Noche de los Investigadores: una cita para ver células y atrapar hackers
Más de 400 profesionales llenan de ciencia Extremadura con talleres organizados por la UEx en Cáceres, Badajoz, Mérida y Plasencia
A. Rubio / R. Romero / J. C. Ramos
Viernes, 27 de septiembre 2024, 22:56
Resolver un crimen a través de los sensores de un móvil, desenmascarar a un hacker o hasta ver y tocar las células del sistema inmune ... gracias a la impresión 3D. Todo eso ha sido posible este viernes en la Noche Europea de los Investigadores, una cita organizada por la Universidad de Extremadura que llena de ciencia la cuatro principales ciudades de la región.
El Hospital Centro Vivo y la plaza de San Atón, en Badajoz; el Espacio UEx (antiguo Instituto de Lenguas Modernas) en Cáceres, y los centros universitarios de Mérida y Plasencia han acogido un programa con un centenar de talleres.
Más de 400 investigadores han acercado la investigación, la ciencia y la tecnología, entre las 17.30 y las 21.00 horas, con actividades en las que sobre todo han participado familias con niños y niñas. Muchas niñas. Una demostración de que a ellas también les interesa este mundo.
Un ejemplo es Sara Alcántara, que mientras sujetaba una lombriz en sus manos durante una de las actividades en Cáceres, contaba que «estaba aprendiendo que las abejas y las lombrices son muy importantes para todo el mundo». A sus ocho años participó en un taller de Toxicología impartido por profesores de la Facultad de Veterinaria.
Justo al lado de ella estaba su madre, Catalina Calderón, que explicaba que suelen participar en esta cita todos los años. «Antes era en el campus universitario y los talleres estaban más dispersos, en distintas facultades. Eso hacía que solo pudieran participar en alguno. No como ahora, que está mucho mejor porque al hacerse en el mismo espacio pueden estar en más y conocer diferentes disciplinas», decía en una sala repleta de pequeños deseosos de aprender.
«Estamos viendo cómo diferentes tóxicos afectan a los microorganismos. Cambian de color, de composición, mueren o crecen, por ejemplo. También hay cultivos que los niños pueden ver en el microscopio», detallaba Salomé Martínez, profesora de la UEx en el área de Toxicología.
«He visto hongos y bacterias. Estoy aprendiendo mucho», contaba uno de los niños participantes
Apenas a unos metros de ella, los niños hacían cola para mirar por el microscopio. Algunos de ellos incluso llevaban puesta su particular 'minibata' de científico, como fue el caso de José María Arévalo. «He visto hongos y bacterias. Estoy aprendiendo mucho», contaba mientras las familias no paraban de llegar a los distintos talleres en los que la ciencia y la tecnología se dieron la mano.
Además, en Cáceres también hubo propuestas en la rama de Humanidades a través de un taller que enseñó a analizar las imágenes que nos rodean desde una mirada crítica y que contó con ejercicios prácticos de pigmentación y coloración.
Un enorme laboratorio
En Badajoz, el Hospital Centro Vivo se convirtió en un enorme laboratorio con 45 talleres de Física, Biología, Química... Ana y María, de 11 años aprendieron que pueden hacer chucherías saludables en casa con gelatina y zumo de frutas, sin necesidad de tomar tanto azúcar ni arriesgarse a los colorantes. A las dos les llamó la atención que el colorante amarillo que está presente en casi todas las cocinas, en un tarro de cristal, puede causar hiperactividad si se toma en grandes cantidades. Este taller titulado '¿Quién quiere chuches?', con Agustina Guiberteau al frente, es de los que más atención captó en una tarde pensada para atrapar la atención y despertar vocaciones científicas.
Como la de Lucía Amado, que con 16 años, vuelve cada edición con su padre. En esta ocasión, a las puertas de decidir carrera, se debate entre la Biología y la Ingeniería. «En una jornada como esta, ves qué te despierta más entusiasmo», decía inclinando la balanza hacia las Ingenierías Mecánica, Industrial o Electrónica.
En Bichos y Demás Parientes, con tres talleres distintos, Wendy Flores habló del mosquito. Quienes se pararon ahí aprendieron que hay 3.500 tipos y que algunos murciélagos pueden llegar a comerse 3.500 insectos al día y que son, por tanto, un buen insecticida. Justo al lado, se pudo ver el cráneo de un toro, de un oso hormiguero o de un gorila.
Cipriano Rangel ha acudido otras ediciones como padre, pero en este 2024 se ha animado como profesor. Con Juan García de la Concepción prepararon un semáforo de colores gracias a la química. Mezclando hidróxido de sodio (sosa), glucosa y el tinte de los vaqueros (índigo carmín) consiguieron que el líquido cambie de color y pase de verde a naranja y rojo al agitar el recipiente.
La Agencia Estatal de Meteorología también contó con su propio stand para enseñar a los pequeños cómo se mide la lluvia, mientras que a Ana, de nueve años, le encantó aprender cómo se puede hacer girar una rueda en distintas direcciones. Fue en el taller de Electromecánica, donde usaron juguetes para enseñar cómo funciona el motor de un avión o el diferencial de un coche.
En Mérida, los talleres fueron en el Centro Universitario y, en él, el mundo de la Informática ocupó un papel importante. Los participantes aprendieron a 'atrapar' hackers y a proteger los datos personales en Internet. También hubo demostraciones de topografía, con maquetas incluidas.
Por su parte, el Centro Universitario de Plasencia volvió a ser la sede elegida para convertirse por unas horas en el epicentro de la ciencia y la tecnología. La Noche Europea de los Investigadores en la capital del Jerte congregó a más de 400 jóvenes de seis a 18 años, a los que se sumaron familiares y curiosos que no quisieron perderse la oportunidad de sumergirse en un amplio abanico de actividades diseñadas para acercar el conocimiento científico a todos los públicos.
Con más de quince propuestas, el evento ofreció experiencias únicas, desde la magia de las matemáticas con el taller 'MateMagia', hasta el fascinante mundo de las abejas en 'Una flor a vista de abeja', que mostró cómo estos insectos observan su entorno.
Para los más pequeños y sus familias, la seguridad fue un tema clave con 'Misión rescate', que incluyó tres talleres prácticos sobre primeros auxilios, la maniobra de Heimlich, la reanimación cardiopulmonar (RCP) y la postura lateral de seguridad.
La inteligencia artificial
La jornada también abordó temas de gran relevancia como el cambio climático y la inteligencia artificial, a través de charlas y experimentos interactivos que deslumbraron a los asistentes.
El toque musical llegó a las 19.00 horas con la actuación de la Tuna Universitaria en la puerta principal, que marcó el final de una tarde repleta de descubrimientos.
La Universidad de Extremadura, organizadora del evento, quiso destacar la importancia de este tipo de iniciativas. «Llevar la ciencia a la ciudadanía es fundamental, y este evento es muestra de nuestro compromiso con la divulgación científica», señalaron los organizadores.
Los talleres reunieron a cientos de familias en una actividad que se celebra simultáneamente en 400 ciudades europeas
En esta ocasión, la cita ha contado con varias novedades, como un programa internacional gracias a la participación de la Alianza Europea de Universidades EU Green.
En ese marco, investigadores de la Universidad de Évora enseñaron un juego para aprender sobre la vida de los peces migratorios y un taller sobre estudios de manuscritos antiguos en Badajoz y Mérida, respectivamente. A su vez, investigadores de la UEx desarrollaron talleres en la Noche Europea de los Investigadores de la Universidad de Parma, en Italia.
La Noche Europea de los Investigadores, en Extremadura, está organizada por el Servicio de Difusión de la Cultura Científica de la UEx y Fundecyt-Pctex, pero se trata de una cita que se celebra simultáneamente en más de 400 ciudades de Europa de 23 países. En todas ellas hay más de 1.300 investigadores que llevan a cabo 400 actividades y se esperan cerca de 25.000 asistentes.
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