El periodista que se reafirma en la poesía
Ve la luz el primer poemario del director de ABC, Julián Quirós, escrito cuando estaba al frente de HOY y en el que hace balance de su propia vida
Hay un aroma literario que siempre ha envuelto al ABC y ahora su director, Julián Quirós (Guareña, 1969), se hace responsable de manera directa de ... esta tradición. El periodista que a diario afila su prosa para desplegar en la página 2 de este diario de Vocento su poco compasiva 'Sala de Máquinas' acaba de publicar un íntimo poemario.
Escribió Manuel Pacheco que ser poeta es luchar contra el muro de niebla que las palabras ponen entre los hombres. El periodismo, que a menudo se abre paso entre cortinas de humo, no es ajeno a este afán. Julián Quirós vive de la actualidad, pero ha sido capaz de resucitar el pasado y para ello ha acudido a la poesía. «Creo que es una actividad muy sugerente como complemento alternativo al periodismo porque también la poesía está basada en la palabra breve y precisa, aunque en este caso necesitas salir de la rutina y bajar el diapasón», reflexiona Julián Quirós, a quien este libro lo ha dejado «en estado de aceptación».
'Pérdidas y ganancias. Recuento de los años huidos' (Ed. Ars Poetica, 2021) es un poemario en su mayor parte alumbrado durante su estancia en la región como director de HOY (2007-2009). Fue cuando retomó los versos a sus 38 años en un momento de su vida, tras una trayectoria profesional fulgurante en el Diario SUR, en que confluyeron varios factores, como volver a su tierra, la muerte reciente de su padre y la entonces fragilidad de tres hijos pequeños, contexto en el que cristalizaron sensaciones que sintió debía sacar a la luz.
El enamoramiento, la época divertida de Madrid en la juventud, los recuerdos rurales de su infancia, la experiencia de ser padre... «El 90% es autobiográfico, no cómo pasaron las cosas, pero sí lo que recuerdo. Todo es fiel a mi marco mental, aunque esto no nació para ser publicado sino como una necesidad de hacer inventario, como si a esa edad tuviera que hacer un estado de cuentas», dice este periodista que encontró en Extremadura una etapa de paz y cada vez que rescataba una foto hecha por él, la imagen le evocaba una imagen de cuyo hilo tiraba hasta que la enterraba en palabras.
Con todas ellas fue componiendo un conjunto con una música propia y directa: el beso largo en un piso de estudiantes, el metro de Madrid, los gin tonic en vaso de tubo o la amiga con la que iría a Londres pertenecen a la primera parte, titulada 'Ayer'. Le sigue 'Antes de ayer', donde el primer poema –'Allí a lo que pertenecimos'–, da pistas inequívocas de su niñez en Extremadura: «A los campos abiertos de trigo y vivencias, a las manos atentas que nos llevaron, al olor penetrado de sábanas lavadas y al manantial de otros recuerdos donde espigaron nuestras ansias primeras, sin temores y con la certeza de lo finito. Allí a lo que pertenecimos en una época que ya no habita entre nosotros», escribe Quirós, que dedica otro poema –'Queda la siembra'– al poeta extremeño fallecido en 2008 Ángel Campos.
Ajuste de cuentas
'Mañana' es la tercera parte de 'Pérdidas y ganancias', donde está muy presente la marcha de sus hijos, que empiezan a hacerse adultos, antes de abordar el epílogo, escrito mucho más tarde, ya en 2019 y que inicialmente no iba a formar parte de este volumen que ha prologado Carlos Aganzo, quien habla de cómo «los flashes del pasado nos asaltan y, en ocasiones, nos denuncian».
Las páginas finales son dos piezas, una de ellas una elegía a Majo Grimaldo, la subdirectora que tuvo Quirós cuando estuvo al frente de Las Provincias, que falleció a los 48 años y con la que él ajusta cuentas en un intenso poema. «Me dicen que me he descubierto demasiado, pero tampoco quise hacer ocultamiento. Lo escribí nueve meses después para hacer las paces con ella», apunta el autor, que ha cerrado su primer poemario con una clara introspección que admite que es un autorretrato. La titula 'Servicios prestados'. «Traté de ser fiel a cómo yo me veo y me quedé en un estado de aceptación», revela en tono de alivio.
En esta última pieza desliza unos versos –soldado entusiasta fui de un oficio sanguinario– sobre cómo se ve a sí mismo como periodista. Admite que está contento con cómo le ha ido en la vida cuando aún no había experimentado el vértigo de dirigir un diario nacional como ABC, lo cual califica de «aventura» en la que se trabaja las 24 horas del día por las exigencias de Internet. Es una etapa en la que reconoce que sería imposible hallar los remansos de paz que le permitieron escribir este poemario. Esto ya lo advierte al inicio con una cita de Juan Ramón Jiménez: «Que nada me invada de fuera, que solo me escuche yo dentro».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.