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Rodrigo Ibarrondo en un día de siembra de bellotas. :: hoy
El hombre que quiere sembrar 25 millones de bellotas

El hombre que quiere sembrar 25 millones de bellotas

Rodrigo Ibarrondo empezó a reforestar Gata en 2015 y ahora está al frente de un proyecto que actúa en toda la Península Ibérica

Álvaro Rubio

Cáceres

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Domingo, 10 de noviembre 2019, 07:46

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Rodrigo Ibarrondo nació en Burgos hace 41 años. Sin embargo, desde hace cuatro vive en la localidad cacereña de Gata. En esa zona se asentó tan solo una semana antes del incendio. Se refiere a uno de los fuegos más devastadores que ha sufrido Extremadura. Acabó con casi 9.000 hectáreas y se llevó por delante el verde de una zona acostumbrada a vivir de la naturaleza. Desde entonces, no ha parado de aportar su granito de arena a esta tierra con un proyecto de reforestación. Ahora quiere traspasar las fronteras de esta comunidad autónoma y ha puesto en marcha una iniciativa con la que pretende sembrar 25 millones de bellotas en toda la Península Ibérica.

Se llama 'Gran Bellotada' y se puso en funcionamiento el pasado 1 de octubre. Consiste en plantar árboles en España y Portugal a partir de la siembra de bellotas. «Necesitamos movilizar a mucha gente. Hay colectivos muy concienciados que responden y han llegado a sembrar 10.000, aunque es importante que haya una respuesta institucional», dice Ibarrondo, quien apunta a que este proyecto durará hasta el 1 de marzo de 2020.

Para desarrollarlo han creado un «tejido de células». Así llaman a las personas y colectivos implicadas en esta iniciativa. Por el momento cuentan con 1.400 repartidas por toda España y Portugal. Ellas son las encargadas de recoger esas bellotas que se pueden convertir en árboles. «Puede adaptarse a duras condiciones. En el primer año genera hasta un metro de raíz. No solo hablamos de encinas, sino de todas las especies del género Quercus», aclara Ibarrondo. «Sembrar bellotas es una opción muy sencilla. Con un poco de conocimiento cualquier persona puede hacerlo. Es tan fácil como cogerla cuando está madura y ponerla en la tierra», añade este apasionado de la naturaleza. En Extremadura, el proyecto cuenta con más de 40 'células'. Reconoce que los grupos más activos están en Badajoz, en Sierra de Gata y en La Vera.

La iniciativa durará hasta el 1 de marzo de 2020 y actualmente cuenta con más de mil voluntariosQuieren reforestar bosques para evidenciar la desertificación a la que se enfrentará España

Pero más allá de números, «el objetivo principal es llamar la atención sobre el problema de desertificación que va a sufrir la Península». Ibarrondo dice que «el Gobierno no está haciendo absolutamente nada y no existe una política clara para combatir el cambio climático».

Este proyecto surgió a partir de otro que se denomina 'Reforest-Acción'. Se trata de una asociación sin ánimo de lucro creada en 2016 como respuesta al incendio que en 2015 afectó a Sierra de Gata. De ese colectivo forma parte Ibarrondo y se dedica a realizar trabajos de restauración de bosques autóctonos. Su objetivo es reconstruir paisajes diversos y resistentes al fuego.

Voluntarios de 41 países

Con ese programa han reforestado más de 300 hectáreas de la zona, que se traducen en 200.000 árboles. Ha sido posible gracias a 1.100 voluntarios de 41 países. Entre ellos han llegado personas de lugares como Canadá, Venezuela, Suiza, Francia y Portugal. «El Ayuntamiento de Villasbuenas de Gata nos cede el albergue municipal y es ahí donde se alojan los voluntarios», explica Rodrigo, que tiene un modo de vida austero. «Con un trozo de pan y una manta yo vivo. No necesito más. El mayor sentido que tiene mi vida es proteger la naturaleza y restaurarla en la medida de lo posible», recalca este castellanoleonés que ya tiene su finca con frutales y su huerto en Extremadura.

Voluntarios del proyecto la 'Gran Bellotada' recogiendo bellotas.
Voluntarios del proyecto la 'Gran Bellotada' recogiendo bellotas.

Él, que trabaja durante los meses de verano en festivales de música y ahorra para vivir el resto del año, se muestra especialmente preocupado ante la sequía y el uso que se está haciendo de la dehesa. «Existe una sobrexplotación y sobrepastoreo en torno a ese paisaje. Se quiere exprimir cada día más y se están perdiendo muchas hectáreas. Antes eran de calidad y ahora son desiertos prácticamente», lamenta Rodrigo, que no es la primera vez que participa en un proyecto de estas características.

Ya ha estado en Indonesia durante cuatro años investigando sobre las mafias que trafican con fauna salvaje. También ha viajado a Mongolia, Venezuela y la Patagonia para participar en proyectos relacionados con el medio ambiente y ha colaborado con organismos como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

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