«Cuando podamos ir a otra provincia haré una comida con mis hijos y mis nietos»

Cada mañana, Justo Cardador daba su particular paseo por el parque de El Rodeo en Cáceres y compraba la prensa. Esa era su rutina hasta que el confinamiento por el coronavirus se la robó. La tuvo que cambiar obligado por días de encierro. «Al menos me llegaba el HOY a casa», dice con una sonrisa y con el periódico en la mano este maestro jubilado de 80 años. Es de Malpartida de Plasencia pero vive en la capital cacereña desde hace una década. Ahora, que ya ha empezado a tomar contacto con su nueva normalidad, hay una cosa que le falta por encima de todo: los abrazos de sus seres queridos. Entre ellos los de sus nietos, que viven en Badajoz.

–¿Cómo ha vivido estos días?

–Mal porque estar sin salir de casa y que no te dé el aire es complicado. A mí me gusta mucho la naturaleza y el campo y eso lo he echado de menos. Siempre he ido con mis hijos a la dehesa boyal de Arroyo de la Luz, donde está la ermita de la Virgen de la Luz. Allí hemos pasado mucho tiempo porque en ese pueblo he estado 34 años trabajando como profesor y he sido director del colegio público durante 18. Allí hemos vivido muy buenos momentos.

–Arroyo de la Luz ha sido uno de los municipios extremeños más afectados por la pandemia. ¿Cómo ha llevado eso?

–Aunque a Arroyo de la Luz voy poco, tenemos allí una casa y estoy en contacto con sus vecinos. Lo he vivido con mucha tristeza porque algunas de las personas que han fallecido las conocía. De hecho, la primera víctima mortal que hubo en Extremadura por esta enfermedad, Claudia, era amiga de mi hija.

–¿Ha podido ver a su familia en este tiempo de encierro?

–Vivo con mi esposa y aquí, en Cáceres, está mi hija, que ha venido a traernos la compra a casa porque no quería que saliéramos al ser mayores. Mis otros dos hijos están en Badajoz y allí también están mis tres nietos. Al más pequeño, que tiene siete años, lo veo todos los días por videollamada.

–¿Qué es lo primero que hará cuando se avance en la desescalada y lleguemos a la nueva normalidad?

–Cuando podamos movernos entre las dos provincias de la región lo primero que haré será una comida con mis hijos y mis nietos. Ya sea en Badajoz o en Cáceres. Aunque hablo con ellos, no es lo mismo que verlos en persona. Por ejemplo, mi nieto más pequeño ha pegado un buen estirón en estos tres meses de confinamiento y seguramente que cuando lo vea estará mucho más alto. Eso lo voy a notar y reconozco que da pena perderse todos esos momentos.

–¿Tiene miedo al contagio?

–Miedo no, más que nada precaución. Ahora lo que siento sobre todo es tristeza por la cantidad de gente que lo ha sufrido. Espero que llegue pronto la vacuna para que podamos vivir tranquilos.