Manuela Caballero, de Plasencia, con dos de sus tres hijos. david palma

«A mí el ingreso mínimo vital me ha perjudicado»

Lunes, 7 de diciembre 2020, 08:43

A Manuela Caballero, separada y madre de dos hijas y un hijo, el ingreso mínimo vital le ha jugado una mala pasada reduciendo aún ... más sus ya exiguos ingresos. Esta placentina trabaja eventualmente, casi siempre cuidando personas mayores, y va cuadrando su economía mensual con prestaciones de las diferentes administraciones. Ahora mismo explica que cobra 301 euros gracias al subsidio por desempleo, ya que trabajó seis meses en el Ayuntamiento al 70%, más 340 euros de la renta extremeña garantizada desde este mes (antes 121 euros). El alquiler de su vivienda son 415 euros mensuales y tiene que atender las facturas habituales de luz y agua, así que termina visitando el Colegio de la Paz, donde recoge comida para sus hijos. Hasta ahí el resumen de las circunstancias de esta placentina, que se han agravado por culpa de lo que debía ser un apoyo económico.

Publicidad

De 1.003 a 83 euros

Según cuenta, sus problemas se han agravado por solicitar el ingreso mínimo vital el pasado 26 de junio. En la carta de la Seguridad Social le concedieron un ingreso mínimo vital de 1.003 euros al mes. Sin embargo, le advertían de que la prestación familiar por hijo o menor al cargo era incompatible con ese ingreso mínimo vital que acababa de solicitar. En base a esto, le indicaron que debía elegir entre una prestación u otra. «La prestación por hijo al cargo –relata Manuela– son 49 euros al mes (588 euros al año) que se abonan en dos pagos, una el 16 de enero y otra el 16 de julio. Como me pedían que debía renunciar a una pues renuncié a esta porque el ingreso del mínimo vital era más cuantioso. Mi sorpresa fue cuando me escriben a los pocos días una carta informándome de que lo que me corresponden no son 1.003 euros al mes sino 83,58 euros al mes (multiplicado por doce salen 1.002,96) y que la cuantía se actualizará según datos de la Agencia Tributaria. A mí el ingreso mínimo vital no me ha valido de nada, al revés, me ha perjudicado».

Manuela ha recurrido, pero ahí no acaban sus problemas, ya que la pareja de la que está separada sigue empadronada en la vivienda que ella usa, aunque no viva ahí, lo que le perjudica a la hora de solicitar unas prestaciones que, según cuenta, durante el confinamiento no ha podido percibir porque en los Servicios Sociales de base, dice, no prestaban servicio durante varios meses.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad