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Muere Alberto Oliart, el ministro extremeño que apagó los rescoldos del golpismo en el Ejército

Muere Alberto Oliart, el ministro extremeño que apagó los rescoldos del golpismo en el Ejército

El jurista, político, escritor, ganadero y Medalla de Extremadura falleció ayer en Madrid a los 92 años tras ser hospitalizado por covid

Sábado, 13 de febrero 2021

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Fue, sin duda, uno de los personajes claves para acabar de apagar los últimos rescoldos del golpismo en las Fuerzas Armadas que amenazaban la estabilidad de la joven democracia española. La fecha de su nombramiento como ministro de Defensa lo dice casi todo: el 26 de febrero de 1981, solo tres días después del asalto al Congreso de los Diputados. En vísperas del 40 aniversario del 23-F, falleció la pasada madrugada en Madrid a los 92 años el extremeño Alberto Oliart Saussol, solo unos días después de ingresar en el hospital tras infectarse de covid.

Su padre le decía que era un extremeño de verdad porque nació un 29 de julio de 1928 en Mérida con 45 grados a la sombra. Así lo contó el propio Oliart en su libro 'Contra el ruido', con el que ganó el X Premio Comillas de biografía y memorias en 1997.

Brillante abogado del Estado, tres veces ministro, consejero de algunas de las principales empresas del país, heredero de una familia ligada a Mérida desde hace dos siglos y educado en el ambiente de la burguesía ilustrada catalana, Alberto Oliart nunca quiso un ser un simple terrateniente.

Amigo y compañero de los grandes nombres de la llamada Generación del 50, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, García Hortelano, José Agustín Goytisolo..., pronto retomó la explotación de la finca familiar que tenía en la carretera que lleva a La Nava de Santiago desde Aljucén, donde se dedicó a salvar razas autóctonas en peligro. En su dehesa pastaban corderos merinos puros, cerdos ibéricos y vacas de raza blanca cacereña.

Comprometido con la región

Mantuvo además su compromiso con la tierra, a la que siempre estuvo muy vinculado. Fue comisario de la Feria Agroganadera de Zafra, presidente del Consejo Social de la UEx, y de las asociaciones de Cerdo Ibérico y de Productores de Ovino Autónomo. En 1998 recibió la Medalla de Extremadura y siete años antes recogió el galardón 'Extremeño de HOY', que anualmente entrega este diario.

Alberto Oliart tuvo seis hijos y era el abuelo de Rocío y Carmela, las dos hijas del cantautor Joaquín Sabina, con quien Isabel Oliart mantuvo una relación sentimental durante muchos años.

La pandemia se ha llevado por delante a este extremeño, figura clave en los primeros años de la democracia española, que aceptó sin titubear el encargo del recién investido Leopoldo Calvo Sotelo de meter en cintura a los uniformados que horas antes, algunos desde la sombra y otros de manera más clara, habían apoyado a los golpistas que habían tomado el palacio de la Carrera de San Jerónimo.

En la finca familiar de Mérida criaba corderos merinos puros, cerdos ibéricos y vacas de raza blanca cacereña

Dicen los que le conocieron que aquellos días fue, ante todo, pragmático y ordenó dirigir el proceso por el 23-F solo contra los cabecillas para evitar así una escabechina que podría haber acabado con millares de mandos y soldados imputados, creando un caldo de cultivo ideal para que los mandos más involucionistas siguieran enredando en las Fuerzas Armadas.

Durante meses el ministro de la UCD tuvo que maniobrar para evitar que la entrada en prisión de los cabecillas del golpe, el procesamiento de 33 mandos o la condena en junio de 1982 de 30 de esos militares no desembocara en un nuevo alzamiento o, al menos en una nueva conspiración. Suyo –dicen– fue el mérito de embridar a parte de una cúpula militar que no ocultaba su falta de sintonía con la recién estrenada democracia española, hasta el punto de que en diciembre de 1981 un nutrido grupo de mandos en activo publicó el llamado 'manifiesto de los 100', expresando sus simpatías por los golpistas que iban a ser juzgados semanas después por el Consejo Supremo de Justicia Militar.

Buena parte del acierto de Oliart en su lucha contra los recalcitrantes en el Ejército fue el nombramiento el 22 de mayo de 1981, solo tres meses después del golpe, del teniente coronel Emilio Alonso Manglano al frente de los servicios secretos, entonces Cesid (Centro Superior de Información de la Defensa). Manglano en solo unos meses consiguió convertir el espionaje franquista en un moderno servicio de inteligencia de corte democrático que poco después fue clave para descubrir otra intentona golpista, el conocido como 27-O o 'golpe de los coroneles' otra conspiración para una nueva asonada militar en la víspera de las Elecciones Generales del 28 de octubre de 1982 que ganaría por mayoría absoluta Felipe González. Un plan que consistía en varios atentados contra políticos progresistas o autonomistas y la posterior voladura de un bloque de viviendas militares en Madrid para culpar a ETA con el fin de se justificar una intervención del Ejército.

Con la llegada del Gobierno socialista, Oliart, que antes de ministro de Defensa había ocupado con Adolfo Suárez las carteras de Industria y Sanidad y Seguridad Social, desapareció de la escena política, dejando como legado unas Fuerzas Armadas en las que los involucionistas habían quedado prácticamente relegados y la entrada de España en la OTAN en mayo de 1982, una misión en la que también se empleó a fondo.

Alberto Oliart, a pesar de ser cortejado durante años por diversos partidos solo aceptó volver a la primera línea en noviembre 2009, cuando dijo sí a la propuesta de José Luis Rodríguez Zapatero de presidir RTVE. Su nombre fue el último que logró el consenso de PP y PSOE para este cargo. Oliart dejó el ente en julio de 2011 y durante la última década había vivido totalmente apartado de los focos.

Condolencias

Guillermo Fernández Vara ha mostrado su agradecimiento a Oliart por estar «siempre al servicio de Extremadura y España». «Descansa en paz querido Alberto. Orgulloso de haberte conocido, tratado y querido. Mil gracias por estar siempre al servicio de Extremadura y España», ha señalado el presidente de la Junta de Extremadura en sus redes sociales.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también ha lamentado la muerte del exministro. «Un abrazo a la familia y seres queridos de Alberto Oliart, una gran persona comprometida con la Constitución y la democracia», ha señalado Sánchez en una publicación en su cuenta de Twitter. Asimismo, el líder socialista ha destacado que Oliart fue un «servidor público clave» en la memoria histórica de España. «Un servidor público clave en nuestra memoria histórica, que destacó por su defensa del diálogo y el entendimiento. DEP», ha publicado.

El presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago, ha trasladado sus «más sinceras condolencias» a la familia del exministro. «Extremeño destacado», señala Monago a través de las redes sociales de su partido, de quien resalta que «ayudó a afianzar los pilares de la libertad y el estado de derecho en España como ministro durante la Transición y primeros años de la democracia».

El alcalde Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, ha destacado que el exministro, nacido en la capital autonómica, «personificó la concordia y el entendimiento», lo cual le permitió contribuir a dejar una «sociedad mejor y democrática». Asimismo, ha señalado que regresaba «con frecuencia para reencontrarse con un pasado del que quiso sentirse orgulloso». Uno de los emeritenses «más ilustres de los últimos tiempos», ha señalado el primer edil sobre el extremeño, que «pasará a la Historia por su dedicación y contribución a la política y al servicio público».

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