Una postal con siglos de historia en pleno Geoparque Mundial

El valle del río de Viejas es un lugar especial por su gran significado geológico, pero este es tan solo uno de los motivos por los que De Miguel se siente «enamorada de la comarca de las Villuercas».

El valle se encuentra enclavado en el Geoparque Villuercas Ibores Jara, al noreste de la región. Fue declarado Geoparque Mundial de la UNESCO en 2015 y tiene un importante patrimonio geológico, cultural y natural.

«Es un lugar lleno de naturaleza, muy poco conocido, por lo que está bastante aislado y además mantiene actividades tradicionales agrícolas que debemos conservar para garantizar que perviva la cultura y la soberanía alimentaria», afirma De Miguel.

Entre las actividades a las que se le da especial valor en esta comarca se encuentran la huerta, el castaño, el cultivo de olivo… «Todas hacen que haya un mosaico agrícola y forestal muy interesante y un valle espectacular».

Lo descubrió cuando fue a realizar una entrevista a unos agricultores sobre el uso y el cultivo de la judía como trabajo de campo sobre cultivos tradicionales y el conocimiento campesino asociado.

«Descubrimos que había más de diez formas de cocinar la judía verde, que es un producto de mucha calidad que se cultiva allí. En esta zona hay mucha cultura campesina y la recuperación de los saberes campesinos es una de las cosas que más me gustan, por eso la primera vez que fui, aluciné».

Desde entonces, lo suele frecuentar varias veces al año. «Es una excursión especial que hacemos en familia», explica.

De Miguel comenta que visitar la zona en verano es muy agradable porque tiene lugares para bañarse, que «en Las Villuercas no abundan». El otoño también es una época muy agradable para visitarla por las temperaturas, por el matiz rojizo de la arboleda y por la recolección de setas.

«Lo único que le falta a la zona es que haya más sinergia con la hostelería y la restauración y que se puedan degustar platos típicos con productos de la comarca para ponerlos en valor. Que se utilice el aceite de los olivos de la tierra, que la miel sea de Las Villuercas, la judía de Cabezuela, el cordero de la comarca… tenemos que valorar lo que producimos».

«Somos naturaleza, cultura, tradición, y este lugar tiene muchas cosas que aportar a un turismo diferenciado y de calidad. Esta comarca es muy auténtica y por eso se debe visitar».