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Pequeños grandes comercios

ANA PATRICIA MÉNDEZ CONSULTORA DE COMUNICACIÓN

Viernes, 3 de abril 2020, 11:47

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El pasado 14 de marzo se decretó el cierre obligatorio de todos los comercios que no fuesen de primera necesidad. Con cierta incredulidad, y también con tristeza, vimos cómo bares, tiendas de ropa, joyerías o zapaterías, iban bajando sus persianas para permanecer cerrados, en el mejor de los casos hasta mediados de abril.

El tejido empresarial de Extremadura está constituido en su mayoría por pequeñas y medianas empresas (Pymes). Y aunque no hay duda de que las grandes empresas también se ven gravemente afectadas por el COVID-19, son las pequeñas empresas, 'las tiendas de toda la vida', las que se enfrentan a esta crisis con más inquietud e incertidumbre.

Poniendo el foco en ese pequeño comercio, el 60% de las pymes se ven obligadas a reinventarse para poder seguir facturando, según datos proporcionados por Cepyme, y más aún, en tiempos de coronavirus. Ya son cientos los autónomos que buscan soluciones para salir a flote de esta situación, que insisto, afecta a todas las empresas.

Alternativas como el comercio on line, los servicios a domicilio o la teleasistencia, no siempre funcionan para unas empresas que, en muchos casos, tienen una escasa presencia digital o carecen de las infraestructuras necesarias para ofrecer estos servicios. Muchas veces son los propios clientes, como las personas mayores, quienes aún no están familiarizados con estas nuevas formas de compra. Con lo cual, es difícil llegar a toda la audiencia y acudir a estas vías, que en muchos casos, no resultan tan exitosa como esperábamos.

En estos días tan raros, cuando salgo al supermercado o a una farmacia, contemplo con tristeza cómo las pequeñas tiendas del barrio tienen sus luces apagadas y sus puertas cerradas. Las mismas tiendas que realizan grandes esfuerzos para pasar sus temporadas. Pongo de ejemplo, el caso de Mayte Liébana, un pequeño comercio de ropa situado en Cáceres que temporalmente se encuentra cerrado por fuerza mayor. Tiendas como las de Manoli Gómez, encargada del negocio, tratan de buscar soluciones para seguir cuidando de sus clientes, adaptarse a este contexto, bien sea desde la distancia debido al aislamiento o desde la proximidad, con clientes que cada día mandan mensajes de apoyo ante esta situación extraordinaria.

Solo puedo decir, que esto pasará. Volveremos a salir, y entre todos debemos cuidar a esos pequeños negocios que, capeando el temporal, tratan de prestar el mejor servicio a sus clientes en Extremadura.

Gracias a vosotros, para mí grandes comerciantes que, con vuestro granito de arena, contribuís a levantar nuestra tierra. Abriréis. Con mucha más fuerza e ilusión por vuestros clientes, por vuestra familia y por vuestra contribución local.

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