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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Agustín Muñoz Sanz, en la Universidad. J. V. ARNELAS

«Extremadura no es muy propicia para la enfermedad»

Agustín Muñoz Sanz | Infectólogo ·

El referente extremeño en enfermedades infecciosas advierte que es un problema serio, pero tranquiliza al afirmar que el COVID-19 «no es una hecatombe»

ROCÍO ROMERO

badajoz.

Sábado, 14 de marzo 2020, 09:27

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Agustín Muñoz Sanz es profesor de Patología Infecciosa en la Facultad de Medicina analiza la epidemia en esta entrevista.

–¿Cómo afecta el coronavirus a los infectados?

–De los enfermos con síntomas, el 80% tiene síntomas leves o moderados, el 15% hacen neumonía y el 5% requiere UCI. La letalidad está entre el 3 y 4%. Es una enfermedad con una muy buena capacidad de contagio, pero provoca pocos daños clínicos. Dentro de los que están muy malos, la mayoría son muy vulnerables por otros problemas.

«La forma de combatirla está en manos de toda la sociedad»

Frases

–Entonces, ¿la gente muere por coronavirus o con coronavirus?

–La gente muere con coronavirus. Los datos indican que quien fallece tiene otros problemas asociados cardiovasculares o crónicos. Lo que tampoco excluye que gente sin estos factores puedan tener riesgo de sufrir problemas graves. Entonces sí sería por coronavirus. Se transmite de humano a humano con cierta facilidad y más rápido de lo deseable, pero el daño que hace como enfermedad es relativamente moderado. Esa es la buena noticia dentro del desastre. El daño catastrófico es el económico, la incertidumbre y el miedo convertido en pánico, y la posibilidad que ya ha ocurrido en Italia de la saturación de los servicios sanitarios.

–¿Por esa posible saturación se suspenden las clases?

–Las clases se suspenden para evitar contagios.

–A muchos de esos niños los van a cuidar los abuelos, que son población de riesgo, ¿es peor?

–Ya estamos asumiendo que un niño por ser niño va a estar infectado. Un niño infectado, en una clase de 24 niños puede infectar a ocho, diez o 16 niños que si van a sus casas pueden multiplicar los infectados. Pero si el niño no está infectado y está en su casa no va a infectar de nada al abuelo.

«Es una enfermedad con un contagio muy alto, pero que provoca pocos daños clínicos»

Frases

–Entonces, ¿podemos estar más tranquilos de lo que estamos?

–La clave está en la comunicación.

–¿En qué sentido?

–Hay que dar un mensaje muy claro a la sociedad y que esté en línea común con el resto de los agentes que transmiten mensajes. Se echa de menos por ejemplo el papel de Europa. ¿Qué pasa en España? Que tenemos la voz del coordinador, del ministro, de los consejeros, los expertos y los tertulianos. Así, un ciudadano convencional, que no tiene por qué saber nada de esto, recibe seis o diez opiniones muy diferentes y con una cierta contradicción en menos de una hora. De ahí surge el desastre, el desconcierto y la falta de credibilidad.

–¿Hay riesgo con los estudiantes que vuelven a Extremadura?

–Lo razonable es que se queden donde están. Pero quienes deben hablar son los responsables de salud pública porque disponen de toda la información.

–¿Habrá tratamiento?

–Sí. Se están ensayando decenas de fármacos, unos de archivo y otros nuevos.

–¿Cuándo?

–La maquinaria de la investigación está en marcha por el interés que despierta y el negocio. Se ensayan fármacos almacenados y el proceso de fabricación lleva unos condicionantes científicos, éticos y legales inviolables. Eso lleva tiempo. Seguro que habrá fármaco, igual que ahora hay para la hepatitis C y el VIH. También hay vacunas en investigación.

–Pero este virus ha mutado al menos tres veces.

–Este virus, no, los virus están mutando siempre. Por eso nos vacunamos de la gripe todos los años. El genoma humano tarda ocho millones de años en evolucionar el uno por ciento, pero el genoma de los virus ARN evoluciona más de un uno por ciento en días.

–¿Habrá más casos en la región?

–Las condiciones sociodemográficas y ecológicas de Extremadura no son muy propicias para el virus. La población más grande tiene 150.000 habitantes, aquí no hay grandes ciudades ni transportes como el metro. En ese sentido, el virus no lo tiene fácil. Pero estamos en el centro entre Lisboa, Madrid y Sevilla. ¿Y quién asegura que no viene una persona infectada de otro lado y trae el virus? Los microbios no respetan las fronteras.

–¿El calor acabará con el virus?

–Las dos vías fundamentales de contagio son las gotitas al hablar, toser y estornudar, y el contacto. Hay estudios que demuestran que el virus se mantiene viable más o menos tiempo en función de diferentes temperaturas y humedad. Por ejemplo, si mantienes la temperatura a 20 grados, la duración del virus difiere de si la humedad relativa es del 30%, 50% u 80%. Parece que con 20 grados y 80% de humedad es cuando menos dura el virus: tres horas. Pero si mantienes la humedad a 80% y una temperatura de seis grados el virus permanece vivo hasta 76 horas. Está claro que los factores ambientales influyen en la supervivencia del virus en superficie. Pero es novedoso el papel de la vía fecal-oral. Por cierto, entre los primeros casos de Wuhan los hay sin contacto con animales del mercado ni con otros pacientes. Con lo cual ya había enfermos en los que no se sabía la fuente de contagio.

–Parece que de los animales.

–Parece que hay dos cobras de China y la India, y el pangolín. Pero saber eso no soluciona el problema. Es probable que haya más animales porque los virus buscan nuevos hospedadores para sobrevivir. El mejor ejemplo es el VIH. La gripe aviar mata a las aves. Hay una que las mata al cien por cien y otra que se transmite con ellas. Esta tienen una mortalidad de hasta el 80%, pero solo en la familia que está en contacto con las aves. Ese virus aún no ha encontrado la forma de transmisión entre humanos. Si eso ocurriera, entonces es cuando nos tenemos que cambiar de planeta porque no hay inmunidad frente a ese virus. Lo importante es que no ha encontrado la forma de contagio entre humanos, mientras que el COVID-19, sí.

–En definitiva, que la solución no llegará en dos días.

–Lo importante es que estamos ante un problema serio, pero no es el apocalipsis ni una hecatombe. Una enfermedad que ha afectado a más de 120.000 personas en el mundo sin parar con una mortalidad del 3% no es una broma. Pero por suerte, hace menos daño del que podíamos pensar, el mundo científico está trabajando intensamente... Además, esto es muy importante: es un problema del planeta y todos tenemos responsabilidad. Si en Haro dicen que la gente tiene que guardar cuarentena, tiene que hacerla. La forma de combatir el coronavirus está en las manos de la sociedad.

–Habla de responsabilidad individual en un problema global.

–En los puntos claves está la información y la higiene.

–¿Qué consejos da?

–¿Pero de verdad en el siglo XXI hay que decirle a la gente que se lave las manos cuantas más veces mejor? Es tragicómico.

–¿Podemos estar tranquilos cuando hay sanitarios que están robando mascarillas, como ha denunciado el SES en Cáceres?

–Eso indica que tener una carrera o una profesión no elude un grado de imbecilidad preocupante. Pero esa anécdota lamentable no debe quebrar la confianza en el sistema.

–¿Tiene sentido anular las clases en los colegios un día después de haber permitido manifestaciones multitudinarias?

–Hay que tener sentido común. La manifestación se pudo pasar a otro momento o suspenderla por causa mayor y no hubiera pasado nada. A partir de ahí que cada uno saque sus conclusiones.

–Ese día ya debían tener datos.

–Aunque no tengan datos. No acabamos de entender que los microbios no tienen fronteras, que el punto más lejano de España es Australia y que estamos a 26 horas en avión. El planeta es muy pequeño y vemos China como algo muy remoto. Pero es que Italia está ahí al lado y Madrid más cerca. Si estás viendo las barbas del vecino, parece que es razonable pedir a quien organiza una manifestación que la pase a otro momento.

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