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Playa de Valdevaqueros, al fondo, la duna. Esta es la playa más cercana que tiene el extremeño Luis Motera, que vive a caballo entre Badajoz y Tarifa. Fotos detalles: Luis posando y surfeando una ola en Tarifa.

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Playa de Valdevaqueros, al fondo, la duna. Esta es la playa más cercana que tiene el extremeño Luis Motera, que vive a caballo entre Badajoz y Tarifa. Fotos detalles: Luis posando y surfeando una ola en Tarifa. JLG
'TÚ AL PUEBLO, YO A LA PLAYA'

Un fanático al que el viento se llevó a Tarifa

El pacense Luis Motera vive prácticamente todo el año con vistas al Estrecho en un autobús adaptado

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Martes, 28 de agosto 2018, 21:12

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Hay personas que insisten en cumplir sus sueños y que ponen tanto empeño que llega un día en que los logran. A Luis Motera Rey (Badajoz, 1974) le gusta navegar, a ser posible con viento fuerte porque lo suyo era el windsurf y ahora es el kitesurf. Con esas aficiones se sentía limitado viviendo en Badajoz, de manera que se esforzó en sacar una oposición de bombero, profesión que le fascina. Desde que consiguió su plaza hace ya 17 años tiene un calendario laboral que le permite encadenar días libres, de manera que hace años que se instaló en Tarifa, pueblo de Cádiz en el que vive a caballo con la capital pacense.

Bueno, en realidad no vive en Tarifa sino en las afueras, frente a la playa que más le gusta, la de Valdevaqueros, y tampoco se puede decir que tenga allí su casa pues reside en un camping. Es más, de todas las maneras de alojarse en un camping la de este pacense es la menos usual. Luis Motera vive dentro de un autobús.

Él es el mayor de dos hermanos –el otro, José, también es bombero– estudió en el instituto Castelar de Badajoz y en 2001 se convirtió en bombero de la Diputación de Badajoz.

Con Álvarez Joven

Su afición a navegar le viene, como a tantos extremeños, de una persona, Antonio Álvarez Joven, que es una referencia en el mundo de la vela. «Antonio fue presidente de la Federación Extremeña de Vela y con 17 años íbamos al pantano con él de apoyo a las regatas que organizaba. Entonces navegábamos en Vaurien y 470 (embarcaciones de vela ligera para dos tripulantes). Luego descubrimos el windsurf y en cuanto me saqué el carné de conducir fui a Tarifa y con el dinero que tenía ahorrado me compré mi propio material. Eran unos años en que aquí no había tanta información ni cursos ni monitores, aunque ya era muy visitado por aficionados de todo el mundo».

Con Juan y Lolo, compañeros de playa habituales.
Con Juan y Lolo, compañeros de playa habituales.

Motera cuenta que aquella fue época en la que en Extremadura se fue creando un grupo cada vez más amplio de aficionados al windsurf que se reunía las tardes de viento en el pantano de Campomayor (en Portugal). «Sin embargo ocurrió que a mediados de los noventa un joven muy querido por todos, Sixto, murió navegando en Tarifa. Se lo llevó el mar. Fue un palo grande. Unos lo dejaron y otros seguimos», recuerda este pacense que solo dejó de navegar durante los tres años previos a su examen de oposición. «Ahí colgué las tablas y me centré en lo importante. Eso sí, cuando saqué mi plaza empecé a ir cada vez más a Tarifa. Al principio cuatro amigos y yo teníamos una caravana, pero con el tiempo me fui quedando yo solo».

A la izquierda, en su autobús-vivienda del camping de Valdevaqueros. A la derecha, surfeando una ola en Tarifa.
A la izquierda, en su autobús-vivienda del camping de Valdevaqueros. A la derecha, surfeando una ola en Tarifa. JLG/HOY

El pacense acaba de ser fichado por el equipo de kite Duotone Wet Tarifa, lo que da idea de su habilidad en el agua. Por eso este bombero es una referencia para decenas de pacenses que necesitan algo en esta meca del viento. Su carácter alegre y solidario hace que muchos contacten con él, ya sea para recibir asesoramiento en una compra o tener una previsión fiable del viento a la hora de elegir la playa adecuada para navegar. También, por qué no decirlo, para saber cuál es el pub o chiringuito de moda.

Hace cuatro años que cambió la tabla y vela de windsurf por las cometas de kite, una modalidad en auge que en Tarifa ya es la mayoritaria con mucha diferencia. Pero su último proyecto ha sido otro y tiene que ver con adecuar un autobús para convertirlo en su casa. «Siempre había sido mi ilusión porque me gusta vivir en plan nómada y vivir justo en el 'spot' (lugar exacto de la playa donde se dan cita quienes navegan), en mitad de la naturaleza y viendo el mar y las dunas, por eso siempre me negué a vivir en el pueblo en los muchos años que llevo aquí, aunque mi novia vive allí. El autobús lo compré en Don Benito y este año me puse a reformarlo para hacer realidad mi sueño», dice este extremeño que afirma salir a navegar unos 200 días al año y usa su afición como excusa para viajar por el mundo. «Para mí es una forma de vida, nunca me canso, siempre encuentro algo nuevo en este deporte para no caer en la rutina», afirma.

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