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La vivienda es uno de los principales problemas del país en este momento y el Gobierno de Pedro Sánchez ha puesto encima de la mesa medidas como incrementar la oferta, ofrecer ayudas para acceder a ella o regular más el mercado. Todas son conocidas, pero hay una novedosa que pasa por la construcción de casas prefabricadas o modulares, una opción que Extremadura conoce muy bien, pues dispone de una fábrica y más de un centenar de casas con ese formato en ambas provincias.
De hecho, incluso en los exteriores del centro comercial más grande de la región, una empresa las anuncia durante estos días. Para ello ha montado varias casas modulares en el Faro con el objetivo de captar la atención de los extremeños que pasan por allí.
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José M. Martín
En el mercado, actualmente hay muchas opciones, pero predominan las construidas en madera, acero, en un sistema ligero de poliestireno expandido y en hormigón. Sus precios también son variados, pero las más económicas se pueden encontrar por 20.000 euros y oscilan entre los 20 y los 50 metros cuadrados. A partir de ese precio, pueden incluso llegar a los seis millones y medio de euros.
20.000 Precio
Euros es el precio del que parten las viviendas modulares o prefabricadas. En ese caso los metros suelen oscilar entre los 20 y los 50 metros cuadrados. Hay otras mucho más amplias que llegan a costar millones.
«Las hay de distintos diseños, características y precios. Hay casas como la última que hemos realizado que alcanza los seis millones y medio de euros. Está en Andratx (Mallorca) y es la más grande que hemos construido hasta el momento», afirma Ángel González Cava, fundador y presidente de Modular Home, una empresa que lleva más de 16 años construyendo viviendas modulares en todo el territorio nacional y cuya fábrica se encuentra en Coria. En ella trabajan unas 40 personas y fabrican los muros de hormigón con los que componen las viviendas prefabricadas.
Allí diseñan las casas y fabrican los elementos que las componen para luego transportarlos en camiones y montarlos en el lugar elegido por el cliente. En su caso, la parte estructural de todas ellas es de hormigón macizo. También crean los tabiques interiores y en ellos incluyen las instalaciones de electricidad, fontanería, climatización y telecomunicaciones. Ya en el terreno hacen la cimentación con hormigón armado y sobre ella colocan las piezas fabricadas.
«Eso permite tardar menos tiempo. Un chalet de 180 metros cuadrados en dos plantas lo terminamos en cuatro o seis meses y los precios son entre un 15% o 20% más baratos que en la construcción tradicional, que rondan el año o los 15 meses», apunta González Cava, que alude a que el modelo de vivienda que más venden cuesta 240.000 euros sin el terreno. «Tiene cuatro dormitorios, uno de ellos con vestidor y baño, una cocina unida al salón por una isla, ventanales grandes, suelo radiante y unas calidades medias altas, con un aislamiento térmico y acústico mucho mejor que en la construcción tradicional. Con ella una vivienda similar saldría aproximadamente por 300.000 euros», detalla.
«Se necesita menos mano de obra porque el tiempo de construcción es menor», añade. Y precisamente esa es una de las cuestiones que destaca la propuesta del PSOE que ya han registrado en el Congreso. Lo ven como una respuesta efectiva a la demanda de vivienda con la que se puede ampliar la oferta de forma más rápida y económica. Por su parte, el PP ya registró en junio de 2024 una proposición no de ley en el Congreso en la que proponía la construcción de casas industrializadas.
«Hay soluciones en el mercado. El inconveniente fundamental está en el terreno», reconoce Ángel González, que indica que la instalación de estas viviendas se puede hacer tanto en suelo urbanizable como rústico, aunque en este último caso la tramitación es mucho mayor. «En las zonas rurales la Administración debería ser más flexible para que los propietarios tuvieran herramientas más solventes», reivindica.
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Como fabricantes, las empresas constructoras de casas modulares pueden emitir un certificado para que la vivienda sea considerada de carácter provisional y/o desmontable, que es lo que solicita la normativa urbanística en muchas ocasiones para instalar estas casas en suelo no urbanizable. «Con él se puede edificar en el campo, siempre y cuando no haya un inconveniente que sea de tipo medioambiental que lo impida», explica Ángel antes de aludir a las posibilidades de financiación.
Ángel González
Fundador de Modular Home
Actualmente, la Ley Hipotecaria no permite que las entidades bancarias financien elementos que están fabricados en un sitio distinto al que irá ubicada la vivienda final. Por el momento no se certifican las inversiones que hay que hacer en fábrica y por eso los profesionales del sector abogan por que se tramite la modificación del artículo 12 de la Ley Hipotecaria, según apunta González Cava al referirse a un modelo que cree que puede ser una de las soluciones al problema de la vivienda.
«Queremos dar una solución al mercado que necesita de este tipo de industria para hacer viviendas porque ahora mismo escasea la mano de obra», indica González, que empezó a comercializar este tipo de construcciones en el año 2007 y, desde entonces, han hecho 130 en la región extremeña y 1.334 en el total del país.
El principal foco de negocio de este modelo de construcción, muy asentado en países como Reino Unido, Estados Unidos, Alemania o Dinamarca, está en Madrid, Barcelona, Mallorca, Canarias y la zona de Málaga.
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