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El número de policías locales en la región cae a niveles de 2010 al situarse por debajo de la barrera de los 1.360 efectivos. Es el peor dato desde hace diez años, cuando la cifra alcanzó los 1.340 entre agentes y mandos. A partir de entonces, las plantillas fueron creciendo y en 2018 alcanzaron su tope histórico en la región, 1.481 integrantes. A 31 de diciembre pasado eran 1.356. Las vacantes dejadas por jubilaciones no cubiertas a través de convocatorias de oposiciones poco ambiciosas han propiciado, alertan colectivos sindicales, plantillas raquíticas.
Ni siquiera el hecho de que se sacaran a concurso 239 plazas a lo largo del año (entre turno libre, promoción interna, concurso de movilidad y comisiones de servicios) impidió el descenso final de agentes en la comunidad autónoma.
948 efectivos en la provincia de Badajoz y 408 en la de Cáceres Frente a los 1.024 y 457 efectivos, respectivamente, del año anterior.
1,43 policías por cada mil habitantes Colectivos sindicales dicen que lo ideal es que por cada 500 habitantes haya un policía.
108 mujeres, 1 248 hombres. Así se reparten, por sexo, los 1.356 policías locales y auxiliares de la Policía Local a cierre de 2019.
Varón, de 47 años y con graduado escolar Es el perfil medio del policía local extremeño según el registro manejado por la Junta.
En Berlanga (2.350 vecinos, Campiña Sur), de una plantilla posible de cuatro agentes solo queda uno y hace labores administrativas, de segunda actividad. No pisa la calle. En Solana de los Barros (2.645 censados) se han quedado solo con un agente tras la marcha del otro acogiéndose al concurso de movilidad. En Fuente del Maestre (6.770 habitantes, mancomunidad de Zafra-Río Bodión) solo están siete efectivos sobre 14 posibles. Y en Mérida, el Ayuntamiento de la capital de Extremadura piensa sacar a concurso a lo largo de este año 19 plazas para cubrir las carencias: a comienzos del pasado año, de una plantilla de 117 agentes se pasó a 96. «Hay menos policías y las plantillas son claramente insuficientes. Si a eso le añadimos que los ayuntamientos sacan a concurso un número de plazas que, en el mejor de los casos, son para cubrir las vacantes por jubilaciones pero no para aumentar plantilla, la realidad que queda es complicada», incide Jesús Solana, policía local y responsable de acción sindical de CSIF Extremadura.
El año pasado, subraya, se vivió también un escenario nuevo que animó indirectamente al adelgazamiento de las plantillas. Cumpliendo una serie de requisitos, los agentes se podían acoger a la jubilación anticipada a los 59 años.
La Junta no dispone de datos exactos de cuántos trabajadores policiales se acogieron a esa posibilidad porque no todos los ayuntamientos lo comunicaron. En todo caso poder jubilarse a los 59 años ha tenido impacto en las plantillas. «Eso ha sido aprovechado por los ayuntamientos para, en muchos casos, amortizar las plazas dejadas por esas jubilaciones», agrega el dirigente de CSIF.
«Las plantillas son cortas. Y hay que tener en cuenta que parte de ellas están formadas por agentes en comisión de servicio o por movilidad que, si están en pueblos pequeños, se van al poco tiempo y las dejan con nuevas vacantes», relata Pedro Rivera, jefe de la Policía Local de Fuente del Maestre. Recuerda que en el año 2000 trabajaban 12 agentes, cinco más que ahora, en la localidad fontanesa.
Rivera es miembro de la directiva de Ajeploex. Es la Asociación de Jefes y Mandos de la Policía Local en Extremadura. Especifica, además, que al problema de escasez de efectivos se le suma que los turnos de trabajo impide que siempre estén disponibles a la vez todos los agentes. El viernes pasado, por ejemplo, en Fuente del Maestre trabajaron dos de los siete policías que componen su plantilla.
La radiografía sobre la situación de este cuerpo policial en Extremadura deja la siguiente estadística. A 31 de diciembre del pasado 2019, había 1.356 policías locales y auxiliares, 1.024 en la provincia pacense y 457 en la cacereña. De ese total de 1.356 efectivos, 1.169 eran agentes, 118 oficiales, 35 subinspectores, 19 auxiliares, 8 inspectores, 5 intendentes y 2 superintendentes.
«Se necesita una mayor rejuvenecimiento. Es uno de los problemas aparte de la escasez de efectivos», inciden tanto Solana como Rivera. La afirmación se sostiene en que el grupo mayoritario de policías locales extremeños tiene entre 46 y 55 años. En esa franja de edad están 434 miembros. En 2018 la franja de edad predominante entre los municipales era de 36 a 45 años (441 integrantes).
«Es un servicio básico y más cuando en muchos pueblos no hay cuartel de la Guardia Civil y solo en los municipios más grandes hay Policía Nacional. Debemos tener claro que contar con policías locales es muy importante», avanza Juan Manuel Ortiz, alcalde de Berlanga. «Las labores de control del tráfico, contra la venta ambulante, de lucha contra la delincuencia... La presencia de la Policía Local es necesaria tanto por lo que hace como por su efecto disuasorio ante la posible comisión de delitos», remata.
El Consistorio de Berlanga ha perdido el año pasado a dos de sus tres agentes activos (la plantilla orgánica es de cuatro) porque, echando mano del concurso de movilidad, se han ido a otros municipios. En unas semanas, el Ayuntamiento sacará a concurso esas dos plazas aunque da por hecho que no tendrá nuevos agentes hasta el próximo 2021.
«Estamos formando policías para que los ayuntamientos más grandes se los lleven en perjuicio de los más pequeños», expresa Rivera. «Por supuesto que el concurso de movilidad para cambiar de municipio es algo totalmente legal, pero eso debe compensarse con más convocatorias de plazas para turno libre», finaliza.
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