Llega el fin de las mascarillas, pero los farmacéuticos recuerdan su utilidad

El 10 de julio de 2020, cuando el aprovisionamiento quedó garantizado, las mascarillas empezaron a ser obligatorias en España en la vía pública para evitar la transmisión de covid-19, imposición que se prolongó, en el caso de Extremadura, hasta junio de 2021, cuando dejó de ser obligatoria en exteriores, pero sí en lugares cerrados. Con el paso de los meses esa imposición se fue relajando de manera escalonada, tanto por territorios como por actividades o tipos de recinto.

Este año apenas quedaba un reducto de espacios donde se exigía ir con nariz y boca tapadas. El 8 de febrero de este 2023 fue el último día en que fueron obligatorias en los medios de transporte público, pasando a ser necesarias únicamente en farmacias y recintos sanitarios, tanto en hospitales y centros de salud como en clínicas, así como en residencias de mayores. Esta restricción se va a levantar esta semana, seguramente mañana miércoles o el jueves tras el consejo de ministros de este martes, equiparando las normas de España a las de varios de países europeos, donde hace más de un año que ya no es obligatorio llevar mascarilla en ningún caso.

Según ha explicado Cecilio Venegas, «una vez que los datos postpandemia y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace dos meses determinó que había pasado el estado pandémico, nosotros manteníamos en nuestro Boletín Oficial del Estado el uso de las mascarillas y el consejo interterritorial de salud determinó que podría cesar ese uso en centros y establecimientos sanitarios. A raíz de ahí hemos estado esperando a que este tema fuera al consejo de ministros. Pero no es un decreto solo de quitar mascarillas sino que incluye una batería de temas relacionados con vigilancia epidemiológica, de centros centinela, etcétera, aunque lo más visible sea el decaimento del uso obligatorio de la mascarilla».

Para Venegas los españoles han mostrado un comportamiento excelente durante la pandemia y subraya que las campañas de vacunación fueron un éxito. Ahora, cree que el Gobierno de España «debe entender que necesitamos tener un stock mínimo asegurado de mascarillas porque antes no las hubo en el sistema público de salud y, después de esta experiencia, no deberíamos estar al albur de terceros y cuartos países y quedarnos inermes ante otra situación similar».

Según Venegas, cuando en febrero dejó de ser obligatorio llevar mascarilla en el transporte público bajó considerablemente la venta de este artículo en farmacias, donde sí era obligatorio llevarla, aunque reconoce que los farmacéuticos «no podíamos hacer de policías sanitarios» y por eso en algunos establecimientos permitían el paso si la estancia era breve. Ahora, con el levantamiento total de esta restricción, se espera que ocurra algo parecido y este artículo se venda aun menos. «Hasta ahora todavía se vendían mascarillas, a gente con covid o a personas que tenían que ir a un centro sanitario», ha señalado.

Por otro lado, en estos momentos muchas farmacias tienen mamparas que fueron instaladas en la primavera de 2020. «Algunas se mantienen. No son obligatorias y ahora algunos las dejarán y otros las quitarán. En mi opinión protege y sectorializa el establecimiento», ha dicho Venegas, quien cree que algunos hábitos se han modificado desde la irrupción del coronavirus en marzo de 2020, sobre todo en lo relativo al espacio de la esfera personal. «Noto que estamos más separados que antes y hemos cogido cierto respeto a la aglomeración o a subir en un ascensor con mucha más gente».