Borrar
Reencuentro entre Bartolomé, con cara se sorpresa, y Manuel, que abre los brazos. :: c. moreno
«Quería ver a mi amigo de la mili antes de morir»

«Quería ver a mi amigo de la mili antes de morir»

El de Jerez de la Frontera debe enfrentarse a una operación de corazón delicada y quería volver a ver a su compañero del servicio militar | HOY ayudó a Manuel Rodríguez, un andaluz de 72 años, a reencontrarse con Bartolomé Grajera en Montijo

NATALIA REIGADAS

Domingo, 26 de noviembre 2017

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hace un mes y medio HOY publicó un anuncio especial. Decía: «Busco a Bartolomé Grajera Rodríguez, compañero de la mili que hizo el servicio en Cádiz en 1968». Lo había escrito Manuel Rodríguez García que, con 72 años, decidió coger un día su coche y viajar de Jerez de la Frontera a Badajoz en busca de su amigo extremeño. «Me tienen que operar a corazón abierto y no quiero morirme sin volver a verlo», dijo entonces.

Ayer Manuel Rodríguez cumplió su deseo acompañado por HOY. Tras 49 años se reencontró con Bartolomé Rodríguez en Montijo, donde vive el extremeño. Habían hablado por teléfono hace unas semanas, pero ayer el andaluz se presentó por sorpresa en casa de Bartolomé que justo estaba llegando a su puerta. Su mujer le anunció que tenía una visita y su compañero de mili se bajó del coche. «¿Ese es el recluta?», dijo el de Montijo. «¿Qué hay campeón?», le respondió el de Jerez de la Frontera. «Qué mala pinta tienes», sentenció el extremeño y ambos estallaron en una carcajada y se abrazaron.

Poco después, sentados en el salón de Bartolomé, recordaban sus mejores y peores momentos en el servicio militar. «¿Te acuerdas cuando se emborracharon unos y se liaron a darse con los almohadones?». «Sí, que rompieron tres cristales de esos pequeños». «Sí Y nos quitaron un duro de la paga (cobraban 7 duros al mes durante el servicio militar) hasta que terminamos. Nos licenciamos, seguían quitándonos el duro y aún no habían repuesto los cristales». Fue una de las anécdotas que recordaron entre risas.

«Después de la mili nos carteamos, pero me mudé, mi madre tiró los papeles y perdí su dirección», recordó ayer Manuel

«La mili entonces era muy dura, pero también te llevas buenos recuerdos», admite Bartolomé

Su amistad comenzó hace 49 años. Manuel Rodríguez tuvo que marcharse a Córdoba tres meses para realizar el campamento previo al servicio militar. De allí fue enviado a Cádiz para pasar un año en el cuartel de infantería. Era 1968 y conoció a Bartolomé Grajera, llegado de Extremadura. «Enseguida nos llevamos bien y llegamos a ser más que amigos, como hermanos».

Tras licenciarse siguieron carteándose durante tres años, pero entonces Manuel Rodríguez se mudó. «Mi madre se volvió loca, tiró todos los papeles y antes, ya sabes, las cosas las tenías apuntadas. Perdí la dirección de Bartolomé», recuerda el andaluz.

C. M.

Pasaron los años, pero el de Jerez de la Frontera nunca olvidó a su amigo de la mili. Se casó, se separó y tuvo muchos trabajos. En el campo, en la construcción, como oficial de topografía e incluso condujo un taxi durante 9 años. Este último empleo, confesaba ayer Rodríguez, no le gustó nada, pero años después le daría la clave para encontrar a Bartolomé.

En los último 20 años Manuel ha intentado buscar varias veces a su compañero, pero sin éxito. Solo recordaba su nombre y que su dirección era de Badajoz. Hace 3 años sus problemas de corazón se agravaron y le anunciaron que tendría que enfrentarse a una operación muy delicada. Hace unos meses que sabe que la intervención es inminente, por lo que finalmente decidió lanzarse y se plantó en la capital pacense, porque el pensaba que Bartolomé podría vivir en la ciudad.

Su visita fue a primeros de octubre. Durante un día el andaluz recorrió la ciudad. Acudió al Ayuntamiento, a la Policía Local, al Registro Civil e incluso al cementerio, pero no logró respuestas. Finalmente decidió acudir a HOY y puso un anuncio a la espera de que su amigo lo leyese. Sin embargo, antes de marcharse pensó en pedir ayuda a uno de los gremios que mejor conoce, el de los taxistas. Sus compañeros de Badajoz se pasaron el nombre entre ellos y finalmente uno con familia en Montijo le anunció que sabía donde estaba Bartolomé. Poco después le consiguió su teléfono.

Al día siguiente, un familiar del de Montijo le dijo que le estaban buscando en el periódico porque había leído el anuncio, pero antes de que tuviese tiempo de reaccionar, Manuel le llamó por teléfono. El andaluz tiene una gran memoria. Sin embargo el extremeño, de 71 años, no recuerda con claridad a su amigo de la mili.

A pesar de todo, Manuel Rodríguez decidió cumplir su deseo y el viernes se presentó en Montijo y se instaló en un hotel. Ayer, junto con los periodistas de HOY, buscó la casa de Bartolomé Grajera y finalmente pudieron fundirse en un abrazo. «Para mí era muy importante», dijo emocionado tras cumplir su objetivo.

Al encuentro le llevó una fotografía del servicio militar en el que ambos están con su traje de soldado junto con dos compañeros y utilizan unas escobas a modo de fusil para completar su pose militar. Bartolomé sacó sus propias fotos de la mili y comenzaron a compartir recuerdos. Hablaron de una vez que el extremeño, que conducía camiones en el servicio y que luego se ha dedicado toda su vida a llevar cosechadoras, estuvo a punto de ser arrestado por no obedecer a un comandante mientras intentaba salvar a un vehículo que se había hundido en un regato.

«¿Te acuerdas de 'El Piñero', de Jerez, que conducía camiones, como vosotros, pero era muy malo y pegaba bajonazos?», dijo Manuel mientras su compañero se reía. «Pues no te lo creerás, pero llevo más de 20 años buscándote», añadió el de Jerez de la Frontera a lo que su amigo respondió: «Anda que no se nota que eres andaluz, exagerado» y de nuevo carcajadas.

Otro momento emocionante llegó cuando juntos llamaron por teléfono a Andrés Pérez Morales, otro compañero de promoción que vive en Paterna de Rivera (Cádiz) y no está bien de salud porque sufrió un infarto que le ha dejado medio cuerpo sin movilidad. Manuel le había prometido que, si encontraba a Bartolomé, se lo pondría al teléfono y ayer cumplió su compromiso.

«Sí, a Manuel no hay quien lo pare. Aquí se ha venido», le dijo el extremeño por teléfono. «Ya me acuerdo de ti ¿Tú no tenías un 56 de pie? ¿Si? Sí me acuerdo». Para Andrés fue muy especial la llamada y pidió a ambos que fuesen a verle a Cádiz. Esta será la próxima cuenta pendiente.

C.M.

En este punto está de acuerdo María Eulalia, la mujer de Bartolomé Grajera. Ya eran novios cuando él se marchó a la mili. Desde allí le envió un montaje fotográfico con imágenes de los dos, un corazón y una frase: Recuerdo de Cádiz. «Antes los hombres eran más románticos». Cuando finalmente su novio volvió y se casaron, decidieron ir a la ciudad gaditana para que ella pudiera conocerla, pero de camino, en Sevilla, él se hizo daño en un dedo cuando se montaban en el tren y suspendieron el viaje. «Aún estoy esperando que me lleve a Cádiz», se lamenta casi 50 años después.

Se busca a otro amigo

Otra cuenta pendiente de estos amigos es localizar a otro compañero del que ambos guardan muy buen recuerdo. Se trata de José Pérez Guerra. Tuvo que hacer la mili en Cádiz porque había nacido en Villamartín, pero entonces, en el 69, vivía en Barcelona, a donde se habían desplazado sus padres para trabajar. Algún día esperan también volver a abrazarle.

Ayer el reencuentro de Manuel y Bartolomé se alargó hasta las seis se la tarde. Charlaron, fueron de tapeo y al ferial de Montijo a ver la Feria del Chocolate que estos días e celebra en la localidad pacense. Hoy volverán a almorzar antes de que el andaluz vuelva a su casa y seguirán recordando su mili.

«¿Sabes? La última vez que estuve en Cádiz ya no existía el cuartel. Lo derribaron. Ahora es una urbanización con muchas casas», le confesó ayer Manuel a Bartolomé a lo que el de Montijo contestó: «Joe, macho. El 15 de Artillería ¡Qué pena! Cómo pasa el tiempo».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios