La pandemia ha aumentado un 12% el número de fallecidos en Extremadura

En ese primer mes del año, uno de los peores momentos de la pandemia de coronavirus en la región, se produjeron 419 muertes por covid y la monitorización que realiza el Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad, aporta un exceso de mortalidad de 394 personas en Extremadura.

Es decir, el aumento de los fallecimientos en Extremadura respecto a la media de años anteriores es inferior a las muertes que se producen por covid. O lo que es lo mismo, se detecta en la región un descenso en la mortalidad por causas ajenas al coronavirus.

No es algo que haya sucedido únicamente en el mes de enero de este año. Si se observan los datos del MoMo desde el principio de marzo de 2020 se comprueba que en Extremadura se registra un exceso de mortalidad de 1.342 personas repartido en cuatro periodos concretos: entre el 20 de marzo y el 20 de abril del año pasado (656); en la tercera semana de julio de 2020 (106); del 24 de octubre al 11 de noviembre (186), y en el último mes de enero (394).

Por su parte, las cifras oficiales suman 1.756 defunciones a causa del coronavirus hasta ayer. Una diferencia de 400 decesos, que sería aun mayor si se suman las 300 personas que, según un informe del Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), perdieron la vida en los primeros meses de la pandemia con síntomas compatibles con el coronavirus, pero a quienes no se pudo realizar una prueba diagnóstica que confirmase la infección. El total, por tanto, se elevaría a 2.056.

Incluso si se dejan fuera de la comparativa los meses de febrero, marzo y abril, ya que el MoMo no detecta un exceso de mortalidad en estos periodos –pese a que en febrero hubo 213 decesos por covid–, la cifra de fallecidos a causa del virus se quedaría en 1.790. Todavía muy por encima del exceso de mortalidad de 1.342.

Esa cifra muestra dos consecuencias. La primera: en Extremadura ha habido un 12% más de fallecimientos en los primeros doce meses de pandemia que en los doce meses anteriores.

La segunda: en la región se han producido cerca de 450 fallecimientos menos por motivos distintos al coronavirus desde marzo del año pasado.

Es un número que contrasta con los aportados en los primeros meses de la pandemia, cuando el exceso de mortalidad era muy superior a las cifras oficiales de muertes por covid. En esos momentos, la directora general de Salud Pública, Pilar Guijarro, compareció en la Comisión de Sanidad de la Asamblea de Extremadura para decir que las muertes por la ola de calor del verano pasado y el miedo de los pacientes a acudir a los centros hospitalarios en los momentos más duros de la primera ola de la pandemia habían hecho crecer el número de fallecimientos. Unas explicaciones con las que ni mucho menos se cubría la diferencia existente entre ambas cifras.

Posteriormente, informes como el del Imserso fueron aclarando la cuestión y, con el paso del tiempo, las estadísticas indican que ha habido un descenso de la mortalidad por causas ajenas a la pandemia.

Hay varios motivos que, unidos, pueden explicar esos 450 decesos menos. Por un lado está la restricción de la movilidad, que redujo los accidentes de tráfico y las víctimas mortales. En 2019 hubo 50 fallecimientos en Extremadura por esta causa, según datos de la DirecciónGeneral de Tráfico, que todavía no ha cerrado los números de 2020.

Lo mismo sucede con la gripe. En 2019 murieron 30 personas por esta enfermedad, mientras que en 2020 no hubo ninguna muerte. Y es que el uso de la mascarilla y la distancia social es otro de los motivos que están detrás del descenso de fallecimientos sin relación con la covid.

Igualmente, se debe tener en cuenta que el MoMo ha detectado, desde el inicio de la pandemia, tres picos diarios con una mortalidad por debajo de la media. Sin embargo, con estas tres causas no se alcanza a explicar un descenso de 450 fallecimientos. Quizá, medio centenar.

El principal motivo hay que buscarlo en el grupo de edad de mayor riesgo ante la covid. De los 1.342 fallecimientos más de los previstos que registra el instituto Carlos III, el 80% se han producido en personas de más de 74 años. «Desde el principio de la pandemia se ha insistido en las patologías previas como una causa que estaba detrás de muchos fallecimientos por coronavirus», expone el demógrafo Antonio Pérez, que considera que la covid ha provocado que murieran muchas personas que, si no se hubiesen contagiado, habrían muerto igual debido a su avanzada edad o por patologías que ya tenían.

Los efectos del coronavirus en las residencias de mayores, donde se produjo un alto porcentaje de las muertes por la pandemia en la primera ola, abundan en esa idea.

Uno de los efectos demográficos que, para Pérez, va a tener la pandemia en la región es el descenso de la tasa de envejecimiento de la población en los próximos años. «Será un espejismo y volverá a crecer, pero se notará un cambio en las estadísticas por el elevado número de muertes de personas mayores», apunta este experto de la UEx.