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Tienda del grupo Inditex en Extremadura. :: HOY
La Gallardodependencia

La Gallardodependencia

Las ciudades han crecido gracias a sus grandes empresas

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Jueves, 10 de octubre 2019, 08:14

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Una mañana de mediados de septiembre, al pasar por la cacereña Cruz de los Caídos, me llamó la atención un gran camión estacionado frente a una tienda del grupo Inditex. El camión era blanco, venía desde A Coruña y, aunque aún no eran las ocho de la mañana, unos operarios ya estaban descargando módulos de madera.

Aquella operación de descarga tenía como destino la tienda Stradivarius de la avenida de España cacereña, que en esos días estaba siendo remodelada. El camión traía equipamiento variado desde Narón, junto a Ferrol, para renovar la imagen de la popular boutique de moda. La empresa que decora todas las tiendas de Zara pertenece al grupo Cándido Hermida y está situada en esta ciudad coruñesa de 40.000 habitantes, la octava más poblada de Galicia.

En pocos días, la tienda Stradivarius cacereña ha reabierto sus puertas y en el proceso de cambio de imagen, prácticamente todas las empresas que han intervenido son coruñesas y nacieron alrededor de Inditex, el imperio textil de Amancio Ortega. Cuando este emprendedor abrió en 1975 su primera tienda en A Coruña y la llamó Zorba tras ver la película 'Zorba el Griego' (tuvo que cambiar lo de Zorba por Zara porque ya había una zapatería con ese nombre), no imaginaba que, 45 años después, su negocio, convertido en grupo Inditex en 1985, se extendería por todo el mundo y tendría tiendas en la Quinta Avenida de Nueva York y en la avenida de España de Cáceres.

Tampoco imaginaba que alrededor de su idea nacerían empresas que, además de trabajar para él, se convertirían en líderes internacionales en equipamiento electrónico, industrial, de mobiliario... El camión de Cáceres puede estar otro día en cualquier lugar de España o del mundo para amueblar con material del grupo Cándido Hermida una joyería Tiffany o las más importantes cadenas hoteleras, clientes fijos de este grupo de Narón.

Muchas ciudades de tamaño medio suelen depender de una gran empresa: A Coruña de Zara, aunque hay que señalar también la importancia de Hijos de Rivera (Estrella Galicia), Valladolid y Palencia de Renault, Zaragoza de Opel, Vigo de Citroën... Alrededor de esas grandes empresas surgen industrias auxiliares que aprenden a diversificar la clientela y se convierten en suministradores de otras empresas.

El caso de Inditex es de libro: la empresa textil tiene once plantas de producción alrededor de la fábrica central coruñesa. Además, media docena de grupos industriales nacidos en localidades del entorno (Arteixo, Narón, Mesía, Sada, Culleredo) empezaron como pequeñas empresas que daban servicio a Inditex, pero no se han conformado con servir a a una sola firma y hoy, Aluman, Trison, Jevaso o Caamaño, entre otras, son referencia internacional en el sector del equipamiento industrial.

El problema de estas situaciones es que depender demasiado de un solo sector o de una sola empresa entraña unos riesgos visibles en ciudades próximas a Extremadura como Béjar, localidad que no levanta cabeza tras el hundimiento de su industria textil, o Avilés, convaleciente tras los problemas en los altos hornos de Ensidesa, por no hablar de Ferrol o San Fernando y su monodependencia problemática de los astilleros.

Los extremeños pensamos que bendita sean la Zaradependencia y la Renaultdependencia. Aquí sufrimos los problemas de la Gallardodependencia en la zona de Jerez, de la Díterdependencia en Zafra y de la nucleardependencia por Navalmoral. No quisimos refineriadependencia ni queremos litiodependencia. En Jerez disfrutan de la Cristianlaydependencia, en Badajoz, hay un poco de Farodependencia y en el resto de la región seguimos dependiendo de lo de siempre: que llueva como tiene que llover para que las cosechas sean buenas, que haya gobierno para que suban el sueldo a funcionarios y pensionistas y que nos pongan un tren rápido para que vengan turistas.

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