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María García en la presentación de 'Viajes colaterales'. :: Armando
Las hermanas García

Las hermanas García

María edita un poemario de su esposo y Eugenia merece una calle

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Jueves, 21 de noviembre 2019, 07:44

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José Luis Martínez Orea era poeta. Mejor, dicho, es poeta más allá de la muerte. Al fallecer, su viuda, María García, decidió que los versos que su marido había escrito en vida no merecían vivir en un cajón, así que los recopiló, se los pasó al editor de Vitruvio y este decidió publicarlos en un cuidado poemario titulado 'Viajes colaterales'.

Detrás de esta edición póstuma están el amor y la admiración de María García, cacereña y valenciana, pero unida a su ciudad por la diaria lectura de HOY. Ella creía en la poesía de José Luis, pero hubo que esperar a que no existiera el obstáculo que suponían su modestia y su vergüenza ante unos versos que emocionan y que convirtieron el acto de presentación del libro en una de las veladas literarias más interesantes de la temporada, según me comentan amigos que en ella estuvieron, amigos acostumbrados a presentaciones madrileñas de postín que, sin embargo, se entusiasmaron con lo que ellos han denominado una presentación de alto nivel intelectual de la mano de María García, del poeta Basilio Sánchez, cacereño ya universal por la trascendencia de sus versos, y del editor del libro.

Milán, Niza, Finlandia, Agadir, Mikonos, Villanueva de la Vera y hasta el pueblo de mi suegra, Aldea del Cano... Viajes colaterales, lírica cosmopolita de la medina, del desierto, de pueblos de las Hurdes y ciudades francesas, de viajes por el Báltico leyendo a Ganivet y paseos por la Villa Fiorita de Milán convertida en la Tierra Santa del poeta. Las ciudades y los pueblos como pretexto, el topónimo local empleado como pértiga de imágenes que nos eleva a la totalidad. Un libro póstumo cuya intensidad y efectos el autor mereció haber conocido en vida.

Versos «extremeños» tan sugerentes como estos: «Monterroso o Montehermoso. Cuando / volví, después de casi un siglo, / el lagarto todavía estaba allí». Más versos universales: «Entre los mercaderes de Pinofranqueado / la tuya fue mirada de estraperlo»... «Los camposantos / de Descargamaría o Caminomorisco / son ya selección previa para / dar facilidades a Dios o a Alá».

Curiosos los primeros versos premonitorios del poema Caminomorisco, centrados en el apellido de moda: «Aquí todos son Sánchez: nieto / de Sánchez, hermano de Sánchez, / esposa de Sánchez. Porque nada / -ni pájaro, ni jara, ni río, ni tormenta-, / nada tendrá más nombre aquí, / en esta pared promiscua, algarabiada, / cara a la Meca, que el de Sánchez».

José Luis dedica el libro a su esposa, María, y a su hija, Áurea. En uno de los poemas, justifica la elección del nombre de su hija: «Te puse Áurea como el metal / más precioso. Áurea como / el título de un cuadro. Áurea / como el día que en ti más resplandece / ... / Te puse Áurea. Porque defines como nadie / lo que hay entre imagen y palabra».

En la presentación de 'Viajes colaterales', estaba presente la cuñada del poeta, Eugenia García, que me hace llegar el libro y, al leer estos últimos versos, la imagen, la palabra, evoco la energía de esta mujer cacereña, hermana de la esposa del poeta, cuya biografía la ha convertido en candidata a poner su nombre en una de esas calles dedicadas a mujeres que pronto se incorporarán al callejero cacereño.

Las hermanas García son mujeres volcadas con la cultura y la empresa. Eugenia se quedó en Cáceres y a las curiosidades de su biografía (desayunó con Reagan y comió con Indira Gandhi), se unen datos importantes por su carácter pionero: fue la primera mujer que en Cáceres participó en un consejo de administración y también la primera mujer concejal cacereña.

Por su preparación, equivalente en su tiempo a la carrera de Empresariales, se veía capacitada para ocupar la cartera de Hacienda en la corporación municipal de Cáceres, pero era mujer y el equipo de la extinta UCD le encargó las concejalías 'femeninas' de Matadero, Mercado y Limpieza. Eugenia merece una calle, María edita un poemario póstumo... Las hermanas García.

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