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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Pilar Baños (en el centro) y María José Doncel (derecha) en su intervención de ayer. :: HOy
El programa de La Caixa para enfermos terminales llega a más de cinco mil pacientes

El programa de La Caixa para enfermos terminales llega a más de cinco mil pacientes

Trabajadoras sociales y voluntarios apoyan a las unidades de cuidados paliativos de los hospitales extremeños

Antonio Gilgado

Badajoz

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Jueves, 4 de abril 2019, 08:15

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La Caixa cumple una década colaborando a través de su fundación social con los equipos de cuidados paliativos de los hospitales extremeños.

La entidad hace balance poniendo sobre la mesa algunos datos. Su equipo de trabajadores sociales y voluntarios en Extremadura ha acompañado en sus últimos días de vida a más de cinco mil pacientes, 5.388 concretamente.

La asistencia psicológica para afrontar una enfermedad avanzada se ha extendido también a más de cuatro mil familiares.

Marc Simón, subdirector general de la Fundación Bancaria La Caixa, e Isabel Moreno, directora territorial, hablaron ayer de un programa consolidado, respetado y apreciado por la comunidad científica. Trabajan, recuerdan, para proporcionar a enfermos y familiares apoyo emocional, social y espiritual. El rostro y el testimonio lo ponen María José Doncel y Pilar Baños.

Doncel tuvo a su madre durante más seis años en la Unidad de Cuidados Paliativos del hospital Campo Arañuelo de Navalmoral de la Mata. Ayer quiso agradecer públicamente el interés que sintió durante todo ese tiempo de los trabajadores sociales y voluntarios de La Caixa.

En la agonía final de su madre, Pilar también tuvo que atender o otros dos familiares enfermos. «Había días muy complicados y te sientes arropada con ellos. Se debería hablar más de esto porque ayudan de verdad». Tras esta experiencia se hizo voluntaria de la Asociación Oncológica Extremeña. Su particular forma de acompañar a los que transitan ahora por el mismo camino.

Como voluntaria ha aprendido a relativizarlo todo. «Las prioridades cambian». Ayer contó la historia de Julita, una vecina de Jarandilla de la Vera a la que empezó a visitar para que saliera de casa. «Nunca se me olvidará el día que conseguimos llegar a la garganta. Lo disfrutó mucho, entendió que la enfermedad le había recluido en casa y no quería que volviera a pasar», cuenta.

Julita pasó los últimos meses participando en clases de manualidades con sus vecinas. Aprendió a convivir con su destino, pero también a valorar el presente. «El día antes de morir me dijo que me quería mucho porque le había ayudado a irse en paz».

Esa paz también forma parte del legado de Juan, el marido de María José Doncel. Su marido sufrió un tumor cerebral y en un principio fue reacia a que los especialistas de cuidados paliativos le atendieran en su casa de Mérida en la fase terminal.

Ahora que puede recordar los momentos finales con más de calma, valora la sensibilidad de los especialistas de paliativos del hospital de Mérida y del equipo de La Caixa. Gracias a la mediación de ambos grupos, Juan compartió sus últimos minutos con su nieto recién nacido. El destino quiso que mientras el padre ingresaba en fase terminal su hija lo hiciera en paritorio. «Cuando se enteró, quería conocer a toda costa a su nieto».

María José agradece que el equipo de Paliativos y el de La Caixa hicieran posible que el hospital les habilitara una habitación en la que vivir un momento de intimidad inolvidable. Juan quería morir en casa y aunque al final lo hizo en un hospital, tuvo a su nieto recién nacido en brazos. Consiguió abrir los ojos cuando se lo acercaron. También se fue con mucha paz.

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