Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 17 de abril, en Extremadura?
Ana Trinidad, en el Parador de Mérida hace una semana. :: Brígido
En Mérida sabemos de teatro

En Mérida sabemos de teatro

Así se envenenó en los escenarios la actriz emeritense Ana Trinidad

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 18 de junio 2018, 07:59

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cuando Ana Trinidad (Mérida, 1966) se presentó a unas oposiciones para ser funcionaria en el Ayuntamiento de Mérida, estuvo a punto de aprobar, pero lo remedió a tiempo. Le tocó un tema que dominaba, pero reflexionó: se había presentado para contentar a su padre, funcionario y conductor del coche oficial de los alcaldes de Mérida, pero ella lo que quería era ser actriz, así que interpretó el papel de una opositora nerviosa, suspendió y aquí está, una señora actriz, sentada en una mesita del Parador de Mérida y rechazando la invitación a una perrunilla: «No soy dulcera, prefiero la cerveza. En Madrid me llaman Madame Mahou».

Tres años lleva Ana Trinidad representando el papel de la nosofóbica (miedo a contraer enfermedades y maniática de la limpieza) Blanca en la obra 'Toc Toc' de Laurent Baffie, versión en español del extremeño Julián Quintanilla y dirección de Esteve Ferrer. Nueve temporadas ya en el teatro Príncipe de Gran Vía. Sin embargo, cree que el mejor papel de su vida lo hizo en Barcelona con la compañía Noa Teatro. Era por primera vez protagonista y la obra se llamaba 'Dulce hiel'. «Era un papel muy difícil: una diabética y voyeur en segundo grado, eso quiere decir que me ponía cachonda viendo a una pareja que miraba a otra pareja que hacía el amor», detalla sin pestañear.

El primero de sus papeles fue más entrañable. Hizo de ella misma con seis años, en el patio de unas vecinas que organizaban veladas teatrales a una peseta la entrada y cantando 'Tengo un mandilín bordado'. Ana Trinidad, nacida en el barrio de los ferroviarios de Mérida, «en la calle 18 de julio del Barrio Rojo». Después de lo del mandilín, hizo mucho de hombre, rey mago y así porque era alta, en las representaciones teatrales del colegio. Fue al pasar al instituto Santa Eulalia cuando el teatro la envenenó.

«Con 14 años me cogieron en la compañía La Berenjena Escénica. Mi padre no me dejaba porque decía que en el teatro estaba lo peor, pero yo me matriculé en nocturno para poder engañarlo y no perderme los ensayos. Resultó que nos invitaron al Festival de Almagro y hubo que convencerlo para que firmara la autorización. Ahí intervino mucho mi tía Maruja», recuerda.

Maruja la Comadrona, de la familia de Los Limpiabotas porque el abuelo de Ana Trinidad, que había llegado desde Pinofranqueado, fue limpiabotas. Maruja, feminista antes de tiempo, que ha ayudado a nacer a medio Mérida, graciosa y una de las primeras emeritenses que se fue a estudiar matrona a Sevilla y Salamanca.

Ana Trinidad ya es una adolescente primorosa y ya es actriz. Entra en el Centro Dramático de Extremadura, monta después el Colectivo de Actores. Recorre España con un espectáculo en verso: 'Que viva Salomón'. Pasa un tiempo en Barcelona. Debuta en Madrid con 'Atraco a las tres' y hace amigos que aún la quieren como Carmen Machi, Hugo Silva o el desaparecido Manuel Alexandre.

«Pero yo no era famosa, yo era de teatro y sigo siendo de teatro», reafirma su vocación, aunque también ha aparecido en películas como 'Los Santos Inocentes' o 'La luna ciega' y en series como 'El comisario', 'Mis adorables vecinos', 'La Lola', 'Servir y proteger' o 'La que se avecina', donde es Paqui, la amiga de Loles León.

La etapa que más la ha emocionado de su vida artística es el estreno de 'Soliloquio de grillos' de Juan Copete en 2004. «Soy la musa de Copete, además de pasar sus manuscritos, escritos a bolígrafo, a ordenador», ironiza antes de rememorar aquella gira con 'Soliloquio' de París a Lisboa y por toda España y sentir cómo se le eriza la piel. En el año 2000, había montado compañía propia, Triclinium, con Lali Donoso, Paqui Gallardo y Andrea Movilla.

Ana Trinidad ha actuado ocho veces en el Teatro Romano, donde, asegura, «se nota que eres de aquí en que no te levantas a aplaudir porque sí». Y concluye rotunda, como es ella: «Los de Mérida sabemos mucho de teatro».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios