Borrar
Directo Directo | El Vía Crucis recorre el Cerro de Reyes de Badajoz
Guillermo Fernández Vara en la sede de la Presidencia de la Junta. :: J.M. ROMERO

«Si limitar los mandatos deteriora la acción de gobierno, cambio la ley»

Guillermo Fernández Vara | Presidente de la Junta de Extremadura ·

Fernández Vara cree que el apoyo de las clases medias urbanas le dio la mayoría absoluta en las pasadas elecciones

Pablo Calvo

Cáceres

Miércoles, 31 de julio 2019, 07:47

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Guillermo Fernández Vara afronta la última semana antes de tomar unos días de descanso, aunque seguirá con el móvil encendido («recibo entre 100 y 150 wasaps diarios»). La cerrará el viernes dando a conocer las Medallas de Extremadura, una tradición. Son las diez de la mañana del lunes, el presidente de la Junta viste con vaqueros y en la muñeca luce una pulsera de la Cruz Roja, además del reloj, que no consulta durante la entrevista. Predice que la nueva legislatura acabará con menos de 75.000 parados y da por hecho que la alta velocidad estará lista como tarde a comienzos de 2021.

–¿Le preocupa más Extremadura o España, si pueden disociarse?

–No entiendo una sin la otra. Obviamente me preocupa la situación de España, no solo porque no se haya podido formar gobierno, sino porque llevamos ya casi cuatro años con un bloqueo institucional que no es bueno para nadie. Los extremeños han demostrado mucha sensatez permitiendo que nos pongamos a trabajar enseguida. Ya estamos elaborando los presupuestos del próximo año. Es digno de destacar en estos tiempos que en una comunidad autónoma la gente haya apostado de una forma tan clara por la estabilidad.

–¿De qué manera perjudica a Extremadura la falta de gobierno?

–De dos formas. Primero, porque el hecho de que no haya presupuestos del Estado para nosotros supone no menos de 200 millones de euros del IVA, las entregas a cuenta, el dinero que había para la dependencia, la educación de cero a tres años, las políticas de empleo... Estamos hablando de más de un punto de nuestro PIB. Y, segundo, perjudica porque hay proyectos de inversores extranjeros que están esperando a ver qué ocurre.

–¿Esperaba lograr mayoría absoluta y alcanzar 34 diputados?

–No. Estábamos trabajando con encuestas mensuales que nos daban en torno al 42%, alguna había llegado hasta el 43% (el PSOE superó el 46% de los votos el 26 de mayo), es decir, entre 30 y 32 diputados.

–¿Por qué cree que se produce?

–Lo más significativo fue ganar en ciudades donde no lo hacíamos desde hace mucho tiempo como Badajoz, Cáceres y Plasencia. Conseguimos más de 30.000 votos nuevos y hemos visto que vienen de las mesas de las clases medias de las ciudades.

–¿El resultado le cambió el modo de afrontar la legislatura?

–Un poco sí, pero no voy a tener problemas en ofrecer acuerdos, también para los presupuestos. Creo que la legislatura pasada fue buena porque conseguimos pactar con todos. Ya lo ofrecí en el debate de investidura.

–No parece que la oposición le creyera demasiado.

–Porque creen que cuando se hacen apelaciones al diálogo es como el boxeador que se abraza para que no le den. Pero lo intentaré porque las leyes que se negocian siempre son mejores.

–Repiten todos los consejeros, ¿lo han hecho todo bien?

–Estaba razonablemente satisfecho con el gobierno, pero además si cambias se tarda un tiempo en tener un exacto conocimiento de todo y ahora mismo no lo tenemos porque el programa operativo debe estar resuelto antes de final de 2020. La parte dura de la negociación de la PAC se va a hacer de aquí a un año. También hay mucho hablado con el gobierno de España... he mantenido a los interlocutores para que no haya que comenzar de cero.

–La sanidad es el ámbito que más crítica ciudadana genera y donde la oposición menos coincide con el gobierno. ¿A qué se debe?

–La oposición desconoce la realidad de la sanidad, pero por mucho que se empeñen, la sanidad ni da votos ni los quita porque la gente sabe que en lo grave, en lo urgente, en lo complejo es un sistema inigualable. Ocurre que a veces se falla en lo cotidiano porque la demanda es universal y además gratuita. El ciudadano sabe lo que tenemos y se forma su opinión según sus propias vivencias, no por lo que se diga. Sabe que podemos cometer algunos fallos, alguna ineficiencia, que las hay. ¿Cuál es el problema? Que no hay médicos. Es un problema que no solo se da en Extremadura y además todos quieren estar en los hospitales más grandes.

–¿Cómo se soluciona?

–Hace poco he estado comiendo con la ministra y se lo he dicho: hay que cambiar el estatuto MIR. Hay que conseguir que los médicos puedan trabajar teniendo un contrato estable en los hospitales más pequeños, pero dándoles garantías de que finalmente podrán acabar trabajando donde ellos más desean. El ciudadano sufre esta situación pero sabe que eso no lo arregla mañana otro partido, esto lo arregla un país produciendo especialistas.

Ambulancias

–¿La no prolongación del contrato a Ambulancias Tenorio es un reconocimiento de que no funciona bien el servicio?

–Es un reconocimiento de que algo está fallando desde hace bastante tiempo, no solo ahora.

–¿Qué está fallando?

–Que hemos metido en el mismo paquete el transporte urgente y el programado. El urgente da muy pocos problemas, es muy similar de un año a otro. Pero para el programado podrían ir en otro vehículo. Lo estamos mirando. En tiempos, la gente que iba a diálisis desde los pueblos lo hacía en taxi. Se puede recuperar para los traslados programados y además sería una forma de aliviar la situación del taxi rural.

«No la esperaba. Estábamos trabajando con encuestas que nos daban entre 30 y 32 diputados»

MAYORÍA ABSOLUTA

«La gente sabe que podemos cometer algún fallo, pero el problema es que no hay médicos»

SANIDAD

El cambio de modelo tiene un coste, el nuestro es que vamos a ocupar el 0,8% del territorio extremeño

RENOVABLES

«Querer gobernar una ciudad como Badajoz con cuatro concejales es una anomalía»

AYUNTAMIENTOS

«Tenemos mucha gente. Estoy orgulloso de haber hecho la transición generacional del PSOE»

SUCESIÓN

–La Inspección de Trabajo ha encontrado graves irregularidades.

–La empresa debe cumplir con sus obligaciones, pero cosas anómalas las ha habido siempre, la Inspección las detecta y las sanciona. Durante muchos años hemos trabajado codo con codo con el Consorcio de Ambulancias de Extremadura pero se convoca un concurso y hay una empresa que presenta una oferta mejor que la tuya. ¿Por qué razón la íbamos a anular si no era baja temeraria? Ese resultado no se aceptó. Nosotros también tenemos parte de culpa porque se puede mejorar la definición del servicio, y es lo que vamos a hacer.

–Afronta su último mandato. ¿Contempla cambiar la ley que fija esa limitación?

–La ley se puede cambiar, de hecho Castilla-La Mancha la cambió la semana pasada.

–¿Lo tiene previsto?

–No, yo he iniciado esta legislatura como las inicio siempre, con un proyecto que quiero desarrollar. Ahora, si yo viera que el hecho de que se agote el mandato va a significar un deterioro de la acción de gobierno, la cambio mañana. Si eso va a condicionar interna o externamente la acción de gobierno, la cambio. Y luego decidiremos quién va a ser el candidato cuando llegue el momento. Esa decisión no la tengo hoy en día en mi mente, lo cual no quiere decir que no la tenga con el tiempo. Yo ahora estoy pensando en cuatro años ilusionantes que tengo por delante.

–En la investidura no pareció que le gustara mucho que le recordaran que era su última legislatura.

–Por eso, porque si el debate va a ser ese, probablemente la cambiemos. Si no vamos a estar hablando del problema de los extremeños, sino del presidente porque es su último mandato, lo cambiamos mañana. Eso no me obliga a tener que presentarme.

–No sería lógico cambiarlo y no presentarse.

–Bueno, de aquí a cuatro años pueden pasar muchas cosas. Ya veremos. Mi planteamiento vital es el de terminar en la política y tener un tiempo luego para desarrollarme profesionalmente en la medicina, a la que quiero volver.

–¿Y no cree que puede jugar un papel en la política nacional, una vez liberado de la política extremeña?

–He tenido ofertas para ello, pero no me veo fuera... es difícil de explicar cuando se establece un nexo de unión como el que yo tengo con una parte importante de la ciudadanía extremeña, incluso con algunos que no me han votado nunca. A mí no me seduce nada la política española, porque no le pones la cara ni a la gente ni a los problemas.

–En la política nacional se ha destacado su perfil moderado, que en momentos como estos son valorados si hay que pactar con Cs.

–A lo largo de mi vida he alcanzado acuerdos con todo el mundo. Del 95 al 99 como consejero pacté todas las leyes con IU. Luego con el PP, con Podemos, seguro que lo haremos aquí con Ciudadanos. Lo que nunca entenderé de este tiempo son los vetos, el contigo no a mí me pone de los nervios. Cada uno pone su granito de arena y hace su pequeña o gran aportación a la política, la mía es luchar con todas mis fuerzas contra los vetos.

–En la reciente audiencia con el Rey Felipe destacó las fortalezas de Extremadura en turismo y en energías renovables, pero ambos sectores parecen chocar en lo que se refiere a los parques eólicos, con la oposición que se ha conocido en zonas como Hurdes y Montánchez. ¿Les comprende, tienen razón?

–Tengo todo el respeto por las plataformas, cada uno defiende su pequeño mundo o su zona. Pero ofrezco un dato: cuando en 2030 esté terminado todo el desarrollo del primer Plan de Energía y Clima, cuando haya 10.000 megavatios nuevos de fotovoltaica, eólica, biomasa, espero que algo más también de termosolar, la superficie que ocuparán será en torno al 0,8%.

–¿El mapa de parques eólicos se puede reformar?

–Sí, sobre todo si hay zonas donde medioambientalmente no se pueden hacer. Pero hay que esperar los tiempos. Vamos a valorar el impacto que puedan tener las eólicas, los procedimientos están. La diferencia entre las plataformas que se crean y nosotros es que ellos no están en la obligación de cumplir la ley y nosotros, sí. Es lo que ha pasado con las minas de uranio. Cuando ha llegado el momento, la Junta ha rechazado los permisos pero no se puede tener una condición apriorística definida.

–¿Le preocupa que ese rechazo de la opinión pública frene los planes en renovables?

–A mí que la gente se exprese en libertad no me preocupa. Pero sí quiero que haya información. Yo lo del cambio climático me lo llevo creyendo desde hace mucho tiempo. Es un problema gravísimo, no es un cuento chino. Si no se hace nada, no podremos vivir como lo hacemos ahora dentro de 50 años. Y en ese camino a lo mejor hay que sacrificar algunas cosas. ¿Alguien piensa que los cambios de modelo se pueden hacer sin costes?, el nuestro es que vamos a ocupar el 0,8% de nuestro territorio en esas fuentes de energía.

–Antes destacaba el triunfo en las ciudades. ¿Le ha decepcionado no gobernar en Badajoz?

–Claro, porque me da la sensación de que se ha acordado en contra. Cuando lo que te une no es un proyecto por, sino un proyecto contra, acaba mal. Dicho esto, lo que me decepcionó fueron las negociaciones.

–¿Con Ciudadanos?

–Sí, yo he estado en ello, he llevado un papel a Madrid diciendo los esfuerzos que se pueden hacer en materia de IBI, por ejemplo, pero la respuesta fue que nada de eso importaba. En ningún caso se estaba hablando de política, se estaba hablando de liberados, que es muy distinto. Me refiero a Madrid. Aquí se estaba negociando bien, tanto en Badajoz como en Cáceres, pero dos días antes me llaman y me dicen: dos más dos (repartirse la legislatura). Mi respuesta fue que esto no es una tómbola.

Capitales

–¿Se planteó el dos más dos en las dos capitales?

–Sí, y en el minuto uno, en Madrid, lo que me plantearon es que si se quedaban con Badajoz, nos daban Cáceres, y a la inversa. Querer gobernar una ciudad como Badajoz con cuatro concejales es una anomalía o un atrevimiento.

–Hace una semana entró en vigor la ley extremeña de Memoria Histórica y se están sucediendo sentencias en contra de la Diputación de Badajoz por vincular las subvenciones a los municipios a la retirada de vestigios. ¿Se han confundido desde la Diputación?

–Vamos a ver qué acaban diciendo las sentencias, porque además será bueno que haya una doctrina consolidada que aún no existe. Hay razones para una cosa y para la contraria. Lo que sí es una anomalía es que un ayuntamiento que incurre en un flagrante incumplimiento de la ley, haciendo además exposición pública de ello, no haya ningún argumento en mano de las administraciones para decirle que cumpla las leyes. La Diputación tiene complicado cruzarse de brazos, pero me gustaría que todo lo que hagamos en relación a la Memoria Histórica, si no es querido por una parte de la sociedad, que sí sea al menos entendido. Para eso las cosas hay que hacerlas explicándolas.

–Esta legislatura ha cambiado el criterio de que los consejeros no sean diputados. ¿Por qué?

–Primero porque esta vez son menos, solo cuatro (José María Vergeles, Isabel Gil Rosiña, Esther Gutiérrez y Begoña García Bernal) de los nueve. Segundo, porque se daba la circunstancia de que en algunos plenos a veces me encontraba yo solo, lo cual no es que me importase pero no se daba una buena imagen, es algo que no había medido. Y luego porque en el proceso que hay por delante, que no solo es la limitación del mandato institucional, sino también orgánico (Vara agota en 2021 los 12 años al frente de la Secretaría General del PSOE extremeño) yo no quiero condicionar a nadie. Dejemos las cosas como están, cada uno ha sacado su representación y dentro de un tiempo veremos.

–El nombramiento de Vergeles como vicepresidente se ha entendido como una señal de cara a los dos procesos de sucesión.

–Quien crea eso, no me conoce. Tiene que ver con la organización del gobierno, la asistencia a los actos y, por otra parte, para mí la sanidad es muy importante. No he hecho vicepresidente a Vergeles, he hecho una Vicepresidencia de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales. Hay una primera vicepresidencia del dinero, y otra de las política sociales, de las personas. Básicamente ha sido para eso.

–¿Sería un buen candidato?

–No entro en eso, la suerte que tiene este partido es que tiene mucha gente, entre otras razones porque yo me he preocupado de que haya mucha en puestos de responsabilidad, en el gobierno, la Delegación del Gobierno, en le Fempex, las diputaciones, la mesa de la Asamblea. Estoy orgulloso de haber hecho la transición generacional del PSOE y que al final de ese periodo volvamos a tener el mismo grado de implantación institucional. La noche del 26M tuve la sensación de que ha merecido la pena tanto trabajo.

–¿Teme que el proceso de primarias genere divisiones en el PSOE?

–Estoy convencido de que no será así. Esta generación que viene detrás de mí o de Pilar Blanco debe ser consciente de la enorme responsabilidad que tienen porque esto no es el 2007, cuando la sucesión se pudo resolver en 48 horas. Pero falta aún medio mundo para eso, en estos años Extremadura se juega los próximos 20.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios