Una joya cinegética a medio explotar
La visita de un hijo de Trump pone el foco sobre un filón económico: la caza del macho montés en Gredos
ANTONIO ARMERO
CÁCERES.
Domingo, 2 de diciembre 2018, 09:01
Unas tres horas le quedaban a Donald Trump junior para coger el avión de vuelta a Estados Unidos cuando vio por la mirilla de su escopeta lo que le había traído hasta Extremadura. Un macho montés medalla de oro. Un ejemplar de categoría A2 (edad superior a once años), de 236 puntos homologados -una muy buena pieza, aunque en la zona las hay mejores- que abatió sobre las once de la mañana del último día de su aventura cinegética en España, hace dos semanas. Lo hizo en la vertiente extremeña de la sierra de Gredos, en concreto en un paraje de la comarca cacereña de La Vera, en la que el hijo del presidente norteamericano llevaba ya casi tres días pateando sin quejarse por senderos estrechos, empinados y pedregosos. Y entre mucha niebla y bastante frío, acompañantes de la visita que le ha dado visibilidad a escala mundial a la caza del macho montés en la reserva regional La Sierra. A decir de un experto cazador y de un empresario del sector, todo un filón económico que Extremadura solo explota a medias.
La presencia del hijo de Trump deja claro el tirón que esta zona tiene entre los aficionados de bolsillo holgado, por lejos que vivan. Y algunos detalles de su excursión española dan la pista sobre el dinero que mueve esta especie emblemática de Gredos, el único hábitat de la subespecie 'victoriae'.
El famoso estadounidense viajó hasta la región con todo contratado: el animal a cazar, el alojamiento, los guías y traductores que le acompañan... Quien se lo organizó fue Shikar Safaris, una de las orgánicas -así se denomina en el sector a estas empresas- más conocidas del mundo, dirigida por el turco Kaan Karayaka. Pero para que el ilustre visitante pudiera matar al animal, antes se dio una sucesión de compras y ventas que también dan una idea de hasta qué punto hay en el norte de la región un negocio en torno a este animal.
El animal que él abatió fue vendido antes tres veces, y su primer precio superó los siete mil euros
Por sorteo o en subasta
No puede un cazador cualquiera levantarse una mañana e irse a disparar a las cabras montesas de Gredos. Hay furtivos que lo han hecho, y que lo seguirán haciendo, como bien saben los vigilantes de la zona, pero se exponen a ser detenidos, como ya ha ocurrido más de una vez. El lugar es una reserva de caza gestionada por la Junta de Extremadura, que es quien decide cuántos ejemplares se pueden abatir cada temporada. En función de los censos de población se decide el número de machos que se pueden matar y se sacan los lotes a sorteo. Hay aficionados que llevan más de una década apuntándose a esa ruleta, pero la flauta no suena para ellos.
LA RESERVA LA SIERRA
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Dónde En 13.908 hectáreas repartidas por los municipios de Guijo de Santa Bárbara, Tornavacas, Jarandilla de la Vera, Losar de la Vera y Viandar de la Vera.
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Población de cabra montés En 1985 había 35 ejemplares. La labor de los agentes y la declaración de reserva ayudaron a recuperar la población. En 2014 había 2.500.
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Refugios Hay cuatro, todos sobre los 1.800 metros de altitud.
Si disponen del dinero necesario, pueden recurrir a la otra opción: el cupo de animales que la administración autonómica concede a los propietarios de fincas en la zona, en compensación por las limitaciones de aprovechamiento del terreno que impone estar dentro de un espacio protegido. En vez de pagarles en dinero, la Junta lo hace en especies. Esto es, concediéndoles derechos sobre un número determinado de ejemplares. Y estos dueños de terrenos los sacan a subasta. En abril de este año se celebró en Guijo de Santa Bárbara esa puja. El precio de salida de cada lote de macho de categoría A1 (doce años o más) fue de 4.950 euros más IVA.
A estas subastas acuden principalmente empresas o particulares que ejercen como intermediarios. En la puja para las jornadas de caza de este año, un ejemplar de las características del que abatió el hijo del presidente de Estados Unidos se vendió por más de siete mil euros. Alguien que conoce de primera mano la realidad del sector y de la zona da por hecho que lo adquirió una orgánica española, que le vendió ese derecho a Shikar Safaris, lógicamente por más de los que ella pagó. Y a su vez, la famosa orgánica que opera en todo el mundo le vendió el macho montés a Trump hijo, que entre el animal, el alojamiento, el acompañamiento, los desplazamientos y demás servicios, pudo pagar unos quince mil euros por sus tres días en Extremadura.
«Un auténtico tesoro»
«La reserva La Sierra es un auténtico tesoro que la administración autonómica debe cuidar bien», resume José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza, que el pasado septiembre presentó su informe 'La situación de la caza en Extremadura'. Entre otros muchos aspectos, en él se analiza la situación de los cinco espacios cinegéticos de gestión pública que hay en la comunidad autónoma, y el de Gredos es el único que funciona bien, a criterio de la Federación. «El cupo para la temporada, tras la aprobación del plan anual de aprovechamiento 2017/18, será de 120 machos y 120 hembras, lo que supone el mayor número de permisos de la reserva en su historia», destaca la Federación. «Es reseñable -añade el estudio- la calidad de los trofeos, pues las homologaciones oficiales han llevado a que en catorce temporadas cinegéticas, 'La Sierra' cuente con entre cinco y seis de los cien mejores trofeos de macho montés de España, y con 16 de los 25 mejores trofeos de la especie en la región homologados oficialmente».
«El mismo macho, en Teruel (donde Trump estuvo en abril), vale la mitad que aquí», detalla un empresario del sector
Un empresario del sector resume la situación de otra forma: «Para un aficionado a la caza mayor, en la Península Ibérica no hay nada más apetecible que un macho montés 'victoriae' de la sierra de Gredos». De hecho, es conocido que la especie ha atraído hasta el lugar a ricos de varios países. Los más habituales son los rusos y los estadounidenses, pero también pasan cada año alemanes y daneses. Y españoles, claro. Lo mismo anónimos que famosos. El mejor ejemplar (286,39 puntos homologados) lo cazó en las gargantas cacereñas de Gredos Juan Carlos I, el Rey emérito, el 1 de enero del año 2002, según consta en la última edición del Catálogo nacional de trofeos de caza, una publicación oficial de la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
«Sí, alguna gran fortuna ha pasado por Gredos», se limita a comentar un empresario del sector, aportando otra clave: la discreción. De hecho, casi nadie en La Vera se enteró de que venía Donald Trump, que empezó su ruta de tres días en Tornavacas y la terminó en parajes de los términos municipales de Viandar de La Vera y Losar de La Vera. Unos meses antes, en abril, el hijo del mandatario estadounidense estuvo en Teruel. «Allí, un macho igual al que abatió en Extremadura -cuenta un empresario- vale la mitad». Aquí pagó más y pasó más frío. Y se hartó a caminar, porque el paisaje en la reserva regional de caza La Sierra es de un abrupto que llega a resultar agresivo en algunos puntos. Al primogénito del presidente más polémico de la historia reciente de Estados Unidos, esto tampoco le importó. Debió pensar que bien lo vale un mancho montés extremeño.