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Torra saluda a los procesados a su llegada a la sala; Junqueras, Vila y Mundó no se giraron EFE
Gran angular

Gran angular

Cartapacio de pregonero ·

JULIO SAAVEDRA GUTIÉRREZ

Sábado, 16 de febrero 2019, 09:45

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Quienes tuvimos la suerte de observar absortos el milagro esotérico de ver aparecer una imagen en un papel bañado por un líquido, nos quedamos prendados del milagro de la fotografía analógica. Cuando revelaba en mi cuarto oscuro, mis hijos solían bajarse para ver aparecer aquello que unas horas antes había estado en la más absoluta oscuridad en el carrete y el tanque del revelado. En aquella época la fotografía era poco manipulable, salvo cuando algún político quería quitar de la escena a quien luego quitaría la vida. Todos conocemos el caso de como Lenin eliminó a Trotsky.

Hoy en día todo es más fácil, hacer fotos, publicarlas, manipularlas…; las imágenes se han multiplicado por su enésima potencia por aquello de todos querer captar el momento y no disfrutar de él, lo que le ha quitado cierto valor al mundo de pintar con luz.

Aquellos que conocemos el mundo de la fotografía debemos saber elegir el objetivo, la velocidad, el diafragma y otros parámetros para que el resultado sea el deseado. Estos últimos días hemos tenido buenas muestras del saber de aquellos que practican el fotoperiodismo. Como siempre me gusta poner ejemplos, pondré algunos. El lunes pasado toda la prensa recogía imágenes de la manifestación del pasado domingo en Madrid, parece ser que alguna de las imágenes estaban manipuladas por aquello de querer engordar los números, no tengo imagen objetiva ya que no estuve allí, primero por no habérseme perdido nada; y segundo, tampoco tengo bandera con palo para ondear, aunque las respeto, y a lo mejor más que quienes las vapulean a los cuatro vientos. Allí se retrataron tres «periodistas», en horas de descanso profesional, leyendo alegatos; pero sin duda la imagen más representativa de aquel fugaz momento es la que con un gran angular se captó a los líderes organizadores del evento, en ella se puede observar cómo alguno intentó salirse fuera de foco, pero ¡ay!, la fotografía digital tiene esas cosas, que por mucho que achuches a la izquierda, y como ya no tenemos a Lenin con su dedo borrador, ¡zas!, le retratan con el más extremoso de la derecha. En este caso estuvo bien elegido el objetivo.

Otra imagen periodística más cercana en el tiempo y en la perspectiva se ha producido con lo que se conoce como «juicio al 'procés'», que no entiendo que así se titule, pues según mis entendederas, lego en asuntos de togas y puñetas, no se juzga algo intangible, sino los hechos que realizaron los interfectos; tampoco comprendo el excesivo tiempo que llevan en prisión preventiva. La foto, que bien podría ser en blanco y negro, capta el momento en que los acusados, no todos, se giran para dar pleitesía a quien más que parar el revelado de la imagen, la está dejando demasiado tiempo en la ampliadora, con el consiguiente peligro de sobreexposición. Este problema, que no es comparable con el de Bittori y Miren, debe ser solucionado como aquel, apartar las togas y ponerse en manos de algún relator, si fuera preciso.

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