Expertos extremeños creen que ómicron anticipa el fin de la pandemia

Desde Nochebuena, en Extremadura se ha registrado una explosión de infecciones y cada día se supera un récord de positivos por covid. Los ingresos, sin embargo, no suben al mismo ritmo.

Ante eso, epidemiólogos, infectólogos y virólogos extremeños analizan el escenario al que nos enfrentamos. Benito Almirante, jefe de enfermedades infecciosas del hospital Vall d'Hebron, apunta que «el final de la pandemia es una posibilidad muy importante a tener en cuenta en estos momentos porque ómicron está afectando a millones de personas y el impacto sobre la gravedad no es tan importante como otras variantes».

Añade que en poco tiempo ha acumulado un número muy elevado de mutaciones y por eso «parece difícil que a medio plazo haya un cambio para estar ante una situación diferente».

Con todo eso asegura que con ómicron «se vislumbra el final de la gravedad de la pandemia, tal y como la hemos conocido hasta ahora». Considera que de este modo «estaríamos hablando de una enfermedad estacional».

Eso sí, también se muestra cauto. «Hace solo un mes que conocemos esta variante y eso es muy poco tiempo. Habría que esperar al menos tres meses para afirmar que va a ser el fin de la pandemia con rotundidad. Aún no somos capaces de saber si, cuando la mayoría de la población se infecte, los más vulnerables van a tener o no enfermedad grave». De lo que sí está muy seguro es de que «la semana que viene y la siguiente habrá más casos».

La cacereña Ana Fernández-Sesma, catedrática de Microbiología del prestigioso Hospital Monte Sinaí de Nueva York, ha dicho que parece que vamos viendo el fin de la pandemia. «Parece que estamos ante los últimos coletazos gracias a los niveles de vacunación que hay y al gran porcentaje de personas con inmunidad por las vacunas o por infección», ha asegurado a este diario.

«Ómicron parece estar afectando mas a las vías respiratorias altas y no tanto al pulmón, y eso hace que la enfermedad esté siendo mas leve. Ya con delta se estaba viendo una clara diferencia en severidad entre vacunados y no vacunados y en hospitalizaciones y muertes», añade.

«Hay esperanza de que estemos ya viendo el final de la pandemia y el virus llegue a ser endémico en un futuro cercano, pero hay que seguir teniendo precaución», apunta Fernández-Sesma, que incluso ha apoyado mensajes más directos como el de neumólogo Javier Zulueta, doctor también en el hospital Monte Sinaí de Nueva York.

«Tengo la impresión de que ómicron acaba con la pandemia. La tasa de infecciones es brutal, pero la gran mayoría con cuadros muy leves. En Sudáfrica está bajando la incidencia igual de rápido que subió. Esto se acaba», afirmó en sus redes sociales.

En una línea similar, también optimista, se posiciona el virólogo José Antonio López Guerrero, profesor titular de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid. «Llegó ómicron, que nadie sabe todavía cómo ha podido surgir, porque hay varias teorías y ninguna está clara. Es un tsunami que ha arrasado. Así que a estas alturas, hagamos lo que hagamos, el desarrollo de la infección va a ser la misma. En un par de semanas empezará a descender. Lo que hay que hacer es controlar la presión hospitalaria y para eso hay que poner medios, algo que nuestros gobernantes no han hecho prácticamente», afirma López Guerrero.

Con esa situación, «no hay que descartar una posible emergencia por otra variante, pero en cualquier caso con ómicron habrá un antes y un después, ya que un 90% de la población está inmunizada, ya sea por infección o por vacunación, y eso genera inmunidad de grupo importante», añade.

Concluye que «se vislumbra el final de la pandemia como tal» y dice que «si no hay otro monstruo se puede dar paso a esa convivencia con el virus que cada temporada de otoño e invierno llegará, al igual que la gripe».

El profesor de la Universidad de Extremadura en el área de Patologías Infecciosas Agustín Muñoz Sanz se muestra cauto. Dice que «no hay modo humano, ni modelo matemático o estadístico, ni opinión de los virólogos que pueda asegurar qué ocurrirá».

Lo que sí se sabe es que ómicron tiene 37 mutaciones que «le permiten ser muy contagiosa, el doble que delta y cuatro veces más que alfa».

Apunta que «esta variante parece ser menos agresiva, tal vez porque afecta al pulmón diez veces menos que la cepa natural de Wuhan». Y eso se traduce en menos neumonías, que son las que han provocado tantas muertes.

Ante eso destaca que pueden darse tres escenarios. Uno en el que aparezcan nuevas mutaciones. «Esperemos que no sean favorables para el virus y perjudiciales para nosotros», afirma.

El segundo escenario es el denominado 'competencia viral', que es lo que está sucediendo actualmente. En él las variantes se disputan la hegemonía o conviven.

Finalmente, el último escenario es el de la estacionalidad, con una «evolución hacia una forma de infección que afectará a determinadas personas y esto ocurrirá con carácter anual».

De ser así, detalla el profesor de la UEx, «daría lugar a algunos brotes epidémicos que se llevarían por delante a algunas personas, como los no vacunados, ancianos, inmunodeprimidos o con factores de riesgo, entre otros».

Apunta que es lo que ya hace la gripe estacional y «este escenario es muy posible, tal vez bastante probable y, sin duda, deseable, pero nadie lo sabe a ciencia cierta».