toda la ciudad a sumarse a un acto que comenzará a las 12 del mediodía. «En los archivos históricos se da cuenta de los frecuentes traslados de la Virgen a la ciudad. Casi siempre era a causa de la falta de lluvias, pero también por alguna epidemia o alguna plaga».

Robles confía en que las rogativas que harán las lavanderas den resultado, aunque es consciente de que no siempre es concedido lo que uno pide. «Si no viene la lluvia tendremos que insistir, no nos vamos a cansar».

En Siruela llevan unos días de adelanto pero de momento no han recibido la gracia esperada. «Al menos el jueves tuvimos una niebla que dejó medio litro por metro cuadrado en mi pluviómetro. No es mucho, pero menos es nada», concluye Jaime, al que le gustaría poder contar pronto que la sequía ha terminado.

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