Preocupación sindical por el agotamiento de los sanitarios y por que no haya suficientes refuerzos

Las que están por venir no parecen las mejores semanas para trabajar en la sanidad. El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha llegado a tener hasta 1.938 personas de distinto perfil profesional en los peores momentos de la pandemia –en la primavera de 2020–, pero la cifra de efectivos va variando según las necesidades y los recursos de personal que hay en la actualidad preocupan entre los sindicatos, que los consideran insuficientes.

El empuje de la covid disparando las cifras de contagios, la campaña de vacunación en marcha y las fiestas navideñas después de casi dos años de desgaste mental por la pandemia son elementos suficientes para mermar el ánimo en las plantillas del Sistema Extremeño de Salud (SES), señalan desde Simex, Satse y CSIF, que apuntan a la temporalidad de los contratos y que Extremadura tenga las guardias peor pagadas de España como factores desincentivadores.

El propio consejero de Sanidad, José María Vergeles, manifestó esta semana que estaban teniendo problemas para cubrir puestos. «No hay médicos para reforzar las plantillas», dijo refiriéndose en general al Sistema Nacional de Salud. Desde los sindicatos de médicos y enfermeros avisan de que el colectivo está al límite.

«Me preocupa la sobrecarga laboral de primaria y urgencias, que funcionan a demanda, no como la atención especializada, que se puede programar. Pero, en general, preocupa la salud mental de los profesionales», declaraba a HOY esta semana María José Rodríguez, secretaria general del Sindicato Médico de Extremadura (Simex), quien confirma la preocupación de Vergeles. «Médicos no hay, toda la bolsa que había ya está trabajando, solo queda reorganizarlos», dice.

En el colectivo de enfermeros tampoco están sobrados de moral ante la evolución de esta sexta ola. Según Gonzalo Gallego, portavoz del Sindicato de Enfermería Satse, «el trabajo que ofrece el SES es muy precario, con contratos de días, quincenas o semanas, así que muchos profesionales se están yendo a trabajar a otras comunidades autónomas donde les ofrecen contratos de un año, principalmente a Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León. Ahora, con esta sexta ola, se están buscando profesionales en las bolsas de trabajo, pero están agotadas porque se han ido. El fin de semana pasado en el Área de Salud de Mérida ya hubo problemas para contratar refuerzos y esto se va a agravar», apunta Gallego.

Según recuerda este sanitario, ya antes de la pandemia el sistema sanitario extremeño tenía un déficit de un millar de enfermeros y desde que irrumpió la covid en marzo de 2020 hacen falta más porque en atención primaria han aparecido tareas nuevas como el seguimiento de los casos positivos. Para Satse, el sueldo en Extremadura de un enfermero no está entre los mayores del país, «pero el problema –subraya– es la temporalidad».

Emilia Montero, responsable del sector de Sanidad del sindicato CSIF, dice que en la mesa sectorial que tuvo lugar el pasado 25 de noviembre avisaron de que la situación sanitaria se podía complicar por la pandemia y criticaron que el SES hubiera despedido al 78% del personal extra contratado por la pandemia. «De los 1.938 contratos de refuerzos que se hicieron solo se han quedado con 429, el 22%, según los propios datos del SES», apunta.

Y aunque el SES anunció el pasado día 18 que contrataba a 147 profesionales más de refuerzo (los que más enfermeros, 74), la suma de ambos refuerzos, que son 576 personas, nos es suficiente para CSIF. «Seguimos con vacunaciones y los profesionales están agotados a estas alturas del año con atención primaria desbordada, pero es que además de médicos y enfermeros se necesitan todo tipo de personal, también de gestión y servicios, ya que ocurre a menudo que la población no tiene quien le coja el teléfono», incide el sindicato.

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