La Junta espera ingresar 60 millones al año con la extracción del litio

El decreto-ley aprobado por la Junta de Extremadura consiste en declarar de interés general el aprovechamiento de los recursos minerales de litio en todo el territorio de la región con la finalidad de que cualquier concesión de explotación esté condicionada a la obligación de que el tratamiento y beneficio metalúrgico y mineralúrgico se queden en la comunidad. Eso abarca el conjunto de operaciones necesarias para obtener hidróxido de litio, que es el producto refinado que se emplea para aplicaciones industriales como las baterías de los vehículos eléctricos.

El texto recoge que desde el inicio de la guerra de Ucrania, país que podría contener una de las mayores reservas de litio del planeta, el precio del hidróxido de litio ha experimentado un continuo crecimiento en los mercados. En la Bolsa de Metales de Londres, el mayor foro mundial de contratación del sector, su cotización ha pasado de 42.000 dólares por tonelada a principios de febrero a 75.600 dólares a finales de agosto.

La explotación de alguno de los yacimientos de la región, como los de Cañaveral y Cáceres, puede tener por tanto un gran impacto en la comunidad, como se refleja en la memoria económica que acompaña al decreto-ley. De entrada, indica que el aprovechamiento del litio «constituye una prioridad para densificar el tejido productivo extremeño mediante el asentamiento en la región de instalaciones industriales que contribuyan a mejorar los niveles de empleo de zonas rurales y afrontar el reto demográfico». El objetivo principal es evitar que el aprovechamiento de los recursos tenga lugar fuera del territorio donde se encuentran, con el consiguiente beneficio en materia de empleo, formación y atracción de otras inversiones.

Esto es posible por el interés que despierta una materia prima que cuenta con una demanda al alza. La memoria señala que la Agencia Internacional de la Energía considera que entre 2020 y 2040 la demanda de litio aumentará cuarenta veces para cumplir con las metas del Acuerdo de París, ya que se trata de un mineral utilizado en paneles solares, turbinas eólicas y en las baterías de los coches eléctricos. «La Unión Europea importa el 87% de sus necesidades de concentrados de litio, de ahí que se haya planteado la necesidad de conocer la existencia y potencialidad de los yacimientos europeos para definir estrategias adecuadas de acceso a nuestros recursos», añade. Esto aseguraría la viabilidad económica de cualquier explotación.

Eso se traduce en un retorno vía impuestos para la Junta de Extremadura. La memoria estima una recaudación de al menos 60 millones de euros anuales, aunque dependerá de la cotización futura del mineral y la duración de la explotación.

La Consejería para la Transición Ecológica explica que ese cálculo contempla la parte cedida del impuesto sobre el valor añadido (IVA) y el impuesto sobre la renta (IRPF), en este caso respecto a la masa salarial de los empleos directos. La cifra también tiene en cuenta un porcentaje de los pagos a la Seguridad Social y una parte del impuesto de sociedades.

Esta estimación parte del valor de una producción media anual de en torno a 20.000 toneladas de litio y en un precio prudente de mercado de 24.000 dólares estadounidenses por tonelada. Como se ha indicado, actualmente está en cerca de 76.000 dólares, por lo que el impacto podría ser aún mayor.

La memoria no solo evalúa el efecto directo en las arcas autonómicas. En líneas generales, la explotación del litio en Extremadura produciría «un indudable impacto económico productivo en la región mediante la generación de riqueza, puestos de trabajo y oportunidades durante un periodo de décadas, propiciando la aparición de ganancias y beneficios regionales y particularmente locales en las poblaciones donde se desarrollen, que pueden transformarse en mayores rentas y bienestar para la población».

El documento indica que se estima que la Unión Europea cuenta con unas reservas de litio de alrededor de 900.000 toneladas. En la Península Ibérica se encuentran los principales yacimientos, entre los que destacan los de Cáceres, Cañaveral y Alburquerque, además de otros indicios. En Extremadura no hay ninguna explotación activa, aunque existen varios proyectos en marcha.

La memoria económica indica que, dado el potencial productivo de los yacimientos de litio en Extremadura, se estima una inversión necesaria de al menos 800 millones de euros para su explotación, lo que generaría «más de 1.300 empleos directos y un mínimo de 2.700 indirectos».

Estudios de países productores como Perú estiman que por cada empleo directo en la explotación se crean más de seis de forma indirecta en proveedores, mantenimiento, fabricación de productos metálicos y otros profesionales. Sin olvidar los efectos sobre la inversión y el consumo aparejado a un colectivo que requiere mano de obra cualificada y por tanto sueldos por encima de la media.