Olga y Paula, creadoras de Mi Canesú; ropa infantil con mucho estilo. HOY

«Nosotras marcamos la tendencia y asumimos el riesgo»

Olga Mena, empresaria extremeña, compone el 50% de la firma de ropa infantil Mi Canesú

Domingo, 7 de junio 2020, 08:58

La de Olga y Paula es la historia que dos caminos paralelos que, fruto del azar y de la ilusión, convergieron en el proyecto Mi Canesú. Se trata de una marca de ropa fabricada en España y Portugal, con materias primas naturales y con un corte clásico, pero diferente. En un principio sólo vestían a niños desde su nacimiento hasta los 12 años, pero ya han incorporado prendas para padres y madres. Olga Mena, cacereña afincada en Badajoz, es la mitad de esta tienda online.

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–¿Cómo nació este proyecto?

–Fue una idea a lo loco. Si hubiéramos imaginado lo que es Mi Canesú hoy día, no nos hubiéramos atrevido. Yo soy veterinaria y por aquella época –allá por 2013– compaginaba el trabajo con las oposiciones. Mi compañera Paula trabajaba en una empresa familiar de organización de eventos. Profesiones que nada tienen que ver con una marca de ropa infantil... Pero nos conocimos en un foro de bodas en 2011 cuando estábamos organizando nuestras bodas. Tanto Paula como yo era la primera vez que entrábamos en un foro. Y de hecho, fue la única, porque no lo hemos vuelto a hacer. Luego se dio la casualidad de que nos quedamos embarazadas también prácticamente a la vez. Entonces, yo con un bebé y otro en camino, con las expectativas laborales en el aire y muchas horas de estudio, me preguntaba si eso me compensaba. Por su parte, Paula se mudó a un pueblo de Cuenca con su marido y su niño, y a pesar de que montaron un restaurante que iba bien, ella estaba dedicada a la crianza y por tanto, retirada de la vida laboral. Así que algo hizo 'click' en ambas. Como no habíamos perdido el contacto desde la boda, sino que habíamos seguido hablando y cada vez congeniando mejor, pero sin vernos; todo por una pantalla, comentamos ligeramente que podíamos montar algo y era tal la conexión que ya había, que no necesitamos decir nada más. Aquella conversación despertó en nosotras lo que nos faltaba: ilusión por un proyecto laboral. El 16 de diciembre de 2013 tomamos la decisión de emprender y el 28 de marzo de 2014 lanzamos la primera colección de Mi Canesú.

–¿Cómo ha sido la evolución?

–Nunca imaginamos que la marca tendría tanta repercusión ni tampoco un crecimiento tan exponencial. Sólo en el primer año facturamos 198.000 euros netos. En 2016, facturamos 417.700 euros; en 2017, 963.300 euros... Y en 2018, aconsejadas por la gestoría, decidimos frenar y tener un crecimiento más controlado para darle mayor seguridad a la empresa. Porque aunque la marca estaba creciendo, era imposible que las propias infraestructuras logísticas lo hicieran al mismo ritmo. Así que en 2019 facturamos más de un millón de euros, pero de manera controlada; invirtiendo en infraestructura y consolidando así la empresa.

–¿A qué cree que es debido este crecimiento tan rápido?

–Creo firmemente que es por la cercanía y el trato que tenemos con las clientas. Nosotras somos dos madres y nuestras clientas también lo son, así que sabemos perfectamente sus necesidades y sus problemas, porque los vivimos en nuestras carnes. Además, también hemos crecido gracias al esfuerzo y trabajo de ambas. Y sobre todo, gracias al cuidado que le ponemos a la imagen de marca.

–¿Cuál es la filosofía que caracteriza a Mi Canesú?

–Además del trato personal y cercano que ofrecemos, cuidamos mucho las redes sociales para que aporten buen rollo y diversión; que no sea todo ropa. Comprar en Mi Canesú es una experiencia para los sentidos; es ropa clásica renovada, pero también es algo más. De hecho, mucha gente ya conoce nuestras prendas sin ver la etiqueta. Además, no somos esclavas de las modas, sino que nos guiamos por lo que nos gusta y encaja en el universo Mi Canesú. Somos nosotras quienes marcamos la tendencia y asumimos ese riesgo.

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–¿Habéis necesitado en algún momento apoyo financiero?

–Por supuesto. Nuestro capital social de empresa fue poner 1.500 euros cada una. ¡Y nos parecía un gran riesgo! Así que, claro que tuvimos que contar con el apoyo de los bancos. Ahora trabajamos con varios, pero sin duda, con el que mejor nos va es con BBVA. Toda nuestra relación de empresa pura y dura es con BBVA. Me gusta porque es mi banco de siempre, el de mis cuentas personales. Además, conozco mucho al director de la sucursal donde tenemos la cuenta de la empresa y eso me da mucha confianza.

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