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¿Qué ha pasado hoy, 17 de abril, en Extremadura?
Recogida del camalote en el río Guadiana. HOY

La lucha contra el camalote desde 2004 ha costado más de 30 millones

El Ministerio de Transición Ecológica convoca un nuevo contrato dotado con 4,2 millones de euros

JUAN SORIANO

MÉRIDA.

Lunes, 22 de octubre 2018, 07:53

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Catorce años después de la llegada del camalote al Guadiana, el Gobierno ya ha gastado más de 30 millones de euros en la lucha contra una plaga que parece imposible de erradicar. Pero cuenta con una nueva estrategia, con fondos europeos e incluso con la colaboración del ejército para tratar de eliminar a esta planta invasora del río. Y con más inyección económica, ahora con otro contrato de 4,2 millones de euros.

Según recoge la memoria de esta nueva licitación, hasta el momento el Gobierno ya ha destinado más de 27 millones de euros a la lucha contra esta especie invasora. Con el nuevo contrato, y con el que se ha puesto en marcha con cargo a fondos europeos Interreg, ya pasa con creces de los 30 millones de euros.

El camalote está presente en el Guadiana desde el año 2004. Después de que en 2005 colonizara 70 kilómetros de río entre Medellín y Mérida, se pusieron en marcha los primeros proyectos para evitar que pasara de la barrera que suponía la presa de Montijo. Tras otro episodio de proliferación en 2006, se destinaron seis millones a una actuación de urgencia, que tuvo continuidad con el mismo importe en 2007 y 2008.

La licitación prevé una duración de dos años con posibilidad de prórroga por otros dos

En los años 2009 y 2010 se mantuvieron los trabajos de vigilancia con nuevas inversiones, desarrollándose dos nuevos proyectos, lo que permitió controlar la plaga. Pero, como recoge la memoria del nuevo proyecto, en 2011 la inversión se vio reducida y con la llegada de las altas temperaturas se produjo otro episodio de proliferación masiva.

En 2012 se llevaron a cabo nuevas actuaciones de urgencia, que tuvieron continuidad en 2013 con la adquisición de maquinaria especializada. Las lluvias que se produjeron ese año y los desbordamientos del Guadiana conllevaron la eliminación de la planta y se regresó a una situación de control. Sin embargo, desde mediados de 2015 se ha producido una nueva explosión de la plaga, resultando insuficientes los medios empleados. De hecho, la barrera que en principio suponía la presa de Montijo, en Mérida, se ha visto superada y actualmente la planta ya llega a Badajoz y a la frontera con Portugal.

A pesar de los esfuerzos realizados, y la inversión de unos 27 millones de euros, la experiencia demuestra que se necesitan trabajos continuados para el control de la plaga. Con ese fin, en 2016 se puso en marcha una nueva estrategia que aspira a lograr la erradicación del camalote.

Para ello, se ha dividido el río en dos zonas. El primer tramo, el más afectado, abarca desde la desembocadura del Zújar, en Villanueva de la Serena, hasta la presa de Montijo en Mérida. El segundo, donde la presencia del camalote es menor, abarca desde la presa de Montijo al embalse de Alqueva, con el objetivo principal de evitar la proliferación de la plaga en aguas portuguesas.

Cada tramo se ha dividido a su vez en varios compartimentos, dotados con barreras de contención, lo que permitirá contar con más puntos de extracción y acopio y evitar la proliferación masiva de la planta.

Nuevas licitaciones

La nueva licitación puesta en marcha por el Ministerio de Transición Ecológica se suma a otro contrato, dotado con 1,2 millones de euros, que está centrado en el tramo entre Mérida y Alqueva. Cuenta con financiación de los fondos europeos Interreg y la participación de Portugal en labores de vigilancia.

Ahora se destinan otros 4,2 millones, que ya fueron anunciados por el Gobierno el pasado mes de marzo. Con estas dos actuaciones se dará continuidad a los trabajos que se realizan en la actualidad, que cuentan con la participación de la unidad militar de emergencias (UME). Su intervención se suma a las labores que realiza la Confederación del Guadiana y la empresa pública Tragsa a través de encargos periódicos, el último dotado con 1,9 millones de euros.

El nuevo contrato se adjudicará a comienzos del próximo año tras la retirada masiva de la planta que se producirá en otoño e invierno, aprovechando que deja de reproducirse por la bajada de las temperaturas. Tendrá un plazo de ejecución de dos años, prorrogable por otros dos.

Las actuaciones a desarrollar contemplan dos situaciones de trabajo en función de la climatología y de la dispersión de la planta a lo largo de los 150 kilómetros de río colonizados. Por un lado, en los meses de altas temperaturas y cuando se presentan grandes superficies de camalote debido a su capacidad de crecimiento vegetativo, se necesitan medios mecánicos terrestres formados por retroexcavadoras y camiones para retirar el material vegetal en determinados puntos de cargadero con zonas de vertido próximas. En estos puntos las plantas están retenidas por las barreras de contención. En caso de que sea necesario, con embarcaciones ligeras se acerca la planta hasta la orilla para su retirada.

Por otro lado, cuando las temperaturas bajan y el camalote deja de reproducirse, la planta permanece dispersa por las márgenes y entre la vegetación de ribera. En estas condiciones su retirada no puede realizarse con el empleo de maquinaria y se requiere de trabajos de limpieza mediante operaciones manuales, ya sea desde las orillas o desde embarcaciones. El contrato se completa con las labores de tratamiento de la planta extraída para su eliminación.

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