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Directo Directo | La Soledad no procesionará por las calles de Badajoz este año
Clientes en una terraza en el centro de Mérida, esta mañana. BRÍGIDO

Comercios y bares entran a medio gas en la fase 1

La mayoría de las tiendas abrieron sus puertas y las zonas céntricas de las ciudades se animaron, aunque más de paseantes que de compradores, mientras que buena parte de la hostelería optó por continuar cerrada

A. Armero, S. lorenzo,j. m. martín y c. vinagre

Lunes, 11 de mayo 2020, 14:16

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El día no acompañó. Los chubascos intermitentes y el viento hicieron crecer las dudas en la población a la hora de salir y la calle. La entrada en la fase 1 de la desescalada quedó algo deslucida en la región. «Yo esperaba que la gente saliera y fuera a las tiendas, pero la lluvia lo ha impedido», reconocía Serafín Rodríguez, propietario de Modas Rafaello, una tienda de ropa en la calle Menacho de Badajoz.

Sin embargo, muchos extremeños mostraron las ganas que tenían de retomar algunas de sus costumbres previas a la crisis del coronavirus. Esto hizo que las ciudades se comenzaran a parecer este lunes a las que eran hace un par de meses. Personas ocupando las terrazas de los pocos bares y cafeterías que optaron por abrir y calles comerciales, en las que sí levantaron la persiana buena parte de los negocios, con un movimiento de gente muy superior al que se ha detectado en las últimas semanas.

De momento, la nueva normalidad la marcaron las mascarillas en los trabajadores y los dispensadores de guantes y gel a la entrada de los establecimientos. «Solo puede haber dos personas dentro, hay productos que no está permitido que se prueben y otros que desinfectamos cada vez que alguien los toca», detalla Sara Dorado, una de las propietarias de Dorado Vintage, una pequeña tienda en la avenida Juan Carlos I, de Badajoz.

Hasta los maniquíes lucieron mascarillas en Badajoz.
Hasta los maniquíes lucieron mascarillas en Badajoz. Casimiro Moreno

Con estas medidas se pretenden transmitir una sensación de seguridad en los clientes. La presencia de gente por la calle durante la mañana de este lunes parecía demostrar que se está consiguiendo, pese a que había más paseantes que consumidores. «Solo ha entrado una persona a recoger algo que tenía encargado», según Paqui Macías, trabajadora de Tara, en la calle Menacho, sobre las doce y media de la mañana.

Sí iba con una bolsa de la mano Carmen Morillo. «He cumplido con el confinamiento a rajatabla y hoy (por este lunes) he salido a comprar; necesitaba unas zapatillas de deporte y creo que es hora de apoyar al comercio», manifestaba antes de continuar su paseo.

Con más calma se lo tomaron los bares y las cafeterías. Muchos optaron por permanecer cerrados, como los establecimientos del paseo de San Francisco. Sí tenía ocupadas las mesas de su terraza el kiosko de San Atón. «Tras dos meses cerrados, hemos vuelto a abrir y la gente está respondiendo», según Francisco Colín, el dueño del negocio, que espera que el Ayuntamiento le permita ampliar la zona de su terraza para no perder aforo y seguir cumpliendo con la distancia de seguridad entre las mesas.

Cáceres

«Desde hace casi dos meses que no tomaba algo con los amigos en una terraza», afirmaba a la una de la tarde de este lunes Sara, en la terraza del café-restaurante Alborada, que está a cubierto en la avenida de La Montaña. Ella tomaba unas cañas con dos compañeros del trabajo. Trabajan en el local de la calle Pizarro Las Caballerizas, cuya amplia terraza seguramente abrirá dentro de unos días. No fueron los únicos que lo hicieron, el encargado del café señalaba que durante el día había tenido bastante clientela.

Pese a este ejemplo, este lunes era muy difícil encontrar una terraza donde poder celebrar la desescalada. Lo contaban dos trabajadores del polígono de Capellanías, que ocupaban la única mesa disponible de la Churrería Farinelli. «Nos ha costado mucho; primero fuimos a la avenida de París, pero todas las terrazas estaban cerradas; luego a la cafetería del Carrefour, pero también cerrada; hasta que nos vinimos al Nuevo Cáceres y al ver la mesa nos dijimos 'esa es la nuestra'».

Carmen Barquilla, trabajadora del establecimiento, afirmaba que habían abierto para vender desayunos para llevar y atender una mesa de las dos que tienen.

El día lluvioso no animaba a ir de terrazas. Ninguna de las doce que hay en la Plaza Mayor estaba abierta, también permanecían cerradas las de las plazas de la Concepción y San Juan. El propietario de un local señalaba que los dueños de los bares con terraza habían decidido, la mayoría, no abrir. «Hace mal tiempo, si pones la terraza el dueño del local ya no te rebaja el alquiler, y estamos pendientes de la ayuda que nos ha prometido el Ayuntamiento».

Los bares de la Plaza Mayor de Cáceres optaron por no abrir.
Los bares de la Plaza Mayor de Cáceres optaron por no abrir. J. Rey

La mayoría de los bares con terraza no abrieron este lunes en Cáceres, pero sí lo hicieron buena parte de los comercios, como Castela Professional de la avenida de Antonio Hurtado, donde había cola para entrar.

Ante la apertura de los comercios, el Ayuntamiento de Cáceres empezó a repartir 10.000 mascarillas para cumplir con todas las condiciones higiénicas necesarias en cada establecimiento. Es una iniciativa en la que también participan entidades representativas del sector como la Asociación de Empresarios del Comercio de Cáceres (AECA), la Federación Empresarial Cacereña (FEC) o la Cámara de Comercio. Se distribuyeron entre los comercios de la ciudad con la ayuda de la Red de Servicio Civil de Cáceres ante el Coronavirus (RedCor).

En Mérida

Miguel Ángel Valiente, de 52 años, es la tercera generación del bar Arcade, en la plaza de España emeritense. Este lunes fue el único hostelero que abrió en la gran plaza central de la capital de Extremadura y no le faltaron clientes. Solo el tiempo inestable le torció el gesto. «Estoy muy contento por poder abrir. Esto estaba cerrado desde el 14 de marzo y se ha hecho muy larga la espera. El estar sin trabajo, sin ingresos desde hace casi dos meses, se hace duro», comentaba mientras dos personas le reclamaban un café y un té. Si habitualmente cuenta con seis mesas y 24 sillas, ahora debe ajustarse a la nueva normalidad de la mitad, esto es, tres mesas.

Las iglesias de Mérida han recibido de nuevo a los fieles.
Las iglesias de Mérida han recibido de nuevo a los fieles. Brígido

Al ser el único establecimiento abierto en la plaza de España, apenas estuvieron libres los asientos. «Tenía muchas ganas de abrir de nuevo; había decidido que lo iba a hacer en cuanto pudiera. Esta mañana me preocupé al ver que empezaba a llover, pero tenía el toldo y al final esto se ha animado mucho», concretaba Valiente.

Al lado, en la calle Santa Eulalia, un buen número de los locales comerciales de menos de 400 metros abrieron, pero la tónica general es que hubo más gente en las calles que en las tiendas. De hecho, la presencia de personas en la vía pública fue la que evidenció que entramos en una nueva fase dentro de la desescalada.

En la calle Cervantes, otra vía en la que se concentra un importante número de tiendas, apenas había clientes. Solo en Tedi, un local multigénero, había gente dentro y cola fuera. Lo mismo le pasaba a una mercería situada en la calle Los Maestros, a dos pasos del templo de Diana, donde los bares tradicionalmente atestados a esta altura del año tenían el candado echado.

Dispensadores de gel y guantes a la entrada y viseras y mascarillas en los trabajadores fueron este lunes la nueva normalidad

Algunos negocios de la hostelería emeritense, confesaron que no abrirán hasta mitad de semana. «Mejor esperar a ver cómo reacciona la gente y, sobre todo, porque el tiempo no va a acompañar en estos próximos días para estar en los veladores», admitía un empleado de un restaurante cercano al Parador.

El mismo panorama de sillas y mesas apiladas y con las cadenas puestas presentaban los restaurantes que están en la calle José Ramón Mélida, junto al triple referente turístico de la capital de Extremadura: el Museo Nacional de Arte Romano, el Teatro y el Anfiteatro.

Solo las tiendas de alimentación atendían a clientes, aunque eran pocos, en José Ramón Mélida. Una zona que es un hervidero de turistas durante casi todo el año y que ayer apenas cambió la imagen casi desértica que presenta desde marzo.

Plasencia

En Plasencia, el primer día de la fase 1 propició un cambio significativo de imagen en la calle del Sol. La fotografía en esta vía, la más comercial de la ciudad y una de las que conecta con la Plaza Mayor, era diferente a la de cualquier lunes desde que se decretó el estado de alarma en todo el país el pasado 15 de marzo.

El volumen de personas en calle del Sol de Plasencia fue mayor al que se registró en las últimas semanas.
El volumen de personas en calle del Sol de Plasencia fue mayor al que se registró en las últimas semanas. A. Solé

La calle del Sol mantenía este lunes comercios cerrados, pero había una mayoría de negocios abiertos. Tiendas de ropa, de deporte, de franquicias del sector textil... En muchas de ellas, las medidas de higiene y seguridad, como la presencia de geles hidroalcohólicos o los carteles informativos, eran visibles desde fuera. La apertura de comercios hasta este lunes cerrados no era exclusiva de la calle del Sol. Esta misma realidad era la que presentaban la calle Talavera o la rúa Zapatería, donde establecimientos de distintos sectores reabrieron sus puertas tras casi dos meses cerrados. También los había cerrados, pero en menor número que los que ya funcionaban.

Lo que no sobró en estos negocios fueron clientes. En este sentido, la diferencia seguía siendo notoria respecto a una situación de normalidad. Las medidas de distanciamiento social impuestas generaron algunas colas fuera de determinados comercios, pero fueron una minoría.

«Solo puede haber dos personas dentro de la tienda y hay productos que no se pueden probar»

Sara dorado | Dorado Vintage

«Esperaba que la gente saliera a la calle y que fuera a las tiendas, pero la lluvia lo ha impedido»

Serafín Rodríguez | Modas Rafaello

«Necesitaba unas zapatillas de deporte y creo que hay que apoyar a los comerciantes»

Carmen Morillo | Clienta

También era perceptible la actividad en algunas tiendas que sin embargo permanecían cerradas al público, síntoma de que el día de que este lunes también fue aprovechado por algunos empresarios y trabajadores para preparar los negocios de cara a su reapertura durante esta semana.

En lo que al sector hostelero se refiere, también eran perceptibles las novedades. En la Plaza Mayor abrieron varios negocios, aunque en una proporción similar a la de los que permanecieron cerrados. La reapertura de algunos de los que tienen terraza generó una imagen insólita, la de las mesas y sillas de algunas terrazas no en un lateral de la plaza, junto a los soportales, sino en la zona central, de ordinario reservada para el tránsito peatonal. A la una de la tarde, una pareja de la Policía Local pasaba, carpeta bajo el brazo, informando a los propietarios y vigilando el cumplimiento de las medidas de distanciamiento social.

En otros barrios de la ciudad, como Miralvalle, el número de tiendas, bares, restaurantes o cafeterías que abrieron fue menor que en el centro.

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