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LAURA ALCÁZAR/ A. G.
CÁCERES/BADAJOZ.
Domingo, 23 de junio 2019, 11:46
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6.681 aspirantes se apuntaron a las oposiciones de maestro de la Junta y casi todos se presentaron ayer a las ocho de la mañana en los tribunales. Concretamente, 5.605 personas, el 83,89 por ciento, se presentó al examen, según informó después en un comunicado.
Pelearon por 710 plazas. 160 de Infantil, 138 de Primaria, 106 de Inglés, 89 de Audición y Lenguaje, 78 de Pedagogía Terapéutica, 77 de Educación Física, 58 de Música y 4 de Francés.
La directora general de Personal Docente, Heliodora Burgos, dijo en Cáceres que todo había transcurrido sin incidencias relevantes y que en todo momento se garantizó la igualdad de oportunidades.
Y como ejemplo de este compromiso recordó que dos miembros de dos tribunales se desplazaron a Calamonte y al Hospital de Cáceres para que dos mujeres embarazadas pudieran presentarse. En el primer caso fue por una gestante en situación de riesgo obligada a guardar reposo y en el segundo porque ya se encontraba ingresada.
El 4 de julio se publicarán las notas de la primera prueba y al día siguiente los opositores presentarán la programación didáctica.
Tras el periodo de revisión y reclamación, se adjudicarán los destinos a los opositores que hayan superado el proceso el 31 de julio. 560 personas trabajaron en la organización de los 112 tribunales.
Pocos opositores querían hacer declaraciones a escasos diez minutos del llamamiento de presentación previsto a las ocho de la mañana de ayer en la sede de la Universidad Laboral de Cáceres. Manuel Fernández, de 40 años y natural de Zafra, que se presentaba por quinta vez, se disculpaba con este diario cuando la responsable de su tribunal empezó a nombrar. Los aspirantes se juegan mucho. Precisamente, a las 8.20 una joven procedente de Cheles lloraba sin consuelo alguno apoyada sobre el hombro de su acompañante. Habían llegado con unos minutos de retraso y le impidieron entrar en el aula porque ya la habían llamado.
javier sanz | opositor en badajoz
pablo gómez | opositor en cáceres
antonio gil | opositor en cáceres
elena rivero | opositora en badajoz
Los nervios en un día tan trascendental para los aspirantes juegan malas pasadas, y nada más entrar en la biblioteca, donde estaban los tribunales 23 y 24, una de las opositoras pidió ir al baño y tuvo que salir acompañada de un miembro del tribunal.
El IES Universidad Laboral es uno de los institutos más grandes de Extremadura junto con el Santa Eulalia de Mérida. Allí citaron a 1.784 candidatos a ocupar una de las 138 plazas de Educación Primaria. Desde primera hora de la mañana los aparcamientos del centro estaban llenos de coches y los familiares de los opositores esperaban en la puerta principal y en la cafetería. Muchos de ellos habían pernoctado en sus vehículos dentro del propio recinto, de hecho, a las diez de la noche del viernes se produjeron algunas colas para acceder a las instalaciones.
En el pasillo del centro esperando a su turno se encontraba Antonio Gil, de 30 años y de Cáceres, que se mostraba optimista tras haber probado suerte en Madrid. «Me he preparado por mi cuenta y espero aprobar». Mientras, Pablo Gómez, de Trujillanos, se enfrentaba a su segunda oportunidad. Interino porque aprobó en la convocatoria pasada ahora busca la plaza fija. «La primera se me dio muy bien», confesaba.
En Badajoz, el tribunal de Educación Infantil se ubicó en el Instituto Bioclimático. A las once acabó el supuesto práctico y los aspirantes tenían una hora de descanso antes de volver al aula para enfrentarse al tema a desarrollar que se escoge por sorteo.
Atasco en los baños, llamadas de móvil para tranquilizar a los familiares y algo de comida para no desfallecer. Javier Sanz fue uno de los pocos chicos que se examinó en Infantil. A sus 36 años debutó como opositor. Trabajó 12 años en escuelas concertadas en Valladolid y decidió presentarse en Extremadura porque su pareja consiguió plaza de Secundaria aquí. Escogió el supuesto cuatro. Debía enfrentarse a una realidad de aula con dos niños brasileños y una nueva incorporación de Marruecos. Le salió bien. «La experiencia hace que tengas recursos para enfrentarte a estas situaciones».
Elena Rivero optó por el caso dos. Debía programar actividades por Santa Cecilia, en la semana de la música, para un aula con una niña sin socializar. Propuso la socialización con bloques de contenidos, lenguaje corporal, el lenguaje musical y el lenguaje plástico. «Pensaba que iba a ser más difícil, todos los supuestos prácticos los hemos trabajado en la academia». Cruzaba los dedos para que en el sorteo del teórico saliera el tema diez a desarrollar. «Lo clavo».
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