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¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
José Miguel González en su primera tienda antes de abrir este verano otra más grande en pleno centro de Punta Umbría. JLG
Jamones extremeños en territorio hostil

Jamones extremeños en territorio hostil

José Miguel, de Almendralejo, ha penetrado desde Punta Umbría en un mercado dominado por la Sierra de Huelva

J. López-Lago

PUNTA UMBRÍA

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Domingo, 20 de agosto 2017, 08:26

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En el sur de España las gambas están muy ricas y las sardinas también porque las sirven asadas en su punto. Qué decir del adobo o de un buen plato de chocos fritos, un manjar para cualquier recién llegado a la playa desde tierra adentro. Pero cuando avanza el mes de agosto y el cuerpo empieza a saturarse de productos de mar el organismo empieza a demandar carne. Ese plan B pasa por la chacina y en Huelva de productos del cerdo andan sobrados.

La Sierra de Aracena y localidades como Jabugo tienen suficiente potencia como marca ibérica y por eso en los pueblos costeros abundan las tiendas que usan como reclamo los derivados de esos cerdos que campan por las sierras de Huelva. ¿Qué extremeño se atrevería a penetrar en semejante territorio? José Miguel González, de Almendralejo.

Este empresario tiene la única tienda de ibéricos de Punta Umbría que vende productos de Extremadura. Ahora tiene 32 años y la montó con 28. Reconoce que le ha costado, pero ahora siente que ha logrado hacerse un hueco. «Los primeros días yo he echado la persiana con cuarenta euros en la caja. Estaba a punto de llorar porque tuve meses muy malos por los precios de la competencia y yo lo había arriesgado todo. Entonces aposté por la calidad aunque el producto saliera más caro (...) ahora va mucho mejor la cosa. Solo el año pasado di 18 bodas y 23 comuniones y este año ha habido mañanas en que he vendido quince piezas de 250 euros cada una. Menos algunas carnes ibéricas, todo lo traigo de Extremadura. Me han salido algunos enemigos en el sector, pero yo me mantengo en mi línea y no porque sea verano vendo más, vendo todo el año y tengo que decir que sin hacer publicidad el hotel Barceló me manda a sus clientes y ahora estoy sirviendo además a los principales restaurantes de Punta Umbría, como El Marinero, El Marinerito, El Peñiscón o la Basería La Encina», dice orgulloso este emprendedor de Tierra de Barros.

Se traslada a un local mejor

En realidad este extremeño llegó a Punta Umbría haciendo escala en El Rocío. Vivía en Almendralejo y desde 1999 hacía el camino rociero con una hermandad. Allí conoció a la que hoy es su mujer, Jennifer Reyes, con la que tiene una hija de cuatro años.

En Extremadura José Miguel tenía una empresa de curado de jamones y después se metió en la cooperativa Jamón y Salud, con la que desembarcó en Punta Umbría a través de una tiendita situada en las traseras del Teatro del Mar. Desde ahí ha creado incluso su propia marca, cuenta ufano mostrando las etiquetas recién llegadas donde se lee ‘Jamones Miguelito’. «Quería ponerle ‘Joselito’, pero este nombre está registrado por todos lados».

«Los primeros días estaba a punto de llorar, pero ahora me va muy bien y voy a abrir otra tienda»

Pero su atrevimiento y capacidad emprendedora no acaba con la creación de un nuevo sello de ibéricos en un territorio que al principio era hostil. Este almendralejense acaba de dar otro paso al frente y se ha hecho con uno de los principales locales del pueblo, ubicado en pleno centro, junto a las oficinas de Hacienda, con cien metros cuadrados y por tanto el triple de grande que el actual. Lo curioso es que antes de cerrar estaba regentado por una de las principales familias carniceras de Huelva. José Miguel González se ha hecho con él y desde ahí empezará a vender productos ibéricos extremeños y contratará a un cuarto empleado para completar su plantilla.

Nacho Artero, cuyos padres son de Cáceres, merendando chorizo en la playa de Punta Umbría.
Nacho Artero, cuyos padres son de Cáceres, merendando chorizo en la playa de Punta Umbría. JLG

Pese a los refuerzos, el extremeño sabe que este verano verá poco la playa porque tendrá trabajo extra, lo que no impedirá la visita de amigos deseando ir a la playa, para los que dice tener siempre reservado su cuarto de invitados.

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