La Extremadura rural muestra su músculo en Madrid
Multitudinaria respuesta de cazadores, agricultores y ganaderos para exigir al Gobierno y a la UE medidas justas y que no les penalicen
En defensa de la caza y de la agricultura y ganadería en su amplia diversidad, el campo exhibe su fuerza en Madrid. El municipio más ... urbano del país acogió ayer al mediodía una manifestación multitudinaria con la que la España rural exigió tanto al Gobierno central como a la Unión Europea que desarrollen normativas que pongan en valor tanto la práctica cinegética como clave para la sostenibilidad medioambiental y el trabajo imprescindible de los ganaderos y agricultores como generadores de alimentos. Justo lo contrario, señalan, de lo que sienten ocurre ahora, con una legislación cada vez más «dañina» contra cazadores y agricultores y que pone en el desfiladero no solo a esos colectivos sino al mundo rural. «Nos quieren condenar a la desaparición», fue el mensaje latente en la protesta.
«Estamos aquí para reivindicar nuestros derechos, a defender lo que significa la caza y el campo para los pueblos extremeños», decía a las cuatro de la tarde, en el camino de vuelta a Mérida, Borja Cuervas, de 32 años y natural de Aljucén, municipio de 250 habitantes de la comarca emeritense. Junto a su novia, Cristina, apasionada de los toros, Borja fue uno de los aproximadamente 10.000 extremeños que se manifestaron ayer en Madrid en una especie de exaltación de la vida campera en el sentido más genérico de la expresión.
El joven de Aljucén fue uno de los viajeros del autobús 120, uno de los dos que puso la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza) desde la capital extremeña.
La entidad fue la gran impulsora desde territorio extremeño para que las calles del centro de Madrid estuvieran repletas de banderas verde, blanca y negra y con gorras y petos naranjas, símbolos estos últimos adoptados por los defensores de la actividad cinegética para hacerse notar en las calles capitalinas.
Protesta histórica
Como muchos, Cuervas, mecánico en un taller de Mérida, tuvo que madrugar –se levantó a las 4.40 horas de la madrugada– para asistir a una protesta histórica, con una marcha de algo más de cuatro kilómetros entre la salida, la estación de Atocha-Almudena Grandes, al lado del Ministerio de Agricultura, y la llegada, fuente de San Juan de la Cruz. junto al departamento de Transición Ecológica, al que muchos señalan como el «gran culpable» de las normativas que perjudican a los cazadores.
Unos 150 autobuses salieron desde la región, algunos a las tres y media de la madrugada, para llevar su protesta a Madrid
«Al campo se le está faltando el respeto. Y no digo solo a los cazadores, que desde luego que sí, sino también a los agricultores y ganaderos. Mi padre vivía del campo y gracias a él y mucha gente seguimos teniendo a gente en los pueblos. Y mi abuelo fue durante cuarenta años el guarda de una finca. ¡Cómo para no gustarme lo que rodea al campo!», recalcaba en el camino de vuelta.
El ganadero Juan Bonilla fue ayer otro de los pasajeros del autobús 120. Con una amplia cabaña de ovino, el emeritense recalca que el sector agrario está viviendo uno de sus momentos más críticos, y eso que ha vivido bastantes.
«Cada día es más complicado la vida con el campo. No se nos paga bien, acorde al producto que hacemos, y los costes se han disparado de una forma brutal. Tenemos todos los motivos del mundo para manifestarnos», subraya.
Cuervas, Bonilla y centenares de extremeños más, desde Fuente de Cantos hasta Losar de la Vera, en las puntas sur y este de la región se sumaron como actores protagonistas de primer orden de una multitudinaria manifestación con el lema '20M Rural, juntos por el campo'.
Alrededor de 150 autobuses desde todos los puntos de Extremadura viajaron a Madrid fletados por el colectivo de la caza, para una protesta convocada de forma conjunta por los cazadores, los agricultores y ganaderos, las cooperativas agroalimentarias, los criadores de toros y el colectivo Alianza Rural.
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La situación del medio rural, en riesgo de despoblamiento, «afectado por un déficit de servicios públicos y privados, una PAC insuficiente para resolver los principales problemas». empujó a decenas de miles de manifestantes a una marcha de alrededor de 4 kilómetros.
Arrancó alrededor de las once de la mañana para terminar sobre las tres de la tarde, una hora después de que la cabecera de la protesta llegara al lugar donde se había instalado el final de la manifestación.
Lucha
Con frecuentes peticiones de que el Gobierno dimita y adopte medidas que potencien vivir en las zonas rurales, la protesta también se redirigió por las políticas de la Unión Europea hacia los pueblos y sus sectores más significativos.
La marcha transcurrió de forma pacífica y estruendosa, con una participación calificada como histórica por el presidente de la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza), José María Gallardo. «Ha sido una respuesta extraordinaria para luchar por nuestros derechos, por nuestra libertad y contra los ataques del Gobierno», especificó el portavoz de la Federación Extremeña de Caza.
La prohibición del uso del plomo dentro de un año, no poder cazar en parques nacionales, la ''penalización' a los cazadores por la futura ley de protección animal y las políticas «que promueven la desaparición real y cultural de la caza», subrayo Gallardo, empujan a una manifestación de este calibre.
«El Gobierno y la Comisión Europea quieren acabar con nosotros. Estamos hasta el gorro. No lo vamos a permitir», sentenció el presidente de Fedexcaza.
«Hoy más que nunca hay que decir ¡sí a la caza, viva el campo!», clamó el extremeño Manuel Gallardo, presidente de la Real Federación Española de Caza.
Reacciones
Mientras, desde las organizaciones agrarias Asaja, UPA y COAG, más las cooperativas agroalimentarias, tienen claro que hoy más que nunca los profesionales del campo son fundamentales. Sin embargo, subrayaron, solo encuentran obstáculos y falta de reconocimiento por parte de las administraciones.
Por eso reclaman, entre otras medidas, un plan de choque ante el incremento de los costes de producción agrarios y la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria para garantizar al menos cubrir costes. Insisten en que Bruselas debe implantar una PAC y un Plan Estratégico más «justos, que aborden la pérdida de renta en las explotaciones agroganaderas».
«Ahora más que nunca, que viva la caza y que viva el campo», dijo el extremeño Manuel Gallardo, de la Federación Española de Caza
Igualmente reclaman unos planes hidrológicos «adaptados al futuro del sector, que aseguren el agua para el riego y garanticen la producción de alimentos», una de las exigencias del fundamental sector de los regantes en el caso extremeño.
«Esperemos que todas las administraciones tomen nota: el sector agrario y el medio rural requieren un plan de choque», se insistió desde UPA. La organización agraria que dirige en España el extremeño Lorenzo Ramos insistió en que hay que poner «fin a la especulación y a los abusos en la cadena alimentaria. Precios justos, ya».
Más manifestaciones
El adjetivo de histórico fue también el empleado por Ángel García Blanco, presidente de Asaja Extremadura, para referirse a la manifestación que colapsó al mediodía de ayer una de las arterias viarias clave de la capital española.
«A ver si los políticos se dan cuenta de que sin el campo y sin la vida en los pueblos va a ser muy difícil que se siga viviendo. Si el campo no produce la ciudad no come», sostuvo García Blanco.
Los manifestantes señalaron que habrá nuevas manifestaciones si no se adoptan «soluciones para una España vacía que no se rinde a morir». La España rural, insisten, ha alzado la voz contra una realidad que le asfixia «y saldremos a la calle cuando sea necesario otra vez».
autobuses se fletaron desde Extremadura para asistir a la multitudinaria manifestación. Los pusieron la Federación Extremeña de Caza y las organizaciones agrarias, fundamentalmente.
kilómetros contaba el trayecto a recorrer por los manifestantes, que se inició junto al Ministerio de Agricultura y concluyó frente al de Transición Ecológica.
medidas son las más significativas dentro del panel de reclamaciones de los cazadores y los profesionales del campo. Entre ellas, su rechazo a no cazar tórtola común o en parques nacional y un plan de choque en el sector agrario.
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