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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?

El Grand Prinx

Midiendo las palabras ·

Ana zafra

Lunes, 1 de abril 2019, 10:34

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Disculpen la frivolidad, pero cada día me tomo menos en serio esta sempiterna campaña -o precampaña, o campaña sobre campaña, no sé- electoral en la que llevamos tiempo instalados. Claro que si nos la tomásemos en serio, igual los partidos acabarían sin votantes, no solo por méritos propios sino porque, de tanta tontuna mediática, podría darnos a todos una conmoción cerebral y quedar inhabilitados para el voto.

Por eso, y porque una es nostálgica, he decido sentarme cada noche a ver el resumen político como, tiempo ha, me sentaba a ver aquel mítico juego, el 'Grand Prix', que tan poco hacía por la cultura y tanto representaba la España más folclórica y cañí. Así que me he comprado una bolsa inmensa de pipas, que devoro con avidez tirando, como mandaban los cánones, las cáscaras al suelo y he preparado una silla plegable, tipo cine de verano, para completar la sensación de vuelta al pasado, aunque, ciertamente, solo con escuchar lo que sus señorías van diciendo, la ambientación retro está asegurada.

El formato del programa -el televisivo, el político aún lo desconozco- ha cambiado. Ya no son solo dos contrincantes. Así, si antes se enfrentaban Villarriba contra Villabajo, ahora tenemos, además, Villasemisótano, Villaentreplanta y Villabajo del Fondo.

Cada vez más, nuestra política se está convirtiendo en un show constante de titulares a cuál menos reflexionados

Entre pipa y pipa voy padeciendo las pruebas. En la de geografía, por ejemplo, nos encontramos con que Villabajo del Fondo, tras prometer barra libre de armas si ganaba, ha colocado una foto de Cuenca (Ecuador) para anunciar un mitin en Cuenca (España). Cabe preguntarse ¿Mirando a qué Cuenca se pondrán sus votantes? En una de biología, el representante del Villabajo original afirma que los neandertales mataban a sus recién nacidos, que en Nueva York la ley permite hacer lo propio y que el aborto es lo mismo sea antes o después del nacimiento. Tres afirmaciones en una y todas sin fundamento. A pesar de ofender juntos a prehistóricos, mujeres y neoyorkinos, el representante no queda descalificado y puede seguir jugando. Los de Villaentreplanta superan con creces la prueba de física cuántica: son capaces de desintegrar un partido político en tiempo récord: en Madrid ya tienen un Villasierra, Villamontaña, Villavilla, etc. Mientras tanto, los de Villasemisótano ofrecen unirse con quien sea con tal de seguir jugando. Y en la vaquilla, la Villarriba de siempre torea con un capote de medidas sociales sin explicar cómo piensa pagarlas o si después vendrá a clavar el estoque al público espectador.

Cada vez más, nuestra política se está convirtiendo en un show constante de titulares a cuál menos reflexionados. En un mercadillo de ofertas tipo «las robo de noche y las vendo de día». Igual porque tanta inmediatez mediática es directamente proporcional a la idiotez expresiva. Los medios son útiles -Churchill ganó gracias a la radio, Kennedy, gracias a la tele-, pero en dosis moderadas. Los dedos son más rápidos que la mente y los tuits los carga el diablo. Las prisas suelen resultar en confusión y «quien mucho habla mucho yerra». Es decir, a más declaraciones mayor riesgo de meter la pata.

Mientras tanto los espectadores, perdidos en esta yinkana electoral, nos preguntamos quién ganará el Grand Prix del Gobierno, suplicando que tanta tontería sea solo un juego y que el día 28 salga Ramón García a darnos los resultados.

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