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Alicia Torreglosa en su domicilio con sus dos hijas. J.V. ARNELAS
Las mujeres piden el 90% de las excedencias laborales para el cuidado de familiares

Las mujeres piden el 90% de las excedencias laborales para el cuidado de familiares

La mayor precariedad del empleo femenino y el mantenimiento de los roles de género son las causas que detectan los expertos

José M. Martín

Badajoz

Lunes, 15 de febrero 2021, 06:58

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El cuidado de la familia continúa recayendo sobre las mujeres. Es uno de los motivos, quizá el principal, que explican que el año pasado nueve de cada diez excedencias laborales tramitadas en Extremadura para el cuidado de hijos u otros familiares fueran pedidas por mujeres, según los datos del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.

Es cierto que 2020 ha sido un año peculiar. El estado de alarma derivado de la pandemia de covid provocó que el número total de este tipo de excedencias se redujera en la región. Pasó de las 700 de 2019 a las 680 del último ejercicio. De estas, solo 66 fueron pedidas por hombres, el 9,7% del total. Extremadura, por tanto, está entre las regiones en las que el porcentaje de mujeres que se acogen a esta figura es más elevado, el 90,3%. Solo Murcia (91,3%), Castilla y León (90,7%) y La Rioja (90,5%) superan la tasa extremeña.

Es un porcentaje que, además, ha crecido en la región, ya que un año antes fueron 85 los hombres que disfrutaron de excedencias para el cuidado familiar, el 12,14%. En este caso, Extremadura se ha movido de una manera contraria al resto del país, donde el número de hombres en excedencia aumentó entre 2019 y 2020. El porcentaje a nivel nacional creció del 11,3% en 2019 al 12,8%, mientras que la tasa extremeña se movió a la baja.

«El 90% de las consultas que hemos tenido en UGT sobre el plan 'Me Cuida' ha sido de mujeres y la mayoría para acogerse a un 100% de reducción de la jornada laboral; muy poca gente lo solicitó para adaptación de horario o reducción parcial», aporta María José Ladera, secretaria de Igualdad de este sindicato en Extremadura, que añade que esto pone de manifiesto que «la conciliación es cosa de mujeres».

El mencionado plan fue activado por el Ministerio de Trabajo una vez que se aprobó el estado de alarma para facilitar la conciliación familiar y se ha prorrogado en repetidas ocasiones al ampliarse en el tiempo las restricciones provocadas por la crisis sanitaria.

Descenso

Sí sigue la región la tendencia del conjunto de España en el descenso global del número de excedencias para el cuidado familiar, que cayeron en más de 4.700 en comparación con el año anterior.

El confinamiento de la población, con el cese temporal de la actividad laboral de muchos negocios, supuso que algunas familias no tuvieran que recurrir a este tipo de acciones para poder atender a algunos de sus miembros. Por el contrario, la pandemia y la suspensión de las clases en todas las etapas educativas complicó la conciliación en otros núcleos familiares.

En esta situación se encuentra Alicia Torreglosa, que tiene dos hijas. Una de once y otra de cinco años. «Soy recepcionista en el gimnasio Fórum y tengo turno de mañana hasta las 15.30 horas o de tarde hasta las once de la noche y mi marido es abogado y está dado de alta como autónomo, por lo que no tiene horario fijo», dice.

Antes de que el coronavirus trastocase todo en marzo del año pasado eran los abuelos de las niñas quienes cuidaban de ellas cuando sus padres estaban trabajando. Pero con la pandemia, al ser población de riesgo, ya no pueden hacerlo. Alicia optó entonces por pedir una excedencia.

Son tres años el tiempo máximo que se permite esta interrupción temporal del empleo para el cuidado de los hijos y dos años para otro familiar. Alicia lo solicitó solo para los meses verano, ya que con anterioridad estuvo en ERTE. «La decisión de ser yo la que dejara temporalmente de trabajar era la que más nos convenía económicamente», indica Alicia, que no cobra durante la excedencia.

«Esto pone de manifiesto que la conciliación es cosa de mujeres y hará aumentar la brecha salarial»

MARÍA JOSÉ LADERA, Secretaria de Igualdad de UGT

Ese es, precisamente, otro de los motivos que influyen en que sean las mujeres las que acceden con mayor frecuencia a las excedencias laborales. «Hay un alto porcentaje de mujeres que trabajan en sectores precarizados y muchas con jornadas a tiempo parcial o con contratos temporales», expone la secretaria de Igualdad de UGT en Extremadura, que cree que esta situación hará crecer la brecha salarial que separa a hombres y mujeres.

Aporte económico

Al igual que han hecho Alicia y su marido, en la mayoría de las familias mantiene su trabajo quien más aporta económicamente al hogar. «Nosotros echamos cuentas y vimos que si teníamos que contratar a alguien para que se quedase con las niñas no nos compensaba», reconoce esta pacense, que amplió su excedencia en septiembre. «Ha sido todo muy sencillo, la empresa se ha encargado de todo», apunta.

Ahora, con el decreto de la Consejería de Sanidad que permitirá abrir los gimnasios, Alicia se incorporará a su puesto de trabajo. «Seguramente pida la reducción de jornada, con lo que ya podría conciliar mi empleo con el cuidado de mis hijas, porque no tiene pinta de que la situación sanitaria se resuelva de forma inmediata», asegura.

Educación y aumento del salario mínimo, entre las soluciones

«Los trabajos peor pagados están muy feminizados», según María José Ladera, secretaria de Igualdad de UGT en Extremadura, en referencia a sectores como el doméstico o la limpieza. Esto incide en que a las familias les resulte económicamente más rentable que sean ellas las que pidan las excedencias. «Por eso la subida del salario mínimo, que afecta a muchas mujeres, es una forma de avanzar hacia la igualdad», añade Ladera.

Por otro lado, la secretaria de Igualdad de UGT apuesta por la educación para luchar contra los roles de género establecidos. «El cierre de colegios y de algunos centros de personas dependientes planteó un escenario en el que la mujer se acogió a la excedencia laboral para dedicarse al cuidado de los familiares», entiende Ladera, que considera fundamental que se eduque en igualdad desde edades tempranas para evitar la persistencia de estas situaciones.

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