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La espera. Los refugiados encuentran una situación en Bulgaria que les es adversa y con un sistema de asilo desbordado.

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La espera. Los refugiados encuentran una situación en Bulgaria que les es adversa y con un sistema de asilo desbordado. José Antonio Sánchez

Hostal Europa: historias de refugiados contadas por un extremeño

El dombenitense José Antonio Sánchez publica un libro sobre el drama de aquellos que buscan asilo en Bulgaria | Llegó a la capital, Sofía, impulsado por su vocación tardía: el periodismo literario y el fotoperiodismo

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Domingo, 28 de abril 2019, 08:08

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Dos años y medio ha estado José Antonio Sánchez Manzano (Don Benito, 1980) documentando el drama de los refugiados en Bulgaria. Durante meses, acudía a los hostales que pueblan las calles de la 'pequeña Beirut', el nombre popular atribuido al antiguo barrio judío de Sofía y donde se concentra buena parte de la comunidad árabe, refugiados e inmigrantes documentados. Les acompañaba por el barrio, intentaba ayudarles, compartía mesa y conversaba con ellos, los observaba y los fotografiaba en su intimidad. Así fue como conoció de primera mano sus historias, sus decepciones, sus anhelos y consiguió fotografiarles en su intimidad. «Se escondían de la policía al mismo tiempo que buscaban algún traficante de confianza que les llevara ilegalmente hasta Serbia y de allí a algún otro país de Europa Occidental, principalmente Alemania», señala.

El extremeño contaba con decenas de horas de audio, cientos de fotografías, notas, apuntes y datos sobre la situación que se vivía en Bulgaria y en Europa, donde muchos tenían vidas en suspenso. «Era más urgente y complejo de lo que un artículo o crónica de 800 palabras podían llegar a explicar». Y así empezó a gestarse 'Hostal Europa', un libro que narra las cuatro historias que más le han emocionado. La editorial Libros.com, que financia sus publicaciones mediante campañas de crowfunding, se interesó por la publicación y reunió 4.000 euros en algo más de una semana gracias a la colaboración de más de 150 personas. Tras año y medio enfrascado en el proceso de preparación, a finales del año pasado José Antonio presentaba en Madrid su libro junto a Alfonso Armada, presidente de Reporteros Sin Fronteras en España; Antonio Rubio, de Libros.com; y Lula Gómez, periodista.

Protagonista. Hassam, a la espera de ser realojado en un centro de acogida y de que se resuelva su solicitud de asilo en Bulgaria, anhela reencontrarse con su hija, que está en Alemania.
Protagonista. Hassam, a la espera de ser realojado en un centro de acogida y de que se resuelva su solicitud de asilo en Bulgaria, anhela reencontrarse con su hija, que está en Alemania. J.A.S.

«Hostal Europa es mucho más que un libro sobre refugiados. Recoge el testimonio de personas que debido a la guerra tuvieron que dejarlo todo y buscarse un futuro mejor, pero también habla de otros temas importantes: la frustración, los sueños o el amor de la figura materna», cuenta. El título no corresponde a un establecimiento real, sino a la manera en la que se conocía entre los refugiados a los hostales «de mala muerte» donde se hospedaban. «Said, un joven sirio que vivió durante meses allí, me dijo que lo llamaban así porque era una metáfora de la Europa que habían conocido hasta el momento en Bulgaria», narra.

El extremeño llegó a Sofía, en Bulgaria, impulsado por su interés en la frontera para dedicarse a su vocación tardía: el periodismo literario y el fotoperiodismo. Diplomado en Relaciones Laborales y con un máster en Estudios Brasileños por la Universidad de Salamanca, realizó en Brasil su tesis sobre la Reforma Agraria y movimientos sociales rurales y volvió a España para estudiar Periodismo. Regresó a Brasil para concluir su formación y luego se instaló en Bulgaria. «El periodismo no me da de comer, todo lo contrario. Hasta el momento, me ha costado dinero», asegura. «Trabajo en el sector de la hostelería y de la atención al cliente, según se tercie, para poder vivir de mis pasiones: viajar, explotar y contar historias, ya sea con una cámara o escribiendo».

Así, comenzó a escribir en 2011 sobre la crisis de los refugiados sirios que intentaban entrar por la frontera entre Turquía y Bulgaria. Premiado por la asociación de periodistas hispano-hablantes de Bulgaria y la Unión de Periodistas Búlgaros, puso en marcha Children's Photo Workshop, proyecto a través del que enseñaba artes visuales a los niños que llegaban hasta Sofía; y creó la oenegé 'Caminante sin rumbo' con el artista Fernando Hervás Canales para abundar en la pedagogía. En la organización de una exposición conoció a la única protagonista femenina del libro, Ala'a, que anhela una oportunidad para poder ofrecer un futuro a su hija, nacida en Egipto tras huir de Damasco mientras estaba embarazada. Aquellas historias de fondo no encontraban hueco fuera de 'Hostal Europa'.

Campo de refugiados. José Antonio (A la derecha) posa con Abdul.
Campo de refugiados. José Antonio (A la derecha) posa con Abdul. Cedida

Después de cinco años en Bulgaria, en junio de 2016 José Antonio se subió al Volkswagen Beetle que había comprado unos meses antes y viajó a la frontera entre Grecia y Macedonia, a Idomeni, donde se acababa de desmantelar el último de los campamentos de inmigrantes que se formaron durante la denominada 'ruta balcánica'. Aquella experiencia fue como cerrar un círculo, que abrió con su visita al campo de refugiados de Harmanli (cerca de la frontera entre Bulgaria y Turquía) a finales del 2013. La visita fue dura e impactante y supuso el punto de partida para su trabajo. «Los edificios estaban prácticamente en ruinas, hacía frío y olía mal. Las estampas eran desoladoras: decenas de personas hacinadas, ancianos y niños alrededor de fogatas, falta de personal médico y administrativo...».

Durante todo este tiempo en el que documentó las vidas de estos cuatro refugiados que ahora protagonizan su libro y de otros inmigrantes, asegura que vivió y fue testigo de injusticias y situaciones desagradables. «De una manera u otra, me han marcado». Cuando volvió de Idomeni, recogió sus cosas y decidió marchar. Ahora vive en Amsterdam, donde trabaja en hostelería y donde continúa su trabajo como 'freelance'. Su último viaje le llevó a L'Aquila, a documentar la capital de la región central italiana diez años después del terremoto que asoló la ciudad durante la madrugada del 6 de abril del 2009.

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