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POR GRUPOS. Los alumnos se distribuyen por grupos para elaborar un proyecto de Tecnología en el aula y fomentar el trabajo en equipo:: D. PALMA
Extremadura se suma al modelo educativo finlandés

Extremadura se suma al modelo educativo finlandés

Educación impulsa un cambio en el sistema de enseñanza en el que el profesor ya no da una lección magistral para que la memorice el alumno

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Domingo, 8 de octubre 2017, 00:42

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En clase de Geografía, por ejemplo, los alumnos del Instituto Sierra de Gata de Hoyos estudian el sector secundario leyendo primero una noticia periodística sobre la burbuja inmobiliaria. A partir de ella tienen que ser capaces de explicar a sus compañeros qué diferencias hay entre las pirámides poblacionales de España y China. «Los conocimientos tienen que ir más allá de la memoria, aprendiendo competencias, demostrando que saben hacer las cosas y que saben explicarlas a los demás a través de trabajos individuales o en grupo», señala Raúl Rodríguez, director del centro. Y hacerlo, además, de la mano de las nuevas tecnologías «en las que los alumnos se mueven como pez en el agua», apunta la profesora María Jesús Alonso.

«Por eso la unión de metodologías activas y nuevas tecnologías permite una enseñanza mucho más motivadora y participativa», resume el director del IES Sierra de Gata.

Una combinación que ya es una realidad en Extremadura y que permite una enseñanza y un aprendizaje diferentes. Y no solo porque evita cargar con esa mochila en la que apenas caben los libros y cuadernos. El proyecto de enseñanza digital que ya está en marcha en Extremadura permite mucho más que un cambio de soporte . Está haciendo posible el desarrollo de un nuevo modelo educativo, un sistema diferente de enseñanza en la escuela que no consiste en la explicación magistral del profesor y la posterior memorización por parte del alumno, sino en el descubrimiento de los conocimientos por parte de éste, guiado por el profesor. En definitiva, la región está modificando la metodología tradicional por la activa, en el convencimiento de que es el camino a seguir para que también la escuela se adapte al siglo XXI.

El cambio iniciado requiere la implicación del docente y la adaptación de la familia

«No hay estudios que señalen que los alumnos que aprenden con una metodología activa lo hacen mejor que aquellos que son enseñados con una tradicional, como tampoco hay estudios que establezcan lo contrario; lo que hay son unas pruebas externas de evaluación, por ejemplo PISA, que dice que cuando se trabajan las competencias se obtienen mejores resultados», señala Antonio Monje, jefe de servicio de Tecnologías de la Educación.

Y esas competencias se aprenden con las metodologías activas, las que son una realidad en otros lugares del mundo, especialmente en los países nórdicos, incluido Finlandia, el referente de la buena educación. «Competencias que van mucho más allá de los conocimientos, porque se persigue que los alumnos sepan hacer las cosas y explicarlas», reitera el director del Instituto Sierra de Gata.

Este centro tiene ya una trayectoria en la enseñanza a través de las metodologías activas, las que ya se practican en otros colegios e institutos de la región y las que la Consejería de Educación quiere continuar extendiendo.

TECNOLOGÍAS. Más allá de las pantallas digitales, cada alumno del IES de Hoyos trabaja con un portátil que también puede llevarse a casa en préstamo.: D.PALMA
TECNOLOGÍAS. Más allá de las pantallas digitales, cada alumno del IES de Hoyos trabaja con un portátil que también puede llevarse a casa en préstamo.: D.PALMA

Hace cinco años solo una veintena de centros se sumaron al programa de enseñanza digital lanzado por la Junta de Extremadura para centros públicos. El pasado estaban adscritos 101 con 1.700 docentes y más de 36.700 alumnos. En el curso actual el número se quiere ampliar hasta los 200 centros para que sean muchos más los estudiantes extremeños que aprendan a través de un sistema diferente que llega de la mano de las nuevas tecnologías y que permite la ansiada educación personalizada.

Por eso, a partir de este curso, el programa no se llevará a cabo con el único objetivo de cambiar el soporte, libros de papel por libros on line o pizarra tradicional por digital. Los nuevos centros que se sumen al proyecto de enseñanza digital tendrán que dedicar el curso actual, por un lado, a que sus docentes se formen en estas nuevas tecnologías y metodologías y, por otro, a desarrollar un proyecto de enseñanza que contará después, entonces sí, con la dotación tecnológica que sea precisa. Para que más colegios e institutos se sumen a un modelo educativo en el que el alumno deja de cargar con la pesada mochila y deja también de ser un agente pasivo.

La UEx analizará si el nuevo modelo mejora el rendimiento de los escolares extremeños

Este nuevo modelo cuenta en la región con el soporte informático preciso: la plataforma eScholarium. En ella están los materiales de cada asignatura, a los que acceden alumnos y docentes con sus contraseñas, cada día con sus ordenadores en el aula.

Así lo hicieron el pasado lunes, a las 10.15 los alumnos de 2B del IES Sierra de Gata en la materia de Tecnología. El reto, construir una tabla de cocina. En la pantalla digital se mostraban los pasos a seguir, el material educativo elaborado por el docente. «Prefiero elaborar mi propio material, en función del grupo de alumnos que tengo», explica Luis Fernando Rodríguez. No es lo mismo impartir Tecnología en primero que en tercero de ESO ni tampoco son iguales los grupos de alumnos de los mismos cursos. «Por eso elaborar tu propio material te permite adaptarlo a cada grupo e ir actualizándolo, además, en función de las necesidades de los alumnos», añade.

En el IES Sierra de Gata son 20 los docentes de una plantilla de 27 que el curso pasado apostaron ya por sus propios materiales. Los que están disponibles en eScholarium, con los que no hay que cargar y, sobre todo, los que resultan gratuitos para las familias.

Alumnos observan una célula animal a través del microscopio en una clase de Biología:: D. PALMA
Alumnos observan una célula animal a través del microscopio en una clase de Biología:: D. PALMA

Deberes a medida

«A través de eScholarium yo envío al alumno que creo que lo requiere unas actividades de refuerzo, del mismo modo que envío otras de ampliación a quien puede con más», explica María Jesús Alonso, profesora de Lengua Castellana en el instituto de Hoyos.

Todo a través de las nuevas tecnologías, que lo hacen posible. Porque cada alumno de este instituto tiene un ordenador para él en el aula. «Y si no tiene en casa puede llevárselo como préstamo durante el curso», aclara María Jesús.

Otra de las docentes que apuesta por elaborar su propio material, acorde con el plan de centro en el que el IES de Hoyos lleva trabajando la década de existencia que suma este curso. Una línea de trabajo que combina la enseñanza a través de metodologías activas y las nuevas tecnologías y que la Consejería de Educación quiere ir de forma paulatina extendiendo al conjunto de la escuela extremeña.

«Para estudiar la prehistoria en Ciencias Sociales creamos un museo de aula, en el que los alumnos recrearon las pinturas rupestres y los vasos campaniformes con el método que en aquella época se usaba», explica Raúl Rodríguez. Con anterioridad, los estudiantes, guiados por el docente, buscaron la información precisa, la filtraron e interpretaron de forma correcta, y la explicaron a sus compañeros. «Con las metodologías activas también hay que estudiar», deja claro el director del IES Sierra de Gata. «Exponiendo a los demás, hablando en público en definitiva, se aprende de verdad y los conocimientos se asientan», defiende Antonio Monje.

El cambio, a estudio

Extremadura está adaptando la escuela al siglo XXI. Una labor que requiere tiempo y, sobre todo, la implicación de los docentes. Sin ellos no es posible la implantación de las metodologías activas. Es el motivo por el que la Consejería de Educación este curso, además de ampliar el número de centros dispuestos a formar parte del programa de enseñanza digital, da la oportunidad de que los docentes participen en la iniciativa aunque no lo hagan los centros donde imparten las clases.

«Queremos que la inquietud del profesorado por el cambio se pueda hacer realidad», declara Antonio Monje. Así, los docentes interesados en la combinación de nuevas tecnologías y metodologías activas tendrán acceso a la formación y las herramientas precisas para sumarse al nuevo modelo educativo que también valoran los alumnos. «Es una forma de aprender mucho más amena y participativa», asegura un estudiante de Hoyos.

«Los alumnos tienen que aprender competencias: hacer las cosas y saber explicarlas»

maría jesús alonso, profesora

María Jesús Alonso Profesora «Trabajar con tu propio material didáctico permite adaptarlo a cada grupo de estudiantes»

Raúl Rodríguez, Director

El director del centro lo tiene claro: «Queremos continuar trabajando con metodologías activas». Sin olvidar que «romper la inercia lleva tiempo, que los cambios no siempre gustan» y que la adaptación a los mismos, además de por parte de los docentes, tiene que llegar también de las familias. «Estamos acostumbrados a que si los chicos no tienen un gran tocho de folios que estudiar es que no están adquiriendo conocimientos».

Por eso, tratar de saber si el camino elegido, el alabado modelo finlandés, es el correcto es algo que persigue también la Consejería de Educación.

Para ello ha establecido un convenio con la Universidad de Extremadura, para que lleve a cabo una comparativa entre la enseñanza con metodologías tradicionales y activas, con o sin TIC. «Para comprobar si mejora el rendimiento del alumno», resume Antonio Monje.

Al final de este curso se espera contar ya con los primeros resultados, que permitirán, en caso de no ser positivos, ir modificando el modelo. «Las malas calificaciones, si se producen, tienen que ser interpretadas como lo que son: una oportunidad para mejorar», añade el jefe de servicio de Educación.

El objetivo es ese, mejorar el modelo pero continuar en él. En el convencimiento de que es mejor que el tradicional. «Permite que se dé una educación completa, de tal forma que cuando se salga del entorno educativo se sepa hablar en público, conocer el liderazgo, resolver problemas de la vida cotidiana, tener una actitud crítica, saber contrastar la información... cuestiones que una matrícula de honor no garantiza».

A juicio de Antonio Monje, «estamos hablando de adaptar la educación a los retos del siglo XXI, que nada tienen que ver con los del XX».

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