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Galería acristalada y luminosa, aún sin historia, del nuevo hospital de Cáceres. HOY
Nuevo hospital, nuevas historias

Nuevo hospital, nuevas historias

Un informe sitúa el hospital Universitario de Badajoz entre los 25 mejores de España

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Lunes, 18 de febrero 2019, 08:40

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De las fotos que he visto del nuevo hospital de Cáceres, la que más me ha gustado es la que muestra los butacones que habrá en las habitaciones para los acompañantes. Lo importante de un hospital son sus aparatos de diagnóstico, curación e intervención quirúrgica, sus quirófanos y su personal, pero uno tiende a pensar, tontamente, que lo de entrar allí como enfermo es algo a largo plazo, mientras que lo de acompañar es inminente.

Así que me he fijado en esos butacones ergonómicos, anchos y que te invitan a extenderlos, tumbarte y dormir la siesta y he hecho una asociación inmediata de ideas, sin demasiado sentido ni rigor, para deducir que si los butacones de los acompañantes son así, los medios para los enfermos serán de la misma calidad.

El mes de enero nos ha traído a Cáceres la noticia de la apertura parcial del nuevo hospital y ha dejado en Badajoz la buena nueva de que el hospital Universitario pacense está entre los 25 mejores de España. Habituados a ser los últimos en todo, reconforta comprobar que en sanidad no es así. Y esto es algo que se comprueba cada vez que nos toca acudir a un hospital público, sea como acompañante, sea como paciente, y constatar el trato, la eficiencia y los medios.

Siempre podremos quejarnos de algún inconveniente o algún error, pero dejando a un lado la anécdota, siempre dolorosa para quien le toca, la categoría debe llevarnos a estar orgullosos de nuestro sistema sanitario y más si tenemos parientes en Estados Unidos u otro país y nos cuentan cómo están allí las cosas.

Un informe basado en diferentes observatorios de sanidad, coloca el hospital Universitario de Badajoz en lo más alto de la sanidad española junto con hospitales de Madrid, Barcelona, Baracaldo, Toledo, Córdoba, Palma, Salamanca, Murcia, Gran Canaria, A Coruña, Oviedo, Santander, Navarra, Sevilla y Valencia. Sorprende que esté por encima en calidad y servicio de centros hospitalarios de grandes ciudades como Zaragoza o Málaga, pero así son las cosas o, cuando menos, los informes.

Los hospitales son espacios extremos: entras en ellos y cambia tu estado de ánimo para llevarte a situaciones de tensión, decaimiento, euforia, nervios, ansiedad, incertidumbre. Cada día, cuando bajo de la Montaña de Cáceres, miro hacia la Residencia, que es como se conoce en Cáceres popularmente el hospital San Pedro de Alcántara, y pienso un instante en la suerte que tengo por no estar allí.

No está mal eso de pensar en la suerte de estar bien y no tener motivo de queja grave. Cada tarde, tengo esos pensamientos durante mi paseo de la sobremesa: una ruta de la vida problemática que pasa por un tanatorio, por la oficina del paro, los juzgados, el centro de diálisis, dos hospitales, un hogar de acogida de mujeres y otro de acogida de niños para acabar en mi edificio, donde hay un piso de acogida de inmigrantes. El paro, la muerte, la enfermedad, el delito, la inmigración, el maltrato, el abandono... Y sigues dando tu paseo, camino de la Montaña, valorando cada minuto que pasa sin que nada te agobie ni acongoje.

La apertura de un hospital nuevo en Cáceres supone que has de decir adiós a otro hospital. En este caso, el Virgen de la Montaña, donde casualmente nació mi hijo. Sé que ese viejo hospital provincial es un edificio vetusto y mal conservado. Hace unas semanas, pasé allí algunas tardes acompañando y había pasillos solitarios que parecían preparados por un director de arte para rodar una película de terror. Pero aun así, me da pena que lo cierren porque con él se va parte de la intrahistoria de la ciudad: nacimientos, convalecencias, alegrías, tristezas. Los nuevos butacones del hospital Universitario de Cáceres son magníficos, pero les falta mucho para empezar a contar historias.

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