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Los extremeños y la autoestima

¿Cómo puede representarnos quien se conforma con ser menos que los demás y quien acepta que nuestros servicios sean inferiores al del resto de los españoles? Pagamos los impuestos que nos corresponden y por ello tenemos derecho a disfrutar de los mismos servicios

Lorenzo J. Blanco Nieto

Martes, 12 de septiembre 2017, 00:27

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Algunas manifestaciones recientes de resignación para aceptar tener menos y/o peores servicios que ciudadanos de otras comunidades me han sugerido escribir acerca de la poca autoestima que en ocasiones muestran algunos extremeños. Y creo que la reciente celebración del Día de Extremadura es fecha apropiada para ello.

Los escritos, en prensa y comentarios en las redes, están poniendo de manifiesto muestra carencias sobre la falta de una red de comunicación ferroviaria y otras infraestructuras pero, al mismo tiempo, también muestran lagunas de algunos responsables políticos y colectivos de la llamada sociedad civil que parecen aceptar que sigamos siendo menos que los demás. El debate sobre el tren en Extremadura está siendo prolífico con diferentes aportaciones interesantes y cultas como la reciente relación entre el ferrocarril y el cine con la que nos agració recientemente Alejandro Pachón (HOY, 28/08/2017).

No voy a hacer referencias personales para evitar las polémicas estilo ‘Sálvame’que son tan frecuentes para dar respuestas a quien nos contradice o nos corrige. Lo que quiero es transmitir un sentimiento de rabia que me viene a la mente y al corazón cuando se intentan dar argumentos para evitar la protesta o asumir la discriminación.

En demasiadas ocasiones tengo la impresión que hay personas que admiten consciente o inconscientemente, que los extremeños seamos menos que el resto de los españoles, y que nuestros servicios sean peores, en calidad y cantidad. Es verdad que esto ha sido así desde hace muchos siglos, no desde siempre, pero eso no significa que debamos aguantarnos y aceptar nuestra situación como irremediable y sin solución. También es cierto que en los últimos años hemos mejorado nuestras infraestructuras y los servicios que recibimos y acortado nuestras diferencias respecto de otros lugares. No me resigno a los primero y no me acomoda ni me tranquiliza lo segundo. Ambas situaciones me animan a seguir luchando por una Extremadura mejor y una España que sea capaz de equilibrar los servicios para todos los españoles, independientemente de la Región/Comunidad/ Nacionalidad o lo que sea donde vivamos. ¿Tan difícil es entender que todos los españoles tenemos los mismos deberes y derechos?

Esta es una premisa que nadie se atreve a contradecir, pero que en la práctica política o en el ardor de las discusiones se pone en tela de juicio aún en contra de nuestros intereses. Incluso utilizando palabras malsonantes como recurso literario y propagandístico.

Y me viene esta rabieta a propósito de aquellos que empiezan a rebajar nuestras pretensiones máximas con respecto al proyecto del ferrocarril para estos próximos años. Además olvidan que la red de comunicación que se pide no es solo una cuestión regional, ya que la situación de Extremadura es clave en la comunicación entre Madrid y Lisboa. Resulta que el AVE pasará en breve por todas las Comunidades de España y así está consignado en los presupuestos Generales. Será el tren del futuro inmediato en el país para todos los españoles menos para los extremeños. ¿Tenemos que conformarnos con esta situación? ¿Es posible que una vez más nos discriminen? ¿Debemos conformarnos con menos aunque mejoren la situación actual, lo que es muy fácil? Por eso estoy de acuerdo con la consigna de «Tren digno en 2017 y AVE en el 2020».

Esta falta de consideración hacia Extremadura y hacia los extremeños me enfada cuando se produce por personas de otros lugares, pero cuando alguien lo acepta y se dice de nuestra tierra, me enerva. Si además este es representante público me subleva. ¿Cómo puede representarnos quien se conforma con ser menos que los demás y quien acepta que nuestros servicios sean inferiores al del resto de los españoles? Pagamos los impuestos que nos corresponden y por ello tenemos derecho a disfrutar de los mismos servicios. Es un postulado básico que ha costado mucho sudor y sangre conseguirlo para que ahora nos lo quieran echar por tierra.

En las charlas que tengo a respecto de esta falta de autoestima relato una metáfora que puede servir para terminar esta reflexión y dejar claro lo que entiendo debe ser la postura de toda Extremadura, ciudadanos, representantes políticos y sociales e instituciones públicas y privadas, en relación a las comunicaciones ferroviarias, la autovías pendientes, las ayudas a la industrialización y para todas las cuestiones que nos afectan. Supongamos que asistimos a una comida para lo que previamente hemos abonado el precio del menú. Y observamos que a todos les sirven jamón ibérico y buen vino, mientras que a nosotros nos dan mortadela y vino peleón. Conste que me gusta la mortadela y, en ocasiones, bebo el vino peleón y si el presupuesto solo da para ello toca conformarse, pero todos por igual. Es evidente que reclamaría el mismo servicio y pediría explicaciones por la discriminación. Admito que algunos con poco carácter podrían contentarse con la mortadela y que no dijeran nada, y que otros pudieran buscar excusas para justificar su inacción o llamar la atención para marcar su diferencia, pero cuando se trata de luchar por los derechos de los extremeños debemos exigir los mismos servicios que los de los demás españoles. Tenemos que mantener viva nuestra autoestima para hacernos valer. Así de simple.

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