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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?

Un mundo, una salud

El 60% de las enfermedades humanas infecciosas son de origen animal, al igual que el 75% de las emergentes. Atrás quedó el empeño en seguir distinguiendo entre enfermedades humanas y de los animales

José-Marín Sánchez Murillo

Viernes, 6 de julio 2018, 00:06

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Cada 6 de julio celebramos el Día Mundial de las Zoonosis, en conmemoración de lo sucedido en esa misma fecha del año 1885, cuando el científico Louis Pasteur aplicó en Francia la primera vacuna antirrábica a un niño de 9 años que había sido mordido por un perro infectado por rabia.

Se denomina zoonosis a las enfermedades que se transmiten de los animales a los seres humanos. La prevención de estas patologías requiere una gestión integral, que involucre a las profesiones sanitarias y en general a todas las profesiones vinculadas de una u otra manera al medio ambiente.

Las enfermedades zoonóticas no conocen fronteras, posición social, raza, religión... y son patologías muy complejas que en muchos casos producen discapacidad o muerte de quienes las padecen. Las campañas anuales de vacunación y desparasitación de nuestros animales domésticos son indispensables para el control y/o erradicación de las mismas.

Sin embargo, se necesita concienciar a la sociedad mediante una educación permanente para alertar sobre el riesgo al que estamos sometidos diariamente en este sentido. Para conseguir este objetivo, los primeros que deben abanderar las iniciativas de lucha contra este gran problema de salud pública, son nuestras autoridades sanitarias, teniendo en cuenta, además, otros factores como el cambio climático, la deforestación, el incremento de la relación hombre-animales, los animales abandonados, los viajes intercontinentales, los vectores transmisores, etc.

Surge aquí el concepto de Educación para la Salud, algo de lo que nos hemos olvidado en Extremadura. Se trata del proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud para mejorarla. En el Plan de Salud de Extremadura 2013/20, en las actuaciones previstas de Educación para la Salud no hay nada relacionado con las actividades de Salud Pública Veterinaria. Eso nos ha llevado también a mantener programas de lucha contra las zoonosis totalmente obsoletos, algunos de ellos con una antigüedad de más de 30 años.

La medicina veterinaria, ciencia también, por qué no decirlo, impregnada de altas dosis humanísticas, ha puesto mucho énfasis en la vigilancia, prevención y control de este tipo de enfermedades. Permanentemente, los veterinarios realizamos estudios epidemiológicos, investigaciones sobre reservorios naturales y control de vectores. Nuestro trabajo diario consiste en procurar la salud y bienestar de las mascotas, así como de los animales que nos proporcionan alimento. Pero también somos responsables del proceso de almacenamiento y manipulación de estos alimentos para mantener su calidad e inocuidad. En consecuencia, somos los vigilantes de la salud de la humanidad evitando a diario la presentación de brotes de enfermedades zoonóticas.

Sin embargo, en el ejercicio de este noble trabajo, no tenemos la sensación de que la Administración Pública nos tenga en cuenta como uno de los pilares básicos de la salud pública. Y así, el Real Decreto 1277/2003 define «establecimiento sanitario» como el conjunto organizado de medios técnicos e instalaciones en el que profesionales capacitados, por su titulación oficial o habilitación profesional, realizan básicamente actividades sanitarias de dispensación de medicamentos o de adaptación individual de productos sanitarios. Del mismo modo, define «actividad sanitaria» como el conjunto de acciones de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento o rehabilitación, dirigidas a fomentar, restaurar o mejorar la salud de las personas realizadas por profesionales sanitarios.

De esta manera, la Junta de Extremadura reconoce como centros y establecimientos sanitarios de nuestra comunidad a hospitales, centros de salud, consultas médicas, clínicas dentales, ópticas, ortopedias, establecimientos de audioprótesis, oficinas de farmacia, etc. No aparecen por ningún lado las oficinas veterinarias de zona, los laboratorios de diagnóstico de Sanidad Animal (oficiales y privados), las clínicas, consultorios y hospitales veterinarios, etc. Y eso que las 24 horas del día durante los 365 días del año, estamos impidiendo que enfermedades como toxoplasmosis, brucelosis, tuberculosis, leishmaniosis, hidatidosis, lleguen a las personas.

En contraposición, la Ley 44/2003, incluye, como no podía ser de otra manera, a los veterinarios dentro del grupo de profesiones sanitarias y específicamente dice que: «les corresponde el control de la higiene y de la tecnología en la producción y elaboración de alimentos de origen animal, así como la prevención y lucha contra las enfermedades animales, particularmente las zoonosis, y el desarrollo de las técnicas necesarias para evitar los riesgos que en el hombre pueda producir la vida animal y sus enfermedades».

Y es que ya nos hemos olvidado de lo que dice la Ley General de Sanidad que considera a la Veterinaria de Salud Pública pilar fundamental del sistema sanitario en relación con el control de higiene, la tecnología y la investigación alimentarias, así como la prevención y lucha contra las zoonosis.

Recientemente, y ya era hora, ha surgido el concepto de «un mundo, una salud», que pone en valor la relación existente entre las enfermedades animales y la salud pública. Desde hace tiempo es sabido que el 60% de las enfermedades humanas infecciosas conocidas son de origen animal, al igual que un 75% de enfermedades humanas emergentes. Atrás quedó el empeño en seguir distinguiendor entre enfermedades de las personas y enfermedades de los animales: Si existe un solo mundo debe existir una sola salud.

Finalmente, decir que los veterinarios seguimos fieles al lema que figura en nuestro escudo: «Hygia pecoris, salus populis» que fue adoptado en 1922 por la Asociación Nacional de Veterinaria Española. El lema consagra el cuidado y la promoción de la higiene de los animales para garantizar la salud humana. El término «higiene» engloba un importante componente de «prevención» que salvaguarda la salud de los animales y permite controlar la capacidad potencial de constituir estos una fuente de infección y de enfermedad para el hombre.

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