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Un nuevo modelo de centros de mayores. Residencias que estén preparadas ante un posible rebrote del coronavirus o para la incidencia de nuevas crisis sanitarias. Este es el principal cambio que va a dejar la pandemia de la COVID-19 en estos espacios de la región.
El Sepad tiene previsto invertir cerca de dos millones de euros en esta modificación, tal y como informó en su comparecencia de ayer el consejero de Sanidad, José María Vergeles, que destacó que el objetivo es reconvertir una decena de residencias en centros de referencia, que estarán repartidos por todas las áreas de salud de la región. Estos espacios contarán con más personal sanitario y con zonas medicalizadas. «Serán un punto intermedio entre un centro residencial y un hospital», según detalló José Vicente Granado, director gerente del Sepad, que acompañó a Vergeles en la presentación del plan y que añadió que se pretende llegar a una ratio de un profesional de Enfermería por cada cuatro residentes.
La idea de Sanidad es que todas las residencias de mayores se encuadren en tres categorías. La más elevada será la de los mencionados centros de referencia; en el segundo escalón estarán aquellas que no puedan medicalizarse, y en el tercero las que tengan también dificultades para ampliar su plantilla con personal sanitario.
Granado desglosó otra serie de medidas para las residencias. «Hemos aprendido de la pandemia del coronavirus y los técnicos trabajan para hacer más seguros estos espacios», indicó antes de referirse a la puesta en marcha de un protocolo ante posibles rebrotes de la enfermedad y al desarrollo de un nuevo sistema de organización y gestión de los centros de mayores.
En este sentido, una de las prioridades será la no institucionalización de las personas mayores. Es decir, se tratará de ampliar las plazas para dependientes y reducir las de los autónomos con un refuerzo de la asistencia en domicilio a quienes lo necesiten. De este modo, se busca fomentar la autonomía y que los mayores puedan seguir viviendo en sus casas el mayor tiempo posible. «Se tendrán que ofrecer servicios de teleasistencia avanzada, de catering o de lavandería», apuntó el consejero de Sanidad, que apostilló que la intención es hacer efectivo el acompañamiento a la soledad.
Por último, el director gerente del Sepad avanzó que se modificará el decreto que autoriza los centros residenciales para aumentar las exigencias y que se reforzarán los departamentos de calidad e inspección de los mismos. De este modo se realizará un mayor control del cumplimiento de los requisitos que se demandan para una determinada categoría.
Al mismo tiempo, pero separadas. Las dos provincias extremeñas pasarán mañana a la fase 3 de la desescalada, pero la movilidad entre ambas seguirá sin estar permitida.
El Ejecutivo regional está optando por la precaución y por avanzar con pasos cortos en la flexibilización del estado de alarma. Por ello, habrá una semana de margen en la aplicación de algunas medidas que ya permite el Ministerio de Sanidad. Así, Extremadura no pedirá un adelanto del fin de la fase 3, que no concluirá en la región antes del 21 de junio, pese a que podía solicitar que finalizase siete días antes, y tampoco permitirá la apertura de locales de ocio nocturno y discotecas hasta el 15 de junio, aunque al estar en la fase 3 podría hacerlo desde mañana lunes.
En la misma línea, los extremeños tendrán que esperar a mediados de mes para viajar entre Cáceres y Badajoz, mientras que en otras regiones que ya están en la fase 3 –como Galicia o Aragón– sí se permite.
Durante la fase 2, Extremadura solicitó al Ministerio la movilidad entre provincias, en un momento en el que no estaba permitida. Sin embargo ahora se opta por esperar. El motivo de esta decisión, según Vergeles, es reducir los riesgos de un rebrote del coronavirus en la región. «Es preferible esperar una semana, el periodo medio de incubación, para ver la evolución de la enfermedad», detalló el consejero de Sanidad, que apuntó a cuestiones epidemiológicas para extremar las precauciones.
A causas similares se refirió Vergeles para retrasar la apertura de los locales de ocio nocturno. «Los mayores incumplimientos de las medidas de seguridad sanitaria se han detectado en locales de ocio», reconoció, por lo que pidió prudencia a los ciudadanos para que «no desandemos el camino andado, porque pasar a la fase 3 no quiere decir que no podamos volver al confinamiento».
Entre los cambios que supone el paso a la fase 3, que se hará efectivo mañana, Vergeles destacó el fin de las franjas horarias, la posibilidad de abrir los locales comerciales con un 50% de aforo y de ocupar las terrazas hasta un 75% de su capacidad, así como el permiso de celebrar espectáculos taurinos siempre con la mitad del aforo y sin superar nunca los 800 asistentes.
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