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¿Qué ha pasado hoy, 17 de abril, en Extremadura?

Los que más llenaron y los que hicieron sudar al presentador

J. L. G.

BADAJOZ.

Domingo, 23 de septiembre 2018, 09:57

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Aula HOY surgió en 1993 a iniciativa de El Correo en todas las cabeceras de este grupo -ahora Vocento-. Su primer director en Extremadura fue José María Ródenas y lo sustituyó por un periodo breve Cristina Herrera, exdelegada del Gobierno. Desde 1996 el director es Alberto González Rodríguez, historiador que además es cronista oficial de Badajoz. «Queremos que Aula HOY sea un foro donde habla gente de máxima cualificación en su campo y al que viene a escuchar un público no especializado pero de alta inquietud cultural», explicaba Alberto González esta semana.

Protagonistas que congregaron a más público cita de memoria al aventurero Miguel de la Cuadra Salcedo, al historiador Pío Moa, el político Alfonso Guerra, el dramaturgo Adolfo Marsillach, el periodista divulgador de temas de salud Ramón Sánchez Ocaña, el astronauta Miguel López Alegría o la espía y Condesa de Romanones Aline Griffith, que llenaron la sala.

Otras veces el director confiesa haber entrado en apuros, como cuando el filósofo Julián Marías se empeñó en mantener el abstracto y nada atractivo título de su conferencia, basada en la metafísica, lo que hizo temer al director una sala vacía. Su presagio no se cumplió por suerte y al final el autor fue mejor señuelo que el tema.

Otro conferenciante que hizo sudar a Alberto Rodríguez fue un marino que vino a hablar de los abordajes de piratas que había sufrido. Dio la conferencia en Cáceres, pero al día siguiente en Badajoz no apareció. El director de Aula HOY fue varias veces a buscarlo al hotel y le decían que no estaba. Finalmente explicó que en su habitación había una bañera, un lujo que hacía años no veía alguien que vivía con las incomodidades lógicas de un trabajo en alta mar. Decidió aprovechar para relajarse, ordenó en recepción que no le molestaran y perdió la noción del tiempo hasta olvidarse de la conferencia.

En otra ocasión un prestigioso historiador portugués se ofreció a participar en Aula HOY. El director le explicó que debía hacerse entender en español, a lo que él contestó que eso no era problema para un hispanista como él. La charla, sobre Felipe II, estaba resultando ininteligible, así que se pidió ayuda al cónsul portugués, en primera fila, para que tradujera. Ocurrió que hasta su compatriota tenía problemas para entender el portugués tan cerrado de aquel conferenciante, y más aún, para memorizar los larguísimos párrafos que soltaba con la intención de que el cónsul, improvisado traductor, los explicara luego en español.

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