Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 16 de abril, en Extremadura?
Pedro Sánchez (i) y Albert Rivera. AFP
Nunca interrumpas a tu enemigo

Nunca interrumpas a tu enemigo

Irene Sánchez Carrón

Domingo, 21 de abril 2019, 08:46

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Nunca interrumpas a tu enemigo mientras está cometiendo un error. Esta máxima de Napoleón Bonaparte es la táctica que parece estar aplicando Pedro Sánchez a su campaña electoral: no mover un músculo mientras los demás sacan la cabeza para recibir los martillazos; quedarse quieto mientras todos corren como almas que lleva el diablo y, por el camino, van metiendo los pies en todos los charcos.

Lo mucho que ha llovido sobre sus espaldas parece haber convertido al actual inquilino de la Moncloa en todo un estratega, especializado precisamente en saltar charcos. Lidiar con todo un aparato del PSOE puesto en contra debió de ser algo más parecido a un viacrucis de espinas que a un camino de rosas. Pero, como el propio Sánchez refleja en su «autohagiografía», las dificultades en el PSOE le hicieron darse cuenta de su capacidad para resistir. «Nunca me había encontrado en situaciones tan traumáticas, e ignoraba cómo reaccionaría en esas condiciones de acoso, presión, agitación y, finalmente, de forzada dimisión».

En su 'Manual de resistencia' Pedro Sánchez no duda en presentarse como una especie de superhombre. De hecho, la narración de su peripecia política cumple muchos de los rasgos que el profesor norteamericano Joseph Campbell analizó en su estudio ya clásico 'El héroe de las mil caras'. En él establece las pautas que siguen todas las historias de héroes, desde Ulises a Luke Skywalker, desde John Snow a Pedro Sánchez. Porque, desde que el mundo es mundo y existe la literatura para narrarlo, el viaje de cualquier héroe debe incluir una separación, una iniciación y un retorno, y es precisamente la superación de pruebas el ingrediente esencial para forjar el carácter.

Echando un vistazo a los análisis que vaticinan los resultados de las próximas elecciones, no podemos evitar preguntarnos dónde está la clave del éxito, qué es lo que ha hecho tan sumamente bien Pedro Sánchez para que las encuestas le sonrían de la manera que lo hacen. Si él cuenta con asesores y expertos de campaña, los demás también. ¿Por qué se eleva de esta manera el PSOE, si su breve paso por la presidencia nos deja más recuerdos de descalabros y rectificaciones que de aciertos? Véase, sin ir más lejos, la nefasta gestión del debate televisivo.

Quienes se apuntan siempre a teorías conspiratorias, hablan de manipulación de datos. Pero parece que el argumento se cae por indemostrable y ya todos los medios vaticinan una victoria del PSOE, que solo puede verse enturbiada si se da un escenario similar al andaluz, con el hundimiento de Unidas Podemos y la alianza de PP, Ciudadanos y, ay, Vox, esa fuerza extrema con la que se resisten a pactar no solo el nuevo centro derecha sino también la derecha de toda la vida.

Como resulta difícil realizar un listado de los aciertos de Sánchez, parece que la clave está en ver por qué se hunden los demás, hasta el punto de que mantenerse bajo el agua y sacar esporádicamente la cabeza para respirar puede suponer para el PSOE la victoria. De ahí que el actual presidente haya elegido una campaña de bajísima intensidad, que además ha hecho coincidir con la Semana Santa y las torrijas.

¿Cuáles son las claves del descalabro de los demás? En este análisis conviene separar a la derecha de la izquierda. Unidas Podemos se hunde por méritos propios y no necesita a nadie externo que tire de la formación hacia abajo. Ellos solos se bastan, y es posible que en los próximos comicios toquen fondo. En el caso de los partidos situados a la derecha, ha sido el salto de Vox a la piscina lo que ha venido a trastocar todas las posiciones. La irrupción de Vox ha sido como el giro loco que nadie espera en un guion apacible. Porque una cosa era presentir que existía la extrema derecha, con sus actos minoritarios y sus símbolos trasnochados, y otra muy distinta ver que puede organizarse como fuerza política, poner negro sobre blanco un ideario, convencer con sus propuestas a parte de la ciudadanía y obtener representación parlamentaria.

Ni PP ni Ciudadanos han sabido permanecer firmes ante la onda expansiva que ha provocado la zambullida inesperada de Vox. Quizá no tenían donde agarrarse, sobre todo cuando Vox formulaba sin complejos y con contundencia propuestas que ellos esbozaban con timidez.

Que el PP se haya visto acosado y empujado tiene sentido, pero que Ciudadanos haya movido tanto su posición hacia la derecha le pasará factura el próximo 28 de abril, salvo sorpresa de los muchos indecisos. ¿Era este viraje de Ciudadanos hacia la derecha necesario? ¿No le iba mucho mejor a Albert Rivera cuando los votantes le situaban en el centro, con capacidad para ser el partido bisagra? Parece que uno de los errores estratégicos de Ciudadanos de cara a los próximos resultados puede haber sido el de descartar, de forma innecesaria y gratuita, cualquier alianza con el PSOE.

Con la extrema izquierda descompuesta y el centro vacío, Pedro Sánchez se ha encontrado con un espectro político amplísimo y despejado que le permite continuar su viaje hacia el mito, como lo viene haciendo desde su muerte y resurrección política y su posterior ascensión a la Moncloa. Los demás líderes, cuyo reino sí es de este mundo, se hunden sin remedio en las encuestas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios