Eva Martín, la extremeña que trabaja para Paris Hilton
La pacense Eva Martín cuenta que tiene a todo el pueblo de su padre, Guadajira, con un bolso de la rubia millonaria colgado del brazo
ALBA BARANDA
Domingo, 27 de agosto 2017
«Tendré que ponerme guapa». Fue lo primero que pensó la pacense Eva Martín, de 27 años, cuando acudió hace dos años a la oficina donde iba a trabajar para Paris Hilton.
Eva vivía en Barcelona cuando vio la oferta de empleo en una red social. «La famosa bisnieta del multimillonario Conrad Hilton, busca diseñador gráfico en Madrid», rezaba más o menos el anuncio. Sin dudarlo, se cogió el primer AVE, y se presentó en la entrevista. Pasó tres fases de prueba más hasta que, de pronto, un día mientras amasaba, con la mente en blanco, unas deliciosas croquetas, sonó su teléfono. No era una oferta para poner Internet en casa, como esperaba, sino que su interlocutor pronunció solamente dos palabras: «Contamos contigo».
Le costó aceptarlo unos minutos, reconoce. A pesar de estar en el paro, había planeado afincarse en la ciudad condal, y se le rompieron todos los esquemas al tener que irse deprisa y corriendo a la capital de España. Cuando lo valoró, enseguida se dio cuenta que era una oportunidad laboral «increíble».
Ahora trabaja en Madrid, donde está la única sede de diseño de bolsos de Paris Hilton en todo el mundo. Y en dos años, ya «tengo a todo el pueblo de mi padre, Guadajira, con un bolso de la famosa rubia colgado del brazo», comenta con satisfacción.
El primer día de un trabajo fue un vertiginoso ir y venir de miedos, dudas y ganas de aprender lo antes posible. De lo que se dio cuenta enseguida es que todas sus compañeras menos una, tenían la cabellera dorada «aunque no es un requisito para el trabajo ser rubia, por supuesto». Siendo ella un poco 'hippie' en el vestir, como reconoce, pronto pensó que tendría que vestirse «de guapa».
También, modelo oficial de pies
Pero, ¿qué hace Eva Martín trabajando para Paris Hilton? Hace todo lo relacionado con los gráficos; véase catálogos, lookbooks, cartelería, escaparatismo, y vídeos en las tiendas. Y también es la modelo oficial de pies, ya que Eva es la única en su oficina que tiene una talla 37, la considerada 'estándar', que sirve para probar el tallaje de los zapatos.
Esta joven creativa estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid. Y después Diseño Gráfico en Barcelona. Su ilusión era estudiar Bellas Artes pero el orientador del instituto, cuenta, le quitó de un plumazo todas las ganas. Pertrechado tras su escritorio de pino macizo, le dijo que «eso no tenía salidas profesionales». Así que se fue con la mochila cargada de sueños a Madrid, pensando que si estudiaba Audiovisuales, tendría más probabilidades laborales que «pintando monigotes». Aún así, hace poco diseñó el cartel de la 33ª edición del Festival de Teatro Clásico de Alcántara.
Al acabar la universidad, y «ver el panorama tan deprimente del audiovisual que hay en España, decidí especializarme en diseño gráfico porque es algo que lo complementa muy bien, y así tampoco tenía que dejar completamente de lado mi carrera, que me encanta», explica con cierta gracia, aunque se pone seria para sentenciar: «Una tiene que seguir el camino de sus pasiones sólo que, poniéndole al corazón un poquito de cabeza».
Carteras como patatas
Ahora, un par de años después, Eva se considera una «pueblerina venida a más». Cuando toca sesión de fotos, mete todas las carteras marca Paris Hilton en un carro de la compra estampado de cebra, como el que usaban las abuelas, y se presenta con todo su arte extremeño en el estudio. Al fotógrafo no le pasa desapercibida su llegada triunfal, y siempre le pregunta bromeando que si «viene del mercadillo con un carro lleno de carteras que sobrepasan los 100 euros cada una».
La oficina central del Paris Hilton está en Estados Unidos, y la empresa que gestiona la licencia de bolsos y complementos se encuentra en Dinamarca. La función de la estrella rubia es enviar un dossier con su inspiración de la nueva temporada, y su equipo se pone manos a la obra.
A pesar de tanta globalidad, Eva nos revela que la marca apenas se vende ni en América ni en Europa. «Nuestro mayor público son los Emiratos Árabes. Allí, gran parte de la población femenina va con burka, y de lo único que pueden presumir es de bolso. Por eso los quieren rígidos y estrafalarios». No son productos baratos precisamente, por eso tienen mucho éxito entre los denominados 'nuevos ricos'.
Pero mientras que, en Qatar, cualquier señora de bien se pasea con sus bolsos de brillantina, orgullosamente altiva por el dineral que se ha dejado en su complemento de mano, en Guadajira más de una vecina tiene varios 'Paris Hilton' en su armario.