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Francisco Moreno, delante del Ayuntamiento de Guadiana. :: PAKOPÍ

Guadiana pierde el Caudillo

Francisco Moreno (PSOE) ha ganado por mayoría absoluta y su primera medida será retirar los vestigios franquistas

Miriam F. Rua

Martes, 28 de mayo 2019, 21:50

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Francisco Moreno Pagador acaba de cerrar su empresa de albañilería. El 15 de junio se convertirá en alcalde de Guadiana del Caudillo y tiene claro su primera medida: acabar con las rémoras franquistas del pueblo y que vuelvan a llegar subvenciones provinciales a las arcas del Ayuntamiento.

«Lo tengo súper claro. Lo primero que voy a hacer es quitar los vestigios y el apellido del pueblo», dice el futuro alcalde, que le ha dado la victoria por mayoría absoluta al PSOE (logrando seis concejales frente a los cinco que ha sacado la lista de Vox) después de 16 años en la oposición.

Las tres últimas legislaturas han sido con Antonio Pozo Pitel al frente. El alcalde saliente ha hecho una defensa férrea del mantenimiento de los símbolos franquistas hasta el punto de abandonar el PP–el partido con el que había concurrido a las sucesivas elecciones– y afiliarse a Vox en la recta final de su último mandato.

«En el primer pleno le quito el apellido a Guadiana del Caudillo»

Por eso, Moreno siente que su victoria electoral es también el respaldo de los vecinos para acabar con todo lo que recuerde al dictador en el pueblo. «Alguien que medianamente lo haga bien es muy difícil echarlo de la Alcaldía, pero él –en referencia a Pozo Pitel– emprendió una cruzada personal y dejó al pueblo sin subvenciones por incumplir la Ley de la Memoria Histórica. Y los ciudadanos han querido un cambio».

Kiko, como le llaman en Guadiana, seguía hoy recibiendo apretones de manos y abrazos. A los enhorabuenas, le acompañaba una coletilla: 'acaba con lo del caudillo'.

El próximo alcalde, de 52 años, tiene prisa por cerrar una cuestión que ha puesto en el foco mediático nacional a este pueblo pacense de casi 2.600 habitantes. Dice que el sambenito de Guadiana como pueblo franquista lo perdió el domingo en las urnas. «Hemos elegido ser un pueblo demócrata», dice orgulloso.

Antes de que termine junio

Ahora toca formalizar el cambio y ya ha hecho sus cábalas:«En cuanto tome posesión, convoco un pleno para aprobar la retirada de la placa –en la fachada del Ayuntamiento que conmemora la visita de Franco en 1951–, el águila –el escudo preconstitucional de la fachada– y el apellido del pueblo. Eso tiene que estar resuelto antes de que termine junio».

Con la placa y con el escudo aún no sabe qué va a hacer. «No lo he pensado, si se lo llevan del pueblo, perfecto, no los quiero aquí». También tendrá que hacer un trabajo minucioso para quitar la referencia al dictador en la puerta de la casa de la cultura, en el cementerio, en la valla de entrada al pueblo e incluso de todas las papeleras que lucen el topónimo franquista. «La verdad es que está por todos lados», bromea.

Acto seguido –continúa– «abriremos una ventanilla única para que los ciudadanos puedan arreglar su documentación desde el Ayuntamiento y no se tenga que mover nadie de Guadiana».

Eliminada la referencia al dictador, el futuro alcalde se reunirá con las asociaciones para decidir si Guadiana se queda como Guadiana o le ponen un nuevo apellido. «Veremos si tienen propuestas de nuevo nombre y si es así, haremos una consulta popular para que el pueblo elija», explica.

Señal de tráfico con el 'Caudillo' tachado:: HOY
Señal de tráfico con el 'Caudillo' tachado:: HOY

Moreno, casado y con dos hijos de 21 y 26 años, no tiene ninguna preferencia. Le gusta Guadiana, pero admite que muchos le piden que pase a llamarse Guadiana de los colonos.

Eso no le preocupa demasiado. Su interés es que la Diputación le levante el veto. Sobre esto, Moreno asegura que el presidente de la Diputación está dispuesto a resarcir a Guadiana de las ayudas que ha dejado de recibir en 2018 y en este año: «Miguel Ángel Gallardo se ha comprometido a que si cumplo la ley, el dinero que se ha perdido lo recuperaremos los guadianeros. Y así va a ser porque es un hombre de palabra», cuenta, desvelando que fue uno de los primeros que le llamó el domingo para felicitarle por su victoria.

También lo hizo Pozo Pitel, antes incluso de que acabara el recuento de votos. «En la tercera urna me llamó –se pusieron cuatro en el pueblo– y me dio la enhorabuena. Ha sido muy elegante».

El futuro alcalde está feliz y no lo disimula. «Hemos trabajado mucho y tengo muchas ganas de darle una aire nuevo a mi pueblo, que necesita muchas inversiones que no se han podido hacer por incumplir la ley».

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