El juzgado rechaza readmitir al trabajador del Colegio de Médicos de Badajoz investigado por abusos sexuales

De esta forma se resuelve la vía social del caso del Colegio de Médicos de Badajoz pero queda pendiente la vía penal. Queda pendiente de fijar fecha para el juicio. Debería celebrarse antes de acabar el primer semestre de este año. La Fiscalía pide 9 años de prisión para Rayo Madrid, como también adelantó este periódico. Mientras, la acusación particular de las presuntas víctimas elevan la solicitud total de penas de cárcel hasta los 17 años, al considerar que aparte del delito de abuso sexual deben sumarse los de acoso laboral y amenaza. De la acusación particular ha quedado excluido el Colegio de Médicos, como pidió.

Javier Rayo era el oficial mayor «o jefe de la oficina» del Colegio con más de tres décadas de antigüedad, primero como oficial segundo, después como mayor. Se le describe en el escrito de la Fiscalía como una persona de «fuerte amistad y confianza con la directiva» del Colegio de Médicos, con una «importante ascendencia sobre los empleados propios y los trabajadores externos de la institución médica, »sirviendo de enlace y confidente entre lo que se hacía en la oficina y la jefatura«, del Colegio, representada por su presidente, Pedro Hidalgo.

El 31 de enero de hace un año fue despedido (se lo notificó el 8 de febrero) tras una junta directiva extraordinaria antes de que estallara el caso a través de la información de HOY. Un despido disciplinario por incumplir el convenio colectivo de oficinas y despachos de Extremadura y el Estatuto de los Trabajadores de forma grave por acoso y abuso sexual, justificaba el Colegio, sobre cuatro empleadas.

La directiva del Colegio tuvo conocimiento de los abusos denunciados el 4 y el 5 de enero del año pasado por comunicación directa de las víctimas. Si embargo, no es hasta el día 27 cuando se convoca una comisión de investigación. El mismo día en el que las mujeres denunciaron ante la Policía, «no relevando (el Colegio) de su puesto de trabajo al acusado, el cual si bien teletrabajaba, podía acudir al Colegio con el consiguiente riesgo para las mismas», según el escrito de Fiscalía.

Fueron acompañadas a la Comisaría por María Ibáñez, que hasta entonces era vicepresidenta del Colegio, en su condición de médico forense. Días después dimitió de ese puesto en rechazo a la actuación del Colegio de Médicos en este caso y su apoyo incondicional a las víctimas. El juzgado impuso una orden de alejamiento de Rayo a Ibáñez, además de sobre el resto de las víctimas.

El 28 de enero de 2022 Javier Rayo fue detenido y HOY informó el 31 que el juez veía indicios para imputarlo por varios delitos. Según el relato de la Fiscalía, se tiene constancia de que a finales de noviembre de 2018 se iniciaron los diferentes capítulos de abusos sexuales denunciados, que siguieron hasta diciembre de 2021.

La sentencia de lo Social rechaza las pretensiones de Javier Rayo, que estaba en el Colegio de Médicos desde 1988. Pedía el exoficial mayor que se declarase la nulidad del despido y se condenara al Colegio a su readmisión. También pedía el pago de 200.000 euros de indemnización «por los daños ocasionados».

Rayo esgrimió que las denuncias presentadas por abusos sexuales por las trabajadores son «espurias (...) motivadas por una animadversión hacia su persona, por exigirles más rendimiento en su trabajo (...) o para desacreditar a la institución y forzar la dimisión del presidente del Colegio de Médicos».

Señaló en el juicio ante el juzgado de lo Social que «se forzó» su despido y «se ha afectado gravemente su dignidad como persona, se le ha discriminado por ser hombre, se ha afectado a su integridad física y psíquica y moral, a la de su esposa y sus dos hijas, y su derecho al honor, intimidad personal y familiar e imagen». Agregó que el Colegio de Médicos lo despidió «por temor y por evitar que hubiera repercusiones al presidente (Pedro Hidalgo) y al resto de la junta directiva».

Se da la circunstancia de que Rayo quiso ampliar la demanda por su despido contra María Ibáñez, pero le fue denegada.

El Colegio de Médicos defendió su despido como procedente según la normativa laboral, fundamentalmente el Estatuto de los Trabajadores. además, dice que no se discriminó a Rayo Madrid y, además, «que no se puede imputar» al Colegio que la «noticia haya salido en prensa (...) El Colegio ha permanecido callado a pesar de las presiones de la prensa».

El juzgado considera que las denuncias presentadas por las mujeres contra Javier Rayo en el ámbito de trabajo del Colegio de Médicos de Badajoz «tienen perfecto encaje en la definición de acoso sexual en la empresa» por un trabajador «que era el superior jerárquico de todos los trabajadores del Colegio», después del secretario.

De forma expresa, señala la juez que el exoficial mayor, «prevaliéndose de una situación de superioridad, ha realizado de forma reiterada los comportamiento de naturaleza sexual que aparecen en la carta de despido sobre las trabajadoras del Colegio de Médicos, generando en ellas un clima intimidatorio y vejatorio». Se trata «de faltas muy graves que tiene pleno encaje en el acoso sexual o por razón de sexo a las personas que trabajan en la empresa, declarando la procedencia del despido disciplinario efectuado».

Contra esta sentencia se puede interponer recurso ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.